Los trenes del Eje Atlántico, al límite: “Un retraso de 15 minutos ya descompensa todo”

Los servicios “madrugadores” sufrieron demoras de media hora en cascada | La recuperación de frecuencias suprimidas en la pandemia ha agravado un problema endémico | Se suman a deficiencias en la vía sin reparar

Pasajeros en la estación
de Vigo-Urzáiz en una
imagen de archivo.  | // M. G. B.

Pasajeros en la estación de Vigo-Urzáiz en una imagen de archivo. | // M. G. B. / Víctor P. Currás

Víctor P. Currás

Víctor P. Currás

El engranaje del principal servicio ferroviario de Galicia se atasca. Después de meses de retrasos en el Eje Atlántico, los usuarios vivieron este una nueva jornada en la que las demoras en sus trayectos llegaron a multiplicarse por dos durante toda la mañana del miércoles. ¿El motivo? Toda una tormenta perfecta.

A la abundante presencia de Limitaciones Temporales de Velocidad (LTV) en unas vías que apenas superan los quince años de funcionamiento o el aumento de los pasajeros que obliga a prolongar las paradas se unió desde esta la puesta en funcionamiento de varias frecuencias suspendidas en 2020 tras el estallido de la pandemia.

Desde las cinco de la mañana los servicios que conectan Vigo y A Coruña han ido acumulando demoras para desesperación de sus usuarios habituales, ya acostumbrados a llegar entre diez y quince minutos más tarde de lo normal a su destino. “¿Quién se responsabiliza de esto en los trabajos? Somos personas, ¡socorro!” clamaban desde la Asociación Tren Media Distancia Galicia, cuya cuenta de Twitter se ha convertido en un libro de los horrores para la puntualidad de Renfe en estos servicios públicos.

El primer regional con salida a las 5:05 horas de Guixar no llegó a arrancar y los viajeros fueron advertidos unos minutos antes de que tendrían que tomar un autocar. La causa, según apuntan desde el sector ferroviario de CGT Galiza, es el ajustado cuadro de marchas de los maquinistas de Media Distancia.

“Se han comprimido muchísimo” apuntan tras la recuperación de seis frecuencias diarias entre Vilagarcía y Santiago que no circulaban desde marzo de 2020. Y es que ahora “si un tren llega con 15 minutos de retraso ya descompensa todo” sentencia Juan Francisco Sánchez Losada, secretario del sindicato. Es por ello que las circulaciones del martes han impactado en las primeras del miércoles, una “cascada” que advierten que probablemente se repita a diario a partir de ahora.

Fuentes de la operadora señalan que han sido varios incidencias técnicas separadas las que han originado estos problemas, siendo todas ellas solventadas a lo largo de la mañana para recuperar la normalidad por la tarde. Estos se debían a causas como puertas que no abrían o errores que no comprometían la seguridad del viaje. Además, Renfe programó transportes alternativos por carretera de A Coruña y Vigo a Santiago para que los viajeros pasaran del bus al tren.

Actualmente Renfe ya cuenta con todo su material rodante para estas relaciones –compuesto por 13 trenes de la serie 121 para los servicios rápidos y 7 de la 599 para los regionales diésel– a pleno rendimiento. Sin embargo, el “embudo” surge en el personal y su “normativa estricta” en lo que a descansos se refiere lo que ha pospuesto una recuperación de servicios prevista inicialmente para febrero.

Desde CGT han reclamado que también vuelvan a poner en circulación otras lanzaderas clave para la vertebración territorial como las seis que unían a diario Guixar y Pontevedra o las que llegan a Valença do Minho, además de los Intercity que unían Galicia el País Vasco o la única frecuencia que queda por recuperar tras la pandemia en la relación con Ponferrada.

Problemas en las estaciones

Las primeras deficiencias crónicas se encuentran incluso antes de subir al tren. El escáner de seguridad obligatorio en estaciones como la de Urzáiz genera colas que obligan a posponer la salida. Este control rutinario se convierte en paradójico si tenemos en cuenta que en otras terminales como la propia de Guixar, Pontevedra, Vilagarcía o Santiago no convierten en obligatorio este examen a los equipajes de los viajeros.

Para solventarlo está prevista la instalación de un segundo escáner en Urzáiz, A Coruña y Ourense que ya está instalado para empezar a funcionar el 3 de abril. Sin embargo, no son pocas las voces que reclaman eliminar un control más propio de un aeropuerto que de un tren regional e incluso Ciudadanos elevó una propuesta en el Congreso en diciembre.

Ya en los andenes, el elevado número de viajeros que transporta cada coche –entre 60 y 80– obliga a aumentar los dos minutos habituales de estacionamiento. En algunos casos, como el de Vilagarcía, los viajeros deben recorrer hasta 200 metros desde el acceso hasta su puerta correspondiente en cuanto llega el tren. Esto se debe al aumento de frecuencias operadas en doble composición desde la gratuidad de los bonos de Media Distancia.

A todo se suma el principal problema de la segunda relación de viajeros de esta red más usada en España: las limitaciones de velocidad por mal estado de la infraestructuras. Al paso por estaciones como Uxes, Ordes y Cerdeda se debe reducir drásticamente la velocidad. A pesar de el esfuerzo inversor del Administrador de Infraestructuras en la red convencional y las quejas, aún no se han arreglado.

Transportes reconoce la falta de inversión

El progresivo deterioro del ferrocarril fue debatido el lunes en la Comisión de Transportes del Congreso. La secretaria general de Transportes y Movilidad aseguraba que estos problemas “tienen su razón en la inacción de legislaturas anteriores”.

María José Rallo del Olmo reconocía así el déficit actual ante la pregunta del diputado popular ourensano Celso Luis Delgado Arce, quien le recordó que se deben a falta de personal, falta de material rodante y limitaciones de velocidad.

En ese sentido, la número 3 del Ministerio en esta materia apuntaba a que Renfe ya está ejecutando una “profunda renovación” en la que “Galicia va a ser una de las grandes beneficiadas” y recordaba la gran oferta pública de empleo por la cual convocaron mil plazas de maquinistas el pasado año.

“Ya nos gustaría que los efectos se pudieran ver de forma más rápida” apuntaba mientras volvía a pedir disculpas a los usuarios. Además, recordó que el Adif tiene previsto invertir 417 millones de euros este año en el mantenimiento en Galicia, asegurando que ahora mismo están “priorizando las inversiones que satisfacen las necesidades de movilidad cotidiana”.

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