La Gran Vía suma casi 20 medidores de calidad del aire, radiación, tráfico, ruido y temperatura

Están ubicados en dos semáforos, una farola, el interior de la estructura que cubre las rampas mecánicas y un poste nuevo | Los ciudadanos pueden conocer estos datos en tiempo real

El poste con cinco sensores ubicado en Gran Vía

El poste con cinco sensores ubicado en Gran Vía / MARTA G. BREA

La Gran Vía presume de cintas mecánicas, un bulevar transformado y moderno, nuevas aceras y pavimento... pero también de un gran cerebro tecnológico que fomenta la sostenibilidad urbana a raíz de la captura, el almacenamiento y la monitorización de datos. En román paladino: la avenida, entre las calles Venezuela y Nicaragua –la segunda fase de la humanización, estrenada el pasado viernes– dispone de casi una veintena de sensores de cuatro tipos diferentes capaces de medir la temperatura, la humedad, la presión del aire, la dirección y velocidad del viento, las precipitaciones, la radiación ultravioleta o los gases de efecto invernadero, así como los vehículos que circulan por el asfalto, el estado de la calzada, el ruido o el flujo de personas.

“Es la materialización de la alta tecnología al servicio de los ciudadanos y el medioambiente. Queremos un Vigo sin contaminación, sin ruidos y amable”, explica el alcalde, Abel Caballero, sobre este proyecto, denominado EUSSIA –Espacios Urbanos, Sostenibles, Seguros, Inclusivos y Accesibles, desarrollado por BUO Estudio y el Centro Tecnolóxico de Telecomunicacións de Galicia (Gradiant)–, que se enmarca en los planes de la Agenda Urbana 2030 del Concello olívico.

“Es la alta tecnología al servicio de los ciudadanos y el medioambiente”

Abel Caballero - Alcalde de Vigo

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Estos medidores están colocados en dos semáforos, una farola, el interior de la estructura de metal y vidrio que cubre las cintas mecánicas y un poste nuevo de color gris y amarillo colocado en la intersección de la Gran Vía con la calle Bolivia que sustituyó a una unidad provisional colocada durante la etapa de obras. Se denomina tótem tecnológico y está emplazado en el margen derecho ascendente. Llama la atención de los ciudadanos por su peculiar forma, con varias ramificaciones y cajas pequeñas con antenas –se puede ver en una de las fotografías de esta información–. Este último es el más completo: incluye una estación meteorológica, dos de evaluación de la calidad del aire –detecta niveles de dióxido de carbono, dióxido de azufre, dióxido de nitrógeno, ozono, partículas en suspensión (PM2,5, PM5 y PM10) y compuestos orgánicos volátiles–, un monitor de nivel sonoro y un sensor de iluminación. Los viandantes pueden interactuar con este elemento escaneando el código QR del panel informativo, que les proporcionará datos en tiempo real: la hora, el nivel de confort espacial, el grado de accesibilidad, la proximidad de medios de transporte, servicios y espacios verdes y azules, la sensación térmica, la radiación solar, el nivel de arbolado y ruido o la calidad del aire, entre otros detalles.

La Gran Vía suma casi 20 medidores de calidad del aire, radiación, tráfico, ruido y temperatura

El poste con cinco sensores ubicado en el cruce con Bolivia / M. G. Brea

Este despliegue de chivatos por el tramo recién inaugurado, indicadores de sostenibilidad urbana en el entorno de la Gran Vía, supone un “concepto de acción innovadora y pionera”, como destacan fuentes del gobierno municipal. Permite, en resumen, que este ámbito sea más seguro, más inclusivo y más sostenible, como requiere el punto 11 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (conocidos como ODS), y le da información al Concello de Vigo para desarrollar una guía de orientación que tendrá en cuenta en futuros procesos de desarrollo urbano o planes sectoriales de la ciudad. “Favorece la percepción de bienestar subjetivo de los ciudadanos e implica a las personas en conductas proactivas de sostenibilidad medioambiental. Además, responde a las incidencias detectadas a través de un sistema de respuesta que se materializa en recomendaciones y alertas”, desgranan desde el Ayuntamiento.

Como destacan desde BUO Estudio y Gradiant, la funcionalidad de estos indicadores es doble: guía de orientación y herramienta de evaluación en el cumplimiento de objetivos mínimos y parámetros deseables, es decir, los óptimos. Cada indicador puede calcularse para cuatro ámbitos diferentes: la zona de la Gran Vía entre las calles Venezuela y Nicaragua –más de 6.000 metros cuadrados–, una malla de 40.000 metros cuadrados en el entorno próximo de la fase 2 de humanización, otra de 360.000 metros cuadrados en un espacio cercano a las fases 1 y 2, y una cuarta de casi 1,7 millones de metros cuadrados –el centro de la ciudad–.

Fuentes municipales adelantan que el ascensor HALO, en construcción, incorporará tecnología similar con los mismos objetivos. Conectará la zona de García Barbón con el complejo Vialia.

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