Renfe redobla su apuesta en Francia mientras olvida la conexión entre Vigo y Portugal

El Consejo de Ministros autoriza crear una división para los servicios internacionales en Reino Unido o EE.UU. mientras el Tren Celta tiene solamente dos frecuencias | La Comisión Europea apoya la llegada de Iryo antes de 2030

Un Alvia de Renfe junto a una unidad del Tren Celta de Comboios 
de Portugal, en la estación de Vigo-Guixar en 2020.  | // MARTA G. BREA

Un Alvia de Renfe junto a una unidad del Tren Celta de Comboios de Portugal, en la estación de Vigo-Guixar en 2020. | // MARTA G. BREA / Víctor P. Currás

Víctor P. Currás

Víctor P. Currás

La liberalización ferroviaria comienza a ser un partido internacional de ida y vuelta. Casi dos años después de que la francesa Ouigo comenzara a competir contra el AVE en España, Renfe se lanza a la conquista de nuevos mercados al norte de los Pirineos con los que ampliar sus fuentes de ingresos.

Sin embargo, esta situación contrasta radicalmente con las conexiones con Portugal, siendo los dos servicios por sentido al día del Tren Celta entre Vigo y Oporto sus únicos trayectos fuera de España.

En un desayuno organizado por la Confederación de Directivos y Ejecutivos (CEDE), el presidente de la compañía pública, Isaías Táboas, desgranaba los próximos destinos en los que aspira a operar a corto plazo en solitario, con Lyon antes de junio y París, antes de que acabe el año. Y a pesar de reconocer que su “escenario natural” son los dos países vecinos, todos los esfuerzos se centrarán por ahora en Francia.

Este mismo martes el Consejo de Ministros autorizaba a propuesta del Ministerio de Transportes y el de Hacienda la creación de una sociedad mercantil denominada “Renfe Proyectos Internacionales” con la que continuar con esa expansión prevista en su plan estratégico. A través de ella iniciará la “búsqueda de oportunidades internacionales y el diseño de una estructura organizativa acorde con las necesidades” para lograrlo.

La entrada en el mercado galo es un objetivo perseguido durante los últimos años, especialmente tras las ruptura de relaciones comerciales con su homóloga y las trabas administrativas encontradas para lograr los permisos de circulación. Su principal aval en el exterior es ahora mismo el “AVE a La Meca”, que recientemente registró 350.000 viajeros en un mes, superando así a la línea Madrid-Barcelona, que ya es el segundo corredor de pasajeros con más frecuencias de Europa.

En el corazón del viejo continente cuenta con el 50% del accionariado de la checa Leo Express –con licencia para operar en varios países– y en Reino Unido está en la alianza de Grand Union Trains para operar un nuevo servicio entre Londres y Gales. Completa esta expansión el pionero proyecto en Estados Unidos para unir con la Alta Velocidad Houston y Dallas, pendiente aún de la llegada de fondos estatales.

En la misma comparecencia ante los empresarios, Isaías Táboas confirmó que la marca low cost de Avlo –que actualmente solo opera entre Madrid, Barcelona y Valencia– llegará “a todos los destinos”, aunque pide “que nadie piense que va a ser de un día para otro”. A su vez, garantizó que cuando a partir de 2026 se proceda a la licitación de los trenes de Obligación de Servicio Público (OSP) presentará sus ofertas a todos los contratos que, presumiblemente, comenzarán a adjudicar directamente las comunidades autónomas.

Esta ambiciosa hoja de ruta llega condicionada en parte por la entrada de la francesa Ouigo (propiedad de SNCF) y la hispanoitaliana Iryo (de Trenitalia, Air Nostrum y Globalvia) en sus rutas estrella dentro del país.

Sin embargo, el salto operacional será notable ya que el único trayecto más allá de las fronteras españolas que oferta actualmente es el Tren Celta entre Vigo y Oporto, gracias a su colaboración con Comboios de Portugal.

Desde la operadora española siempre han mostrado su voluntad de cooperar y no competir con su homóloga lusa, algo que por el momento no ha llegado ni siquiera a la línea entre Lisboa y Madrid.

El pasado verano, el entonces ministro portugués de Infraestructuras, Pedro Nuno Santos, anunciaba su intención de negociar con España la mejora de los servicios existentes en la Eurorregión, gracias a la electrificación y mejora de algunos tramos o los nuevos trenes Arco.

Sin embargo, la falta de acuerdos en la cumbre de Viana de noviembre y la destitución del ministro en diciembre se sumaron a los dos grandes impedimentos: la obsolescencia del sistema de seguridad Convel de la red lusa (incompatible con el ERTMS o el ASFA españoles) y los diferentes voltajes de la catenaria.

A pesar de que la línea entre A Coruña, Vigo, Oporto y Lisboa cuenta con un enorme potencial de pasajeros e incluso la Comisión Europea ha avalado la propuesta de la citada Iryo para operar en ella antes de que acabe la década –dando continuidad al deseo de Arriva en 2018– este corredor continúa con dos frecuencias por sentido al día.

Ambos están operados con trenes de la serie 592 de 40 años de antigüedad y con una tarifa promocional de 5,25 euros.

Los Avril completan sus pruebas a la espera de la formación

Mientras los operadores continúan planificando a largo plazo los servicios del Eje Atlántico, la próxima revolución del ferrocarril en Galicia parece, al fin, más cerca. Un año después de iniciar el proceso de homologación de los trenes de rodadura desplazable, Talgo confirmaba la semana pasada el fin de las pruebas de sus famosos Avril, con los que se reducirá el tiempo de viaje desde las ciudades atlánticas a Madrid en unos 20 o 30 minutos.

El siguiente paso llegará con la homologación final por parte de la Agencia Ferroviaria de la Unión Europea (ERA) y la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria (AESF), así como la formación de maquinistas por parte de Renfe para este trayecto y material, que recibirá el nombre de serie 106. De esta forma, el próximo plazo de puesta en servicio es finales de verano u otoño.

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