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Portugal negociará con Renfe la modernización del Tren Celta

Comboios estudia utilizar los trenes Arco recién remodelados para la línea mientras no se unifica la catenaria en todo el trayecto

El tren Celta, que conecta la ciudad con Portugal.

Tras la crisis de gobierno en Portugal y un último mes marcado por la tranquilidad, el futuro del ferrocarril entre Vigo y Oporto vuelve a ponerse en marcha. Plenamente restablecido en sus poderes, el ministro de Infraestructuras luso participó este jueves en Viana do Castelo en la inauguración oficial de los nuevos trenes Arco que ha adquirido la operadora pública del país vecino. Durante la visita, Pedro Nuno Santos indicó a los medios cuándo desvelará las novedades en la futura línea de Alta Velocidad transfronteriza.

El ministro señaló a la futura cumbre ibérica que se celebrará este otoño en Minho como “momento ideal” para anunciar los detalles de un proyecto que tiene como objetivo reducir en el año 2030 el tiempo de viaje entre ambas ciudades a una hora. De esta forma, la cita diplomática bianual volvería a poner en el centro del debate público la necesidad de priorizar esta actuación frente a la línea entre Lisboa y Madrid, algo que ya se puso de manifiesto en 2020 en A Guarda.

“Puedo garantizaros que estamos trabajando bien con el lado español, tanto con el Gobierno central como con el de Galicia, y por tanto las cosas se están desarrollando bien”, señalaba ante las preguntas de la prensa. El pasado mes de abril, Pedro Nuno Santos agitaba las relaciones entre ambos ejecutivos al reclamar “dar corda aos sapatos”.

Esta afirmación sería ratificada el pasado mes de junio durante una entrevista a FARO en la que aseguraba que necesitaba conocer las conclusiones del estudio de alternativas de la Salida Sur de Vigo para poder avanzar con sus documentos previos informativos.

Sobre la lentitud de estos anuncios, Pedro Nuno Santos afirmaba que “no es posible resolver en un día, una semana o un año los problemas que estuvieron en el olvido nacional durante décadas”.

El político de Aveiro se ha convertido en el principal valedor de esta línea al frente de su cartera, asumiendo el reto de relanzar por fin la red de Alta Velocidad en el país vecino. “Es de interés tanto para Galicia como de Portugal”, destacaba, apuntando a que Madrid y Lisboa “no van a bloquear” las ambiciones del Eje Atlántico, ya que “España obviamente quiere ayudar a Galicia a tener aquello que quiere”.

El propio presidente del Gobierno luso, Antonio Costa, se manifestaba en este mismo sentido en el mes de mayo ante los empresarios españoles presentes en un encuentro en la ciudad lisboeta: “Yo puedo querer ir a Madrid, como ir a Barcelona, a Valencia o a Sevilla. España es muy bella, no es solo Madrid”.

Los Arco Camino de Santiago ya vuelan hasta la frontera

Mientras el soñado tren rápido entre las dos mayores ciudades del noroeste español continúa sin plasmarse sobre el papel, ambos países siguen buscando la forma de mejorar el servicio actual del Tren Celta.

Una década después de que estuviera al borde de la desaparición, la nueva política tarifaria y la reducción de los tiempos de viaje han llevado al servicio operado de forma conjunta por Renfe y Comboios de Portugal a una nueva etapa dorada.

Durante el acto de presentación de los nuevos trenes Arco adquiridos por la empresa pública lusa a la española en 2020, el presidente en funciones de CP, Pedro Moreira, destacó que están “trabajando con Renfe” solucionar las diferencias de tensión y los problemas de explotación que generan “tan rápido como sea posible”.

La clave de estos 50 nuevos vagones adquiridos por 1,65 millones es que pueden circular a 200 km/h por cualquier tipo de vía; mejorando las prestaciones y tiempos de los actuales “camellos” de la serie 594. Estos coches, que hasta antes de la pandemia efectuaban recorridos como el del Arco Camino de Santiago, pueden ser remolcadas por locomotoras bitensión como las 252 de las que dispone Renfe en su base de Redondela.

A medio plazo se espera que Adif apruebe el proyecto de obra que permitirá electrificar los siete kilómetros de línea entre Redondela y la bifurcación de Arcade hacia el Eje Atlántico de Alta Velocidad, permitiendo que los trenes eléctricos circulen más allá de la estación de Guixar.

El administrador ferroviario también tiene previsto en el próximo año unificar la corriente de la catenaria en la línea del Miño desde Vigo hasta Ourense, actualmente electrificada a 3 kV en lugar de los 25 kV de la red portuguesa hasta Valença o la española más moderna.

La otra cuestión a resolver de forma inmediata sería la instalación de los módulos de Convel, el sistema de seguridad ferroviario portugués que actualmente se encuentra obsoleto, dentro de los ERTMS que ya tienen los nuevos trenes.

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