Prisión y prohibición de comunicarse con sus hijos para el autor del crimen de Baiona

Tras descartar los psiquiatras que estuviese catatónico, Ángel Rodríguez siguió sin embargo guardando absoluto silencio pese a que la jueza llegó a ofrecerle que declarase por escrito

Salida de los juzgados del coche de la Guardia Civil que lleva al autor del crimen de Baiona

Salida de los juzgados del coche de la Guardia Civil que lleva al autor del crimen de Baiona / RICARDO GROBAS

Marta Fontán

Marta Fontán

Ángel Rodríguez da Costa sumó ayer su cuarto día consecutivo sin hablar. Pero su prolongado silencio ya no le valió de excusa, procesalmente hablando, para afrontar la comparecencia judicial que debía haberse realizado el miércoles y que se pospuso hasta ayer para que fuese sometido a una valoración en el servicio de Psiquiatría del Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo.

Tras descartar los médicos que el detenido por supuestamente matar a su exmujer Beatriz Lijó en Baiona estuviese en un estado catatónico y no hallar signo alguno de impedimento cognitivo o intelectivo, concluyendo con ello que no existe patología mental que le impida prestar declaración, el presunto asesino de Baiona compareció ayer ante la titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer, que decretó su ingreso en prisión provisional comunicada y sin fianza investigado por la presunta autoría de un delito de homicidio o asesinato –a determinar durante la instrucción judicial– en el ámbito de la violencia de género.

Además, por seguridad y mientras dure la tramitación de esta causa, le impuso la prohibición de comunicarse por cualquier medio y de aproximarse a menos de 500 metros de sus hijos menores de edad –de su domicilio, lugar de estudios o de cualquier otro lugar en el que se encuentren–, dos niños de 7 y 9 años que presenciaron como su padre acabó presuntamente con la vida de su madre la noche de este pasado domingo.

El detenido llegó a media mañana a los juzgados vigueses procedente de la comisaría de la Policía Nacional de Vigo, donde había pasado la noche tras recibir el alta hospitalaria en el Cunqueiro. Como se preveía, dada su actitud de los últimos días, este profesor de Matemáticas no declaró en la comparecencia que se realizó, ya por la tarde, en el juzgado especializado en violencia machista. “Su actitud siguió siendo la misma, de mutismo absoluto y de no decir absolutamente nada; se queda quieto y no dice ni sí ni no”, describió su abogado defensor, Saúl Vidal, designado de oficio, que reveló que la jueza incluso llegó a ofrecerle declarar de forma escrita, a través de un papel, en caso de no querer hacerlo de forma oral.

Pero nada. Ni siquiera habló con su propio letrado, algo que ya es del todo excepcional ya que la comunicación entre abogado y cliente es básica en cualquier proceso judicial. “Lo intenté el miércoles dos veces y hoy [por ayer] tres veces más, pero nada”, reveló el jurista.

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Marta G. Brea

Con el caso resuelto por la Guardia Civil, lo que todavía no apareció fue una de las armas que supuestamente el detenido usó para matar a su exesposa, un objeto contundente compatible con un hacha con el que le asestó múltiples golpes en la cabeza. Sí fue hallado, junto al cadáver, el cuchillo con el que le causó cortes y pinchazos en distintas partes del cuerpo. 

Bloqueo de cuentas

Junto a la prisión provisional y la medida de protección para los dos hijos menores de edad que el presunto autor del crimen tenía en común con la víctima, la Fiscalía también solicitó, tras la comparecencia judicial de ayer, que se le suprima el régimen de visitas al que tenía derecho este hombre con respecto a los menores y que se le suspenda la patria potestad, si bien esta última cuestión ya está en vigor, ya que fue decretada en noviembre, en el ámbito civil, por el juzgado de Familia de Madrid que llevaba todo lo relativo al divorcio y las medidas con respecto a los niños.

Otra medida que interesó el Ministerio Público, de cara a asegurar las indemnizaciones que pudieran imponérsele como responsabilidad civil en el futuro juicio, es que se bloqueen las cuentas bancarias del investigado así como todo el patrimonio activo del que sea titular. Junto a la Fiscalía, en el procedimiento está también personado un abogado que ejerce la acusación particular en representación de familiares de la fallecida. En el trámite judicial de ayer, el letrado solicitó que el investigado siga pagando la pensión de alimentos mensual a sus dos hijos.

Dado el delito del que se trata, homicidio o asesinato, la causa debe tramitarse bajo el procedimiento de la Ley del Tribunal del Jurado, lo que derivará en que el caso será juzgado, en el futuro juicio, por un jurado popular.

Traslado del acusado al Cunqueiro.

Traslado del acusado al Cunqueiro. / ALBA VILLAR

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La comparecencia de este profesor de Matemáticas para decidir sobre su ingreso en prisión debería haberse realizado el miércoles. Pero su mutismo absoluto y el hecho de que no reaccionase a absolutamente nada motivó que los forenses recomendaran que fuese sometido a una valoración en el servicio de Psiquiatría del Álvaro Cunqueiro al considerar que no estaba en condiciones de prestar declaración ante la magistrada. Así que el miércoles, a las 19.15 horas, salió del juzgado en silla de ruedas y escoltado policialmente de camino al hospital. Pero ya no llegó a ingresar. Ni siquiera fue trasladado a planta. Tras ser sometido a una evaluación en la zona de Urgencias –estudio que suele incluir una entrevista clínica–, los médicos, en un informe pericial psicopatológico que firmaron al menos dos profesionales, concluyeron que era perfectamente apto para afrontar dicho trámite judicial y le dieron el alta hospitalaria.

“Como norma general, ante la mínima duda, se decreta el ingreso hospitalario”, indican varias fuentes sanitarias consultadas. Una afirmación que evidencia que los psiquiatras que examinaron a Ángel Rodríguez vieron inmediatamente claro que no había afectación mental alguna. Los facultativos determinaron que tiene “capacidad procesal” y que sabe “lo que está ocurriendo”. “Dicen que es consciente de su entorno y que se movió varias veces, cambiando de posición, por lo que no aprecian un estado catatónico”, ahondó el abogado defensor del sospechoso.

Lo cierto es que la misma noche del miércoles el presunto asesino ya salió del hospital y fue trasladado a los calabozos de la Policía Nacional. Allí permaneció hasta la mañana de ayer, en la que fue conducido de nuevo al juzgado donde, antes de comparecer ante la jueza, volvió a ser examinado en el Imelga, por otros dos médicos forenses, que ratificaron lo resuelto en el Cunqueiro, si bien, de determinarse su ingreso en prisión, como al final ocurrió, aconsejaron su ingreso en el módulo de Enfermería del penal al apreciar riesgo de que se autolesione o suicide.

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