Sin ascensor en Balaídos... y sin fútbol

Un abonado del Celta denuncia la falta de accesibilidad a Río Alto y de atención del Celta

Carlos Riande, en su casa con el carné del Celta.

Carlos Riande, en su casa con el carné del Celta.

No pudo ver en Balaídos el partido del Celta de ayer contra el Villarreal en su asiento habitual de Río Alto porque tiene una escayola en su tobillo izquierdo y no hay ascensor hasta esta grada. El club no le aseguró la disponibilidad de una butaca para él en Río Bajo, adonde sí llega el ascensor, y tampoco le ofrecieron facilidades para estar acompañado por su padre, con quien ve los encuentros del equipo de la ciudad desde hace más de 20 años. La única opción: subir a pie las escaleras ayudándose de las muletas y teniendo cuidado para no lesionarse de nuevo. Es la crítica constructiva que hace Carlos Riande, un abonado de 26 años, con la intención de “visibilizar” un problema que “le puede tocar a cualquier persona en cualquier momento”.

Este joven se dañó el tobillo y los ligamentos el 18 de diciembre cuando jugaba al fútbol. Le pusieron la escayola el 27 de diciembre. “Al partido del Sevilla [30 de diciembre], no me vi capaz de ir y me quedó mucha pena porque tenía ganas después del parón del Mundial. Ahora, ya me adapto mejor con las muletas, quise intentar ir al del Villarreal y llamé al club para ver qué opciones tenía suponiendo que había ascensor. Para mi sorpresa, una trabajadora del Celta, que me cogió después de muchos intentos, me dice que no lo hay. ¿Cómo puede ser eso si la grada se reformó hace pocos años?”, lamenta.

Explica que la solución que le dio el club, que ni le preguntó el nombre ni el número de socio, fue enviar un correo electrónico con el parte médico adjunto para solicitar una butaca en Río Bajo, adonde sí se puede acceder en ascensor: “Me dijeron que, de todos modos, sería difícil que me dieran la invitación para Río Bajo porque hay muy pocas butacas libres e iban a intentar vender todas las localidades. Además, en todo caso, me asignarían un asiento normal, no uno adaptado, y solo para mí, no para mi padre, con quien voy al estadio desde hace más de 20 años. No entienden que el fútbol es un acontecimiento social, no tiene sentido verlo solo. No mandé el correo y mi padre tampoco fue al partido”.

Riande, con el tobillo escayolado y las muletas, enseña su carné de abonado del Celta.

Riande, con el tobillo escayolado y las muletas, enseña su carné de abonado del Celta.

Riande muestra su malestar por la situación del estadio, sin un ascensor que permita alcanzar la grada más elevada, en la que hay socios de avanzada edad con problemas de movilidad, pero también por el trato del club al aficionado. “No me transmitió preocupación por darme una solución que me convenciera. Una alternativa, por ejemplo, podría haber sido darnos dos butacas en Río Bajo a mi padre y a mí a cambio de liberar nuestros asientos de Río Alto para que los pudieran comercializar. Lo que me ha pasado le puede suceder a cualquiera, no es algo extraordinario tener dificultades para subir las escaleras. Otra opción que se me ocurre: el Celta podría haber puesto a alguien para que me ayudase a acceder a mi asiento y me acompañase desde la entrada al estadio”.

Quejas sobre el estadio y el club

Este joven socio lamenta que la entidad deportiva esté en una posición “alejada” de escuchar al abonado y reconoce que su “amor irracional hacia el club” le hace muy difícil hablar mal de él. También critica que no haya ascensor en una parte del estadio renovada, así como la incomodidad de los asientos de un recinto que “no tiene nada que ver” con otros modernos como el nuevo San Mamés, de Bilbao, y la presencia de goteras en la grada. Preguntado por esta cuestión, el Concello señala que los dos ascensores que funcionarán entre Marcador y Río permitirán completar el trayecto hasta Río Alto. La previsión es estrenar Marcador el 12 de marzo. También hay ascensores en Tribuna y se esperan en Gol una vez la grada luzca remozada.

La instalación de elevadores en el estadio es una demanda que viene de antiguo y que cobró fuerza con la remodelación del estadio. La queja llega, sobre todo, por parte de los abonados de Río Alto debido a la infinidad de escalones a los que hay que hacer frente para alcanzar la altura de esta grada. La intención municipal es suplir esta carencia a corto plazo con ascensores desde Marcador, contigua a Río. En menos de dos meses, se sabrá si la afición bendice esta solución.