Prisión para tres presuntos narcos de la red liderada desde Vigo; otros 10 quedan en libertad

Tras unos días frenéticos, primero con el abordaje el domingo del pesquero Simione en aguas canarias cargado con 3.300 kilos de cocaína y a continuación con la sucesión de detenciones en Galicia realizadas el martes, los 13 arrestados en tierra pasaron ayer a disposición del juzgado vigués que dirigió el operativo. Sus declaraciones se alargaron hasta avanzada la noche y la decisión de la jueza no se conoció hasta esta mañana: 10 han quedado en libertad y otros tres ingresaron en prisión provisional, comunicada y sin fianza, la misma medida que se decidió para los tres capturados en el barco abordado en Tenerife. Todos ellos están investigados por un delito contra la salud pública.

Fuentes próximas a varios de los presuntos miembros de la organización criminal indicaban ayer que sus clientes iban a declararse inocentes. Como Pablo G.F., un empresario vigués de unos 35 años, uno de los que estaría en la cúspide de esta red. Su alegato exculpatorio es que se dedica a la pesca, que efectivamente fletó la embarcación interceptada pero que él nada tiene que ver con la travesía de la droga, ya que se la había encargado a un intermediario, un empresario con intereses en África sostiene, para que la trajese desde Senegal con el fin de reparar las averías que tenía, primero en un astillero de Portugal y después en otro de Vigo.

A bordo del “Simione” fueron capturados sus tres tripulantes, ya en prisión provisional. Un arousano, un vecino de Boiro y un angoleño se encargaron de la frustrada travesía. En tierra cayeron otras 13 o 14 personas. En Vigo estaban los líderes. Los detenidos en la ciudad olívica, además de Pablo G.F., fueron José R.R., “Pepe”, vinculado también al tráfico de heroína; Manuel M.G. y Manuel N.A. La comarca de O Salnés también jugaba un papel importante y allí fueron arrestados el histórico José P.R.; David P.C.; Benigno S.C. o otro hombre vinculado a una nave en esa zona. En Boiro (A Coruña) fue apresado Miguel Ángel V.F., “O Rapaz”, hijo del destacado narco “O Presidente” y que ya fue condenado junto a su padre. Este joven también ofrece una versión exculpatoria, alegando que los contactos que tuvo con uno de los presuntos cabecillas vigueses fueron en relación, afirman las fuentes, a un curso vinculado con una licencia de pesca. Junto a Vigo, Arousa y Boiro, el resto de arrestos se completaron en A Cañiza, Cangas do Morrazo o Ourense, ciudad en la que fueron dos los detenidos.

La Guardia Civil sostiene que este grupo que hacía uso de la denominada ruta africana del narcotráfico simulaba dedicarse a la pesca para no llamar la atención. A lo largo de la investigación también se barajó la posibilidad de que la red quisiese mover algún alijo de heroína, dados los contactos que tenían algunos de sus supuestos miembros con las organizaciones que mueven esta sustancia estupefaciente.

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Las indagaciones duraron casi un año y, además de seguimientos, los agentes especializados en la lucha contra el narcotráfico realizaron pinchazos telefónicos o colocaron micrófonos en vehículos. Los movimientos de la red y concretamente de alguno de los vigueses también llamaron la atención de la DEA, como se recoge en los atestados policiales. El secreto de sumario que pesaba sobre las actuaciones se alzó ayer mismo, coincidiendo con las comparecencias de los detenidos en el Juzgado de Instrucción número 1 de Vigo.

Escuchas y micrófonos

Entre los detenidos en la bautizada como operación Sugar Brown hay gente muy conocida en el mundo del narcotráfico. Uno de ellos es Miguel Ángel V.F., al que apodan “O Rapaz” y que es hijo del histórico capo “O Presidente”. El padre fue condenado en la destacada “Operación Temple” en la que intervino el juez Garzón que derivó en un alijo de 14 toneladas de cocaína y también por los 5.000 kilos del “Doña Fortuna”, un ilícito negocio en el que el clan arousano se alió con la camorra napolitana. En este último caso fue sentenciado también su hijo, el hoy arrestado, al que se le consideraba mano derecha de su progenitor y enlace directo con el socio italiano en la operación ilícita.

El “Simione” salió de Dakar a principios de este diciembre con una tripulación senegalesa. Pero el viaje tuvo que interrumpirse después de que uno de los marineros, al darse cuenta de que el fin de la travesía era el narcotráfico, se negase a seguir en aquel ilegal negocio. Uno de los gallegos que estaba en Senegal para asegurarse de que las más de tres toneladas de droga llegarían a Galicia le ofreció dinero a este tripulante, pero el hombre no aceptó. La embarcación regresó a la capital senegalesa y, resuelto el problema, volvió a salir al mar. A bordo iban un vecino de Vilagarcía de Arousa, otro de Boiro y un angoleño que acabaron detenidos cuando este domingo el barco fue objeto de abordaje.

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