Los dueños de la casa de Cabral permitirán a la pareja de okupas pasar la Navidad allí

“Vamos a ser condescendientes con ellos y permitirles que pasen allí las navidades”. El caso por la okupación el pasado octubre de una vivienda unifamiliar en la parroquia viguesa de Cabral ha tenido un inesperado y solidario desenlace.

Ayer estaba señalado en el Juzgado de Instrucción número 3 de Vigo el juicio contra el varón que, contra la voluntad de sus propietarios, entró en la casa en compañía de su pareja. Pero, ante el compromiso del denunciado de abandonar el inmueble este próximo lunes 26 de diciembre, los dueños del mismo desistieron de seguir el procedimiento judicial contra él. Eso sí, siempre que cumpla su promesa. Este acuerdo permitirá que los okupas tengan un techo donde pasar la Nochebuena y el día de Navidad.

Okupan una vivienda en Cabral cuando el dueño tapiaba los accesos

“Nuestro principal objetivo es que se vayan y, dadas las fiestas en las que estamos, no vamos a oponernos a que esto se retrase hasta la próxima semana”, afirmaba el abogado del matrimonio propietario de la vivienda tras la breve vista en la que se suscribió esta especie de conformidad entre la acusación y la abogada que ejerce la defensa del okupa.

En caso de que llegado el lunes día 26 el compromiso no se cumpliera, el juicio, como advirtió la propia jueza, finalmente se celebraría el 29 de diciembre. En cuanto a los posibles daños que pueda haber en la casa –de hecho los dueños tienen fotos de como la pareja sacó fuera del inmueble numerosos muebles que ahora se acumulan en la finca–, el letrado concretó que, una vez recuperada la posesión de la propiedad, se “verá” si eso daría lugar a otra denuncia judicial.

"La casa de mi madre"

Los dueños de la vivienda, Luis Andrey y Puri López, respiraban ayer aliviados en los juzgados por el hecho de que esta pesadilla esté ya llegando a su fin. “Era la casa de mi madre”, afirma afectada la mujer. “Me duele lo ocurrido, porque allí está la historia de mis padres, de mi vida y mis recuerdos”, ahonda, indicando que recibió el inmueble en herencia. La intención del matrimonio es vender o alquilar la casa, en la que últimamente no vivía nadie hasta que fue okupada por la pareja que sigue dentro.

Sobre la okupación, Luis cuenta que le avisó su hermano, que vive en las proximidades. Su intención era tapiar con ladrillos la casa, pero ya no pudo. En una primera ocasión los okupas se disculparon alegando que pensaban que la vivienda estaba abandonada y se fueron. Pero después volvieron, negándose a irse, y le dijeron al propietario que su abogado les había aconsejado que se quedaran “allí”.