Fin al problema de la sequía en la provincia. Las abundantes lluvias del mes de noviembre han permitido que los embalses que abastecen al área de Vigo y todos los de la demarcación de Galicia-Costa se encuentren por encima de la ocupación media a estas alturas del año durante la última década.

Según consta en el último boletín hidrológico publicado por Augas de Galicia este lunes, las presas de Eiras (80,16%), Zamáns (86,78%) y Baíña (92,36%) lograrían dejar atrás los meses de restricciones en el consumo gracias a los dos últimos meses en los que ha llovido tanto como en todo el 2022 hasta entonces. Es por ello que todos ellos se encontrarían al borde de su capacidad de resguardo, situada entorno al 20% en los meses de invierno.

De hecho, la tregua dada por los chubascos durante el fin de semana que permitió registrar un lleno en los hoteles y calles de la ciudad con motivo de la Navidad ha provocado una ligera caída en el de Eiras –el de mayor capacidad y del que beben Vigo, Redondela, Mos, Cangas o Moaña– al pasar de los 19,16 a 17,77 hm³ almacenados.

En cualquier caso, todos los embalses se encuentran entre un 10 y un 20% más llenos que hace dos meses.

Esta situación contrasta con la del resto de España. Actualmente los pantanos almacenan 19.241 hectómetros cúbicos de agua, 797 hm³ más que hace una semana y equivalentes al 1,4 % de su capacidad, pero 2.758 menos que hace un año, cuando la reserva se situaba en el 39,24 %, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica.

Si la comparativa se hace con la media de la última década, los embalses españoles han perdido 9.483 hm³ de agua, el equivalente al 17 % de su capacidad total.

Vigo, capital de la lluvia

Según los datos del Ministerio, la máxima precipitación de esta última semana de noviembre en toda España se produjo en la ciudad con 203 litros por metro cuadrado.

De hecho, el viernes 25 fue una jornada histórica al ser la de mayor lluvia en cinco años. Según el registro fueron más de 57,9 L/m², la mayoría de madrugada.

Las precipitaciones no habían sido tan abundantes desde el 10 de diciembre de 2017, con 65,6 L/m². Esto provocó un río desbordado en Cabral, muros caídos y barcos a refugio en Cíes y el puerto.