Hiperxel ultima el traspaso de su gestión a un fondo inversor para tratar de evitar la quiebra

La operación implica la salida del CEO, Juan José Villamizar | La finlandesa Certior Credit asume la cadena, con 102 establecimientos en toda Galicia, a través de la firma Resilience Partners | Urge una inyección de liquidez

Tienda de Hiperxel en el centro de la ciudad.

Tienda de Hiperxel en el centro de la ciudad. / Alba Villar

Lara Graña

Lara Graña

Juan José Villamizar, el consejero delegado (CEO) y presumiblemente líder ejecutivo de la cadena Hiperxel –es la marca comercial de la empresa Xeldist Congelados–, abandonará la compañía. Dejará tras de sí una firma insolvente, toda vez que no está en disposición de atender a sus pagos corrientes, que acumula un reguero de deudas con la plantilla, proveedores o propietarios de sus locales y con las neveras vacías tras varias semanas sin recibir mercancía. Y lo hará, si cristalizan las negociaciones en curso, dentro de una operación de traspaso completo de la gestión, según pudo saber FARO en fuentes de toda solvencia, en la que está previsto que emerja un actor que había permanecido en un tercer plano hasta ahora. Se trata de un fondo de inversión que había participado, hace poco más de un año, en la compra de la propia Xeldist a la multinacional Iberconsa. Fue el financiador de Grupo Vinova (Vinova Investments), todavía propietaria tanto de las tiendas de Hiperxel como de Congelados Cíes. Es el fondo Certior, de Finlandia, que tiene en España a la empresa Resilience Partners como advisor (asesor) y coordinador. Su principal responsable es Agustín Pla. Está previsto que el acuerdo se firme de forma inminente.

El objetivo es claro: evitar el colapso completo de la cadena de venta minorista de congelados, con 102 establecimientos en Galicia y 16 repartidos en el área de Vigo. Xeldist está ahora a merced de múltiples acreedores, que están en disposición de instar un concurso necesario (suspensión de pagos forzosa) porque el escudo protector que había desplegado el Gobierno contra estas quiebras solicitadas por terceros, con motivo del COVID, caducó el 30 de junio. No obstante, el proceso negociador entre el CEO de Vinova y este fondo de inversión impidió, a priori, que se hubiese materializado este riesgo. Al margen del traspaso de la gestión, y en espera de conocer el contenido de esos contactos, Certior –directamente o a través de Resilience Partners– deberá realizar una importante inyección inmediata de capital en la matriz de Hiperxel. No solo para ponerse al día con los trabajadores y la Seguridad Social, sino también para aportar la suficiente confianza a la cadena de proveedores comerciales y evitar cualquier desalojo de sus tiendas. Más de 300 personas, buena parte de ellas mujeres, no han cobrado sus nóminas del mes de agosto; han convocado una huelga para los días 22 y 23 de septiembre.

“Quien compre –explican fuentes del sector de distribución minorista– debe tener solidez financiera y capacidad de suministro a tantos puntos de venta”. Los camiones de reparto y autoventa llevan un mes parados en Teis, como desveló ayer FARO. “Antes tenían un socio que les permitía tener una garantía de suministro detrás, lo que también facilitaba una política de ofertas que conectaban con el consumidor”, abunda el mismo directivo consultado, en referencia a Iberconsa. Empresas pesqueras consultadas han explicado en esa “pérdida de confianza” el motivo por el que o bien dejaron de proveer a la cadena en los últimos meses o bien nunca decidieron hacerlo. “Antes sí le vendíamos, pero poco. El retail (venta minorista) no es un mercado de grandes márgenes, pero operaban muy bien”. Fundada hace más de treinta años, la cadena Hiperxel se había convertido en un actor fijo entre los consumidores gallegos y un bocado apetecible para otras empresas del sector minorista, debido a su penetración en el mercado y a una buena imagen de marca.

En el momento en que Villamizar anunció la compra de Hiperxel –Vinova ya era propietaria de Congelados Cíes–, anunció una “fuerte expansión” fuera de Galicia, donde se toparía con fuertes competidores como La Sirena. “Apuntala la fuerte apuesta de Grupo Vinova por afianzarnos en el sector retail, con el que prevemos facturar este año más de 40 millones entre las dos cadenas de tiendas y continuar expandiéndonos a otras zonas del territorio nacional”, concretó entonces el directivo. Entonces, como destacó él mismo, recordó que había “salvado de la quiebra” la empresa Coinba, especializada en bacalao. Otro de los proyectos que había avanzado, la construcción de un complejo de frío y logística de 19.000 metros cuadrados en Baión, también quedó en un cajón.

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