La planta de hidrógeno verde que el Consorcio de la Zona Franca proyecta en el área portuaria de Bouzas tiene más de una decena de pretendientes. La entidad pilotada por David Regades ha recibido siete propuestas de trece empresas –algunas se postulan en UTE (unión temporal de empresas)– para la construcción de la infraestructura. El plazo de presentación de ofertas finalizó el pasado viernes. La adjudicación está prevista “en unas semanas”, según la información facilitada por el Consorcio, y la puesta en servicio, “en el segundo semestre de 2024”.
A las oficinas de Zona Franca han llegado las proposiciones de Oreco Balgón, la UTE Sacyr Construcción y Sacyr Industrial, la UTE Serveo Servicios con Petrolan Infraestructuras y Ondoan S. Coop, la UTE Lantania SAU y Lantania Aguas, también Llitero Suport, así como la UTE Ferrovial Construcción y Compañía de Obras Castillejos, además de la UTE Imesapi y H2B2. El presupuesto marcado por el Consorcio vigués asciende a 7,3 millones de euros. El proyecto, que también contempla la instalación de casi 6.000 paneles solares y el mantenimiento por dos años de toda la instalación, cuenta con un presupuesto que se eleva a 7,3 millones de euros.
El delegado del Estado en la Zona Franca, David Regades, puso en valor “el gran interés que ha suscitado entre las empresas esta licitación” y presumió de que “Zona Franca se pone una vez más a la vanguardia de la transición ecológica y es pionera con la primera planta de producción de hidrógeno verde en Vigo”.
La actuación prevista, que traerá bajo el brazo la generación de empleo, opta a una subvención de 1,5 millones del Programa H2 Pioneros dentro del Perte (proyecto estratégico para la recuperación y transformación económica) de energías renovables, hidrógeno renovable y almacenamiento (ERHA) del Ministerio de Transición Ecológica, cuya solicitud se presentó el 6 de mayo. El proyecto cuenta con los apoyos del CTAG (Centro Tecnológico de Automoción de Galicia), EnergyLab (Centro Tecnológico de Eficiencia y Sostenibilidad Energética) y Ceaga (Clúster de Empresas de Automoción de Galicia).
El plan del Consorcio incluye una planta de producción, almacenamiento y dispensado de hidrógeno (hidrogenera) que ocupará 350 metros cuadrados. El hidrógeno producido se utilizará para impulsar flotas de vehículos, por lo que “debe mantenerse una producción constante de hidrógeno a lo largo del año”, precisa la entidad. Es por esta razón que la planta está diseñada para absorber electricidad de la red eléctrica cuando la energía solar no sea suficiente con garantías de origen renovable, lo que ocurrirá, principalmente, en invierno.
Se prevé, a su vez, una instalación fotovoltaica de autoconsumo que se instalará en los 15.000 metros cuadrados de las cubiertas de las naves del polígono de Bouzas de Zona Franca. Constará de 5.982 unidades con una producción anual de 3,8 GWh, de los que 2,05 se destinarán a la hidrogenera y 1,54, a autoconsumo. El consumo anual de agua llegará a 1.190 metros cúbicos al año y la producción, a 54 toneladas métricas.
“El proyecto abre una puerta a un futuro descarbonizado, favoreciendo el desarrollo de nuevas tecnologías, mejorando la seguridad y resiliencia de los sistemas energéticos y actuando como un ejemplo para la sociedad. Al mismo tiempo, ayudará a establecer una infraestructura que estimule la adopción de vehículos impulsados por combustibles alternativos, como el hidrógeno. Se estima que este proyecto reducirá 1.215 toneladas de emisiones anuales de CO2”, apuntan desde el Consorcio. Ya hay en Vigo vehículos de servicios públicos que utilizan el hidrógeno, y se prevé un incremento de la demanda, de ahí la apuesta firme de Zona Franca por esta iniciativa sostenible.
El hidrógeno no existe libre en la naturaleza. Para sustituirlo por la gasolina o el gasoil, hay que fabricarlo mediante la técnica de electrolisis: se aplica electricidad al agua para separar las moléculas de hidrógeno del oxígeno. El apellido “verde” se le aplica porque el origen de la electricidad son las energías renovables.
El Gobierno central y las grandes energéticas españolas, como Repsol, Endesa o Iberdrola, ya han decidido apostar por el hidrógeno verde, que puede llegar a convertir a España en un país exportador de energía gracias al viento y el sol. También el Puerto de Vigo, que proyecta en Bouzas una planta de producción para comenzar a funcionar en enero de 2024. En un escenario en el que se prima el cuidado del medioambiente, todo apunta a que este producto se trata del combustible del futuro.
