El crac financiero de 2008 transformó el mercado inmobiliario del Estado español por completo. Uno de los parches que se creó para tratar de gestionar los activos inmobiliarios tóxicos fue la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria, más conocida como Sareb. En su accionariado se encuentran algunas de las entidades bancarias más relevantes del Estado: Banco Santander (22,2%), CaixaBank (12,2%) o Banco Sabadell (6,6%). Pero desde enero de este mismo año, el Consejo de Ministros decidió erigirse como accionista mayoritario a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).
Aquel giro en la economía puso los cimientos para que, hoy, fondos de inversión y bancos sean los caseros de España que más propiedades acumulan. En Vigo, según los datos públicos actualizados del también denominado banco malo, los datos revelan que el organismo aumentó algo más de un 17% su patrimonio en la ciudad en apenas cuatro años. Si al cierre de 2018 la Sareb contaba con 320 propiedades en su cartera, hoy ese número se ha elevado hasta las 387. El valor total hace casi un lustro era de casi cincuenta millones de euros. A día de hoy, fuentes oficiales de la Sareb todavía no aportan ese dato con precisión. Habrá que esperar al cierre del ejercicio 2022 para conocer si, además de aumentar su número de activos, también ha hecho lo suyo con el valor de esas propiedades en el mercado.
Lo más probable es que sí. Por una sencilla razón. Si se observa cómo han fluctuado en los últimos cuatro años el número de propiedades de cada tipo, la hipótesis parece sencillamente sostenible. El único tipo de propiedades en la que la Sareb reporta una bajada es en los anejos. Esto es: trasteros, bodegas o espacios similares. De hecho, esa caída es de más del 32%. Si en 2018 la Sareb tenía en su haber 65 de estas propiedades, hoy cuenta tan solo con 28 según la última actualización de su base de datos. He aquí una inclinación significativa. Mientras que se han deshecho de los anejos con más o menos facilidad, han ido aumentando significativamente las viviendas y lo suelos que tienen en propiedad. Las primeras pasan de 54 a 61 en cuatro años (un 11,5% más) y los suelos pasan de 148 a 187 (un 20,9% más) en el mismo período.
Además, los locales comerciales también suben un 5,3%, pasando de 54 a 57 y las obras en curso se mantienen en 54 con una pequeña variación al alza del 1,9%. Por lo tanto, vista esa nueva repartición de activos, resulta altamente probable que el patrimonio de la Sareb a día de hoy haya incrementado notablemente su precio en el mercado inmobiliario.