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La segunda vida del mural en memoria de Martínez Garrido

El artista cubano-vigués Nelson Villalobos reconstruye su obra de casi cincuenta metros convertida ya en símbolo de O Calvario

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Así construye la obra en memoria de Martínez Garrido el artista Nelson Villalobos Javier H. Rodríguez

En un reducto artístico del popular barrio de Teis, Nelson Villalobos da las últimas pinceladas sobre su última obra. El concepto no es nuevo, pero la ejecución sí. El pintor cubano, afincado en Vigo desde hace más de dos décadas, tiene el objetivo de reconstruir el mural que en 2015 presentó como intervención urbana en la avenida de Emilio Martínez Garrido. La figura del alcalde vigués asesinado por los golpistas en el treinta y seis fue, entonces, fundamental en el desarrollo de su creación: “Yo quise hacer un homenaje a su figura. Lo pensé como una gran manifestación de color. No hay rostros. No hay géneros. Solo habla el color”, reflexiona mientras observa las planchas que, juntas y en su ubicación final, suman casi cincuenta metros de largo.

A pesar de que el desarrollo conceptual y el proceso de creación artística se remonta a casi una década atrás, Villalobos ha encontrado un nuevo reto sobre la misma obra: el desarrollo técnico para fomentar al máximo su perdurabilidad en el tiempo. Después de siete años, el colorido mural sufre el desgaste de las inclemencias climáticas y de alguna que otra pintada mediocre. Por eso, en esta reconstrucción, Villalobos y su equipo (Héctor López, Juan Carlos Aguerreberry y Eligio Iglesias) utilizan una pintura con esmalte de poliuretano pensada para los cascos de los barcos. E implica una nueva complejidad. Sus características químicas hacen que se solidifique en apenas tres horas. Eso les ha obligado a organizar la obra por tandas de colores y acometer el proceso de pintado en aproximadamente dos horas por color.

En verdad, esta reconstrucción es como empezar de cero. Para asegurar su supervivencia durante el mayor tiempo posible y las potenciales reparaciones, Nelson Villalobos y su equipo han decidido rehacer la obra sobre unos paneles mucho más ligeros que los anteriores. En la instalación precedente, se tuvieron que emplear grúas para el montaje y una estructura permanente muy robusta para soportar las planchas. Eso imposibilitaba su adecuada restauración o, al menos, la complicaba mucho. Esta nueva idea permite que si alguno de los treinta paneles sufre algún desperfecto humano o natural, Villalobos puede desmontarla, llevársela a su estudio y repararla de una forma bastante más sencilla. De hecho, en el nuevo montaje, que se prevé para dentro de un mes, los operarios solo tendrán que armar unos andamios para atornillar las nuevas placas sobre las anteriores.

En una primera ojeada a esta obra del pintor cubano, el espectador pudiera juzgarla como simple, pero nada más lejos de la realidad. “Los patrones de esta obra se componen como si fuese un pentagrama. Tiene un ritmo diferente en cada una de las alturas”, explica Villalobos.

El concepto principal, antropomórfico, ya se ha convertido en parte de la simbología del barrio de O Calvario y también de Vigo. De hecho, su creador ya baraja la idea de más intervenciones urbanas, pero esta vez con volumen y en forma de escultura: “Me gusta la idea de que la gente interactúe con la obra, que la vivan”. De hecho, una de las primeras ideas que el artista pensó fue que este gran mural se plasmase como un auditorio físico. Que todas las figuras tuviesen volumen y generasen sombras interesantes. El presupuesto que hubiese implicado fue demasiado alto en aquel momento, pero la idea sigue rondando su cabeza.

Villalobos considera que su obra, en cierto sentido, abrió una veda en el muralismo de la ciudad: “Esta ciudad ha cambiado mucho desde que llegué. Me gusta pensar que esta obra es parte de ese cambio hacia el colorismo urbano que ahora tiene”.

Nelson Villalobos y su equipo de trabajo estarán sumidos en esta recreación durante un total de dos meses. El proceso y el tamaño de la obra lo requieren. El tipo de pintura necesita dos manos. Una primera con pistola y una segunda que han ejecutado con rodillo. En las próximas semanas pondrán el último detalle: los perfiles negros de todas las figuras. Esas líneas negras pintadas a pincel completan un meticuloso trabajo de composición artística y ejecución técnica.

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