Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La pesca apura la renovación de Beiramar con un frigorífico de CO2 por 3,8 millones

Centro Loxístico Porto de Vigo cristaliza su expansión en el antiguo edificio de Fribesa, con 3.800 toneladas de capacidad | Recubrirá la estructura con paneles que simularán el mar

Recreación de la futura instalación de Centro Loxístico Porto de Vigo. / CEDIDA

Centro Loxístico Porto de Vigo (CLPV) se gestó como el primer centro de negocios en España para la industria pesquera, con instalaciones frigoríficas como corazón de su actividad, pero con oficinas, espacios para eventos y representación. El objetivo era, y así se materializó, disponer de una infraestructura compartida y remediar la escasez de logística de frío en la ciudad. Y en una zona, además, que había perdido el dinamismo de antaño: el adiós de Frigodis (Pescanova), Pescapuerta, la quiebra de Frigoríficos Berbés (Fribesa) o el posterior cese de Frivigo fueron convirtiendo el entorno de Jacinto Benavente en una postal de abandono. CLPV cogió, de hecho, el testigo de las dos primeras, con un nuevo edificio de 11.000 metros cuadrados de superficie y capacidad para 5.800 toneladas de pescado congelado. Lanzada de inicio por la viguesa Comercial Pernas, la sociedad enseguida abrió su capital para dar entrada como socios a referencias en el sector como la armadora Chymar, Marfrío o Confremar. Hoy, cuatro años después, prepara su expansión a la nave contigua. La planta de la desaparecida Fribesa se convertirá en un frigorífico 4.0, con un sistema de refrigeración de CO2 y capacidad para 3.800 toneladas. La inversión rondará los 3,8 millones de euros. Un esfuerzo que se complementa con los ya asumidos por las pesqueras Atunlo y Frigalsa en la misma zona, y que permitieron la recuperación de la antigua factoría de Freiremar.

CLPV cristalizará así una expansión que ya había proyectado en 2019, cuando concurrió al concurso de la Autoridad Portuaria de Vigo para asumir la nave, pasto de fuegos y okupas. Pero en aquel momento se la adjudicó la auxiliar del naval Emenasa, que, tras solicitar dos prórrogas para el inicio de las obras, finalmente renunció a la concesión. Ahora, la compañía que dirige Jorge Pérez Graña avanza en una iniciativa que dará un cambio de imagen a la principal fachada al mar de la ciudad. “Tenemos que mantener la estructura actual, no pudiendo derribar ninguna de las paredes que quedan en pie”, explica el directivo. Es un condicionante no solo a efectos de capacidad, sino también de estética, al tratarse de un edificio cuadrado. A nivel productivo, contará con una capacidad de 3.800 toneladas, lo que elevará el total disponible de esta empresa hasta las 8.000. Asimismo, como desvela el máximo responsable de CLPV, la infraestructura dispondrá de una sala de picking (proceso para la preparación de la mercancía), “que dará mucha más versatilidad".

  • Las cifras

    Capacidad 3.800 toneladas Inversión 3,8 millones € Superficie const. 14.500 m2 Planta 3.300 m2 Refrigeración CO2 Ahorro en consumo 45 %

El consumo

En un momento de máxima tensión inflacionaria por el coste de la electricidad, además de los insumos, la empresa ha proyectado una instalación con refrigeración de CO2. “Es la tecnología actualmente más eficiente, entre cuyos beneficios está el respeto al medio ambiente, dado que el refrigerante, CO2, se recicla de la atmósfera, contribuyendo a reducir el efecto invernadero, además de no ser tóxico ni inflamable”. Y, además, redundará en un ahorro del consumo eléctrico, que podrá alcanzar el 45%. El edificio contará con paneles fotovoltaicos. “Este tipo de instalaciones son compatibles con el respeto a la sostenibilidad medioambiental y social –concluye Jorge Pérez–. La utilización de gases de efecto invernadero reciclados, la reducción del consumo energético junto con la utilización de energías renovables favorecen una considerable reducción de emisiones contaminantes”.

Aspecto exterior de la planta de CLPV. / MARTA G. BREA

La nueva planta complementará en lo económico, logístico e industrial a la que ya está en funcionamiento –que da a Beiramar y Jacinto Benavente–, también en el aspecto visual. El arquitecto Constantino Pampín ya fue el encargado del diseño del edificio de Centro Loxístico Porto de Vigo, muy inspirado en el mar y el blanco de las olas. Y esta seguirá siendo su inspiración. “Propone recubrir el edificio con paneles de colores que representan las distintas tonalidades del mar y la espuma”, detalla Pérez Graña.

Estado actual de la antigua Frigoríficos Berbés. / ALBA VILLAR

En la misma zona, la pesquera Pereira también contribuirá a la recuperación y mejora de estos espacios, toda vez ha decidido dar una segunda vida a su planta de Beiramar para transformarla en una factoría piloto o centro de I+D para el desarrollo de nuevos productos y formatos.

Compartir el artículo

stats