El Concello ya tiene en su poder los informes técnicos sobre los restos encontrados en Elduayen. Un mes después de que las obras del túnel de la Puerta del Sol sacaran a la luz varias edificaciones, la comprobación con fotometrías y planos históricos las identifica con las viviendas derruidas allí en 1888.
La historia se repite siglo y medio después, aunque en esta ocasión parece que no hay mayor margen de actuación. Estas viviendas ya aparecen en el plano de Manuel Fernández Soler de 1879, en el cual se recomendaba su expropiación para poder abrir la calle “Travesía”, renombrada poco después y hasta la Guerra Civil en honor al político e ingeniero José Elduayen.
El informe valorativo de Anta de Moura desengrana en 110 páginas el proyecto actual del túnel, la historia del barrio y los restos encontrados durante la excavación actual. Un profundo trabajo bibliográfico en el que dibuja el callejero de esta zona desde el plano de Turriano de 1597 y se explica, a través de datos y comentarios, el estado actual de los muros localizados.
Según el mismo, “prácticamente todo el material encontrado en el área tiene una cronología que podemos situar entre los siglos XVIII y XX, sin que apareciesen prácticamente materiales anteriores”. Y es que a pesar de que estas construcciones ya existieran con anterioridad, eran derruidas y reformadas con relativa frecuencia y por ello estos restos fueron eliminados.
Según el documento firmado por Sandra González Parente, estas edificaciones “presentan un estado de conservación muy deficiente” ya que solamente se encuentran “cimentaciones de las casas expropiadas, sin niveles de suelo asociados”.
La arquitecta sentencia asegurando que “la conservación de estos elementos es incompatible con la ejecución del túnel tal y como está proyectado”. La decisión de preservar o incluso musealizar estos restos queda en manos de la arquitecta municipal y Patrimonio, aunque todo parece indicar que no reúnen los requisitos de singularidad necesarios para ello.
También se han encontrado restos de cerámica que, si bien conservan el color original del S.XVIII y serán analizados detenidamente, no estaban acompañados de otros anteriores.
La calle Elduayen supuso la conexión de las carreteras de Baiona y Pontevedra a través de un vial de 15 metros de ancho –cinco metros más de lo previsto– en una de las grandes vías del Vigo decimonónico. Esto obligó a partir en dos el Casco Vello, realizando importantes modificaciones sobre el terreno y sus calles adyacentes: Sombrereiros y San Vicente.
Los mismos informes también detallan la situación del otro punto conflictivo durante las excavaciones, en el extremo opuesto del túnel. Sin embargo, el descubrimiento del túnel de los Caños entra dentro de lo previsto por los técnicos y no supondrá ningún problema para el futuro paso subterráneo. Ya en las primeras visitas a la zona hace dos años fueron comprobados los parámetros de este “pasadizo” de 18 metros de longitud y hasta cuatro metros de ancho.
Capilla de la Misericordia
Arquitectos e historiadores apuntaban a que la mayor amenaza a la construcción del túnel sería la aparición de la capilla de la Misericordia. Este templo benedictino data del S.XVI, lo que hubiera obligado a paralizar por completo la obra.
Sin embargo, esta hipótesis se desvanece tras cotejar los restos con archivos históricos. “Cabe destacar que no encontramos ninguna huella debido, con toda seguridad, al nivel muy alto al que se encontraba el substrato natural en la zona”. La importante alteración en ella por la instalación de servicios a lo largo de los dos últimos siglos habría hecho desaparecer cualquier resto de la misma.
Revestimiento de hormigón
Este lunes se han retomado los trabajos en la zona, aún a la espera del veredicto final de Patrimonio. Los obreros recubrieron con un manto de hormigón una parte importante de la excavación, aunque lejos de la zona de obras. Los grupos municipales de Marea y BNG ya han presentado sendas moción en la que solicita información al respecto al gobierno local.
