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Análisis

La enésima llaga al corazón del Noroeste

Manifestación en defensa de Peinador, en junio del año 2013. Ricardo Grobas

Las listas de boda que han confeccionado los distintos gobiernos comunitarios para acceder a la lluvia de millones de los fondos COVID tienen idéntico regusto. Es lógico porque todos persiguen y perseguirán lo mismo: crecer más, mejor y de forma más equitativa. Lo que cambian son los detalles del ajuar. Si en Italia los grandes capítulos de inversión escoran hacia la digitalización, la salud o el transporte público electrificado, en Portugal son las infraestructuras la columna vertebral. “Es sobre todo un plan para cambiar la vida cotidiana de los portugueses, para construir nuestro futuro”, advirtió António Costa, cuando recibió el ok de Bruselas. Y el primer ministro portugués puso buena parte de los focos apuntando hacia el norte. “Es prioritario que en 2030 sea una realidad el AVE Lisboa-Oporto-Vigo”, abundó, descartando la conexión Lisboa-Madrid que defendía La Moncloa. Si Vigo –que es la primera ciudad de Galicia y de todo el Noroeste español– va a tener una conexión ferroviaria de alta velocidad antes de 2030 será gracias a Lisboa. No al Gobierno de España. Ni al actual y, ni muchos menos, al de Mariano Rajoy.

No solo la hemeroteca, sino el sentir y la memoria de la ciudad, prueban la terca miopía de la Administración, dirigida por PP o PSOE, que han reprometido un trazado directo Vigo-Madrid, metido en un cajón durante décadas y ahora corre riesgo de ser enterrado definitivamente.

La hemeroteca y el sentir de la ciudad prueban la terca miopía de la administración, del PP y del PSOE

Hasta tres presidentes del Gobierno –José Luis Rodríguez Zapatero, Rajoy y Pedro Sánchez, con sus segundos y terceros espadas, y desde luego toda su guardia pretoriana política– garantizaron a Vigo y en Vigo el trazado directo por Cerdedo. Y no fue un despiste pertinaz de locución. Son olvidos que recuerdan a un pasaje de la novela distópica 1984, de George Orwell. Cuando su protagonista debía informar a la población de que la ración de chocolate iba a ser reducida, después de que el gobierno (el Gran Hermano) hubiese prometido con vehemencia lo contrario, Winston solo tuvo que cambiar las noticias pasadas. “El Ministerio había lanzado en febrero la promesa (oficialmente se le llamaba compromiso categórico) de que no habría reducción de la ración de chocolate durante el año 1984 [...] El único cambio necesario era sustituir la promesa original por la advertencia de que probablemente habría que reducir la ración hacia el mes de abril”.

Solo que, aunque a veces lo sufran, la vida real y Vigo no son novelas distópicas. En la historia reciente, el maltrato (o desprecio) de las administraciones, estatal o autonómica, a Vigo tiene cuatro hitos.

Manifestación en Santiago de Compostela reclamando infraestructuras para Vigo en 2007 X. REY

Alta Velocidad. “Vamos a ver cómo funciona la demanda y eso va a condicionar las prioridades”, admitió este viernes a FARO el secretario general de Infraestructuras, Sergio Vázquez Torrón. La conexión directa entre Vigo y Ourense –el enlace por Cerdedo– no figura en la lista de proyectos prioritarios del Ministerio de Transporte, y el número tres del departamento explicó sus motivos. Primero, porque no se moverá ni un papel hasta que se concluya el estudio hidrogeológico en junio. Y si superase el escollo ambiental, tendría otro: la decisión dependería de “unos niveles de demanda” cuando menos difusos. ¿Qué “demanda” habilitaría el cumplimiento de un compromiso con Vigo? ¿Cómo se mide una “demanda” favorable si, como sucederá a partir del 21 de diciembre, los usuarios del tren de Vigo y su área deberán ir por Santiago para llegar a Madrid? Pero lo más importante: ¿desde cuándo la Alta Velocidad a Vigo es un proyecto condicionado?

Los criterios de idoneidad o eficiencia–que ahora esgrimen desde el Ministerio– están sujetos a interpretaciones poco transparentes, incluso chocantes. Solo así se entiende, por ejemplo, que en la mesa del Ministerio se baraje una salida sur, la línea Vigo/Oporto, que realmente es una salida por el norte. Se trata de un ramal de conexión en el túnel de As Maceiras, en Redondela, que enlazaría la estación con la vía del Miño. Sería dar otro rodeo, como el de Santiago, para ahorrarse el túnel bajo Urzáiz. Si fuese así, adiós a la terminal pasante.

Multitudinaria manifestación por las calles de Vigo contra la fusión de las caixas en 2010 RICARDO GROBAS

Las caixas. Una multitud salió a las calles contra la fusión, empujada desde la Xunta (PP) y el Gobierno central (PSOE) –con la gallega Elena Salgado al frente de Economía, y el siempre caricaturizado Miguel Ángel Fernández Ordóñez Mafo en el Banco de España–, de Caixanova y Caixa Galicia. El éxito de la operación es conocido. Y las motivaciones, las siempre advertidas desde la ciudad. “La única razón por la que el FROB intervino fue por la situación económico-financiera en la que se encontraba en 2010 Caixa Galicia antes de que se produjera la fusión”. Es un mensaje contundente, y no de un pancarteo interesado. Pertenece a un auto de la sección 2 de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, de octubre de 2020: “Caixanova nunca habría sido intervenida si no se hubiera visto obligada a fusionarse con Caixa Galicia, dando lugar a Novacaixagalicia”.

Manifestación contra la supresión del partido judicial de Vgio en 2014 RICARDO GROBAS

El partido judicial. La ciudad también se movilizó para defender su demarcación judicial, amenazad por el proyecto de Alberto Ruiz-Gallardón. Su propuesta pasaba por crear partidos judiciales uniprovinciales con sede en la capital –en este caso Pontevedra–, amén de otras medidas que pusieron en pie de guerra a las fuerzas vivas de la ciudad. Hasta los jueces tan poco proclives a las protestas públicas salieron a defenderse del agravio. Al final el proyecto de Gallardón pasó por la trituradora. Pero la movilización fue determinante.

Concentración de apoyo al aeropuerto de Peinador en Porta do Sol convocada por Abel Caballero (de espaldas en primer término) en 2013 RICARDO GROBAS

El aeropuerto. A los tiempos en blanco y negro no les gusta decir adiós. De Manuel Fraga es la herencia de una política aeroportuaria gallega –seguida durante años por Emilio Pérez Touriño y Alberto Núñez Feijóo– que ha primado de forma constante, y con dinero de todos los gallegos, a Lavacolla. El tiempo –y de nuevo los vigueses en manifestación– ha probado que la estrategia de relegar a Peinador como un aeródromo de perfil empresarial y de mercancías era una engañifa diseñada por unos responsables públicos que se resisten a aceptar el peso de la mayor ciudad del Noroeste y en consecuencia a tratarla como se merece.

Reunión urgente de Caballero con Pardo de Vera

Apenas unos días después de que Abel Caballero hubiese acudido a Madrid para reunirse con la presidenta de Adif, María Luisa Domínguez, y analizar la situación de los proyectos del organismo público con la ciudad (salida sur y conexión del AVE por Cerdedo, entre otros), el alcalde volverá a mantener un encuentro con un responsable del ministerio, en esta ocasión con Isabel Pardo de Vera, la secretaria de Estado de Transportes y número dos del departamento que dirige Raquel Sánchez.

La cita convocada con carácter de urgencia se produce después de que FARO desvelase que el enlace de Alta Velocidad de Vigo con Ourense volvía a un cajón al no formar parte de los proyectos prioritarios del ministerio. Porque los técnicos de Adif, responsables del estudio hidrogeológico todavía en elaboración, cuestionan su viabilidad por razones medioambientales y económicas. Las dudas sobre el proyecto fueron confirmadas por el número tres del ministerio, Sergio Vázquez, que admitió que su ejecución estaba condicionada.

Caballero buscará en su reunión, inminente pero pendiente de fecha, con la gallega Pardo de Vera despejar “cualquier tipo de incertidumbre sobre un proyecto irrenunciable y estratégico para Vigo”. ”No vamos a admitir que la ciudad se quede fuera de la Alta Velocidad y quiero que se ese compromiso se ratifique y explicite de forma definitiva”, asegura.

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