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La educación del futuro, presente en el IES Valladares

Los colegios del mañana ya tienen una hoja de ruta. Se trata, de una forma pionera al resto de comunidades, de una guía específica para la construcción o rehabilitación y reforma de los centros educativos: el Plan de Arquitectura Pedagógica. ¿Qué lo define? Espacios abiertos y flexibles, más tecnológicos y digitales, sostenibles y una zona exterior que complemente a la interior.

Una profesora imparte la clase en el exterior del IES Valadares. // P.H.

Estos y muchos más recursos protagonizarán las obras que la Xunta de Galicia tiene ya anunciadas para el área de Vigo, como es la rehabilitación integral del Santo Tomé, el futuro IES de Navia, la reforma integral del Conservatorio Superior de Música de Vigo así como el proyecto de ampliación en el IES Pedras Rubias de Salceda de Caselas o el del IES Alonso Ríos de Tomiño.

Este cambio de paradigma será una realidad común en los próximos años, pero hay un centro en el municipio vigués adelantado a su tiempo. Y es que en el IES Valladares llevan cerca de tres años desarrollando este ambicioso proyecto de adecuación de los espacios para “lograr convertir al centro en un sitio confortable”.

Una clase en la biblioteca. // P.H.

Así lo define su directora, Eva López Tarrío. El instituto ha casi duplicado en los últimos años su capacidad, al pasar de 300 a los cerca de 500 alumnos actuales tras acoger la adscripción del CEIP Castelao y con ello, su dinámica también se vio alterada.

Ahora los espacios del centro son más inteligentes, amplios y flexibles. “Se ha mejorado mucho para adaptarse a la nueva realidad”, recalca López Tarrío. Entre estos cambios, la directora del IES destaca cuatro principalmente: por un lado el aprovechamiento de la zona exterior como aula de tutorías o cualquier otra materia, el aula magna o sala de profesores, el salón de actos y, por último, el corazón del centro, su biblioteca.

Influencia del COVID

La influencia del COVID condicionó en gran medida esta forma de concebir la docencia. En este instituto optaron por directamente llevar las aulas al patio. “Siempre que hace bueno los alumnos nos piden salir. Y hay que reconocer que en un buen entorno, si están a gusto, están más motivados y atienden mejor”, asiente Eva López.

El estudio de radio del instituto vigués. // P.H.

En su salón de actos, al igual que en la sala de profesores, optaron por tirar tabiques y convertirlo en un espacio amplio y flexible. “Podemos adaptarlo en función de las necesidades. En la sala de profesores, por ejemplo, optamos por mesas altas y bajas, con un pequeño balcón, para trabajar todos juntos, defendemos este modelo de coordinación. Es el que le transmitimos al alumno y tiene que empezar por nosotros”, amplía la directora.

En cuanto a la biblioteca, dista totalmente de lo que a priori se identifica con tal espacio. “Tenemos un laboratorio de radio, y zona de lectura, con sofás, pizarra digital, con un gran espacio abierto. La idea siempre es que el espacio se corresponda con la metodología de las clases”, precisa.

Una sala para estudiar.

Esta transformación en el IES Valadares es el camino por el que discurrirán los nuevos o reformados centros educativos. Pero hay más. Estos colegios tendrán tejados inclinados a dos aguas, una sola planta si es posible, colores claros, ventanas oscilobatientes, aulas más grandes y versátiles, espacios para el trabajo conjunto, ausencia de pasillos estrechos, patios de recreo cubiertos para disfrutar e incluso organizar clases y talleres, y pistas multideportivas pensadas para algo más que fútbol. La Xunta estima una inversión de 191 millones de euros para la adaptación de los recintos deportivos ya existentes y la creación de los nuevos a esta nueva filosofía educativa.

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