Mesas poligonales con mobiliario abatible, tabiques móviles para adecuar el tamaño del aula a las necesidades, entornos ajardinados, una única planta para todo el edificio, patios cubiertos, pistas adaptables a varios deportes, ventilación asegura, eficiencia energética y aislamiento, aparcamiento para bicis… Estas son algunas de las características de los colegios e institutos que ha diseñado la Consellería de Educación para el siglo XXI, marcados por las necesidades puestas sobre la mesa por la pandemia de COVID-19.
Dos meses después de su aprobación en el Consello de la Xunta, la administración mostró las líneas básicas de su plan de arquitectura pedagógica, una especie de manual de estilo para los centros educativos que marcarán no solo la construcción de nuevos colegios, sino también la reforma de los actuales. En tres años, Educación prevé medio millar de obras en los aproximadamente 1.100 centros de su competencia (casi 800 de educación infantil y primaria y más de 200 de secundaria y bachillerato). En tres años supondrá una inversión de 191 millones de euros.
El plan “recoge todas las enseñanzas que nos dejó esta crisis sanitaria para apostar por unos centros educativos mejor acondicionados, más implicados con la educación digital y las nuevas metodologías de enseñanza, más sustentables y más confortables para profesorado y alumnado”, expuso ayer el conselleiro Román Rodríguez durante la presentación de la hoja de ruta de calidad arquitectónica de su departamento para los años 2021-24.
Este manual de estilo impregna entorno, exterior e interior de los centros. Buscará varios accesos peatonales seguros, con amplios recintos y zonas ajardinadas (al menos un 5% de la parcela), priorizando edificios de plantas bajas únicas en la medida de lo posible. Contará con patios cubiertos con tejados de madera y comunicaciones “mediante porches cubiertos”.
La Consellería de Educación establece una guía de colores para los centros, priorizando los claros y ocres, y se establece una superficie total del centro de al menos 25 metros cuadrado por alumno, con aseos en cada aula, iluminación difusa y apuesta por la luz natural, así como blindaje acústico, según el plan avanzado ayer.
Se establecerán accesos por grupos para poder asignar una puerta a cada edad en los centros de infantil y primaria y se integrarán áreas verdades en su exterior, donde habrá un cierre perimetral con una zona amplia antes del recinto. También habrá patios interiores ajardinados, un espacio multifuncional con opción de ampliar con sala de usos múltiples y un espacio central complementario. Contarán con tabiques móviles. Y se promoverán los “huertos-jardín”.
Educación pretende fomentar la funcionalidad, por lo que optará por un mobiliario “adaptado a las medidas de cada ciclo”, con mesas “poligonales o de triángulos truncados” (mejorará la lucha contra contagios de enfermedades), y piezas “abatibles, apilables y de fácil almacenamiento” para poder adaptar las clases a la coyuntura.
Se promete un aumento progresivo del tamaño de las clases, con áreas multifuncionales, y una especie de foro “o espacio polivalente” para una agrupación de aulas. Se incrementarán los espacios de aseo, cuidados e inclusión.
Todos los centros contarán con un “polo creativo” basado en la experiencia piloto de los “espacios maker”: un aula dedicada a las nuevas tecnologías, con material de robótica, domótica, electromecánica, 3D... Su objetivo: impulsar las aptitudes científicas de los alumnos.
Educación abrirá los colegios a la ciudadanía ajena a los mismos. ¿Cómo? Podrán impartirse cursillos en las aulas de usos múltiples fuera del horario escolar, al igual que los gimnasios o espacios deportivos, para los que se buscará un acceso secundario. Se mantendrán los aparcamientos “alejados de la zona inmediata de los edificios del centro”.
