El cuerpo del brasileño Enoque de Meneses, muy conocido primero por regentar el kiosko de As Avenidas y después por su altruismo durante el suceso de O Marisquiño, colaborando con las fuerzas de seguridad para ayudar a muchos de los heridos por el derrumbe del paseo, ya descansa en el cementerio municipal.

Pese a los intentos del Juzgado de Instrucción 1 de Vigo, de guardia en el momento del fallecimiento, por favorecer su repatriación, finalmente los únicos familiares localizados no han podido hacerse cargo del cuerpo para su traslado a Salvador de Bahía, de donde era natural.

Fallecimiento

Esto motivó que se diese traslado de un oficio al Concello para que se hiciese cargo de su inhumación en el cementerio de Pereiró. Enoque de Meneses fue localizado sin vida en su casa el 28 de junio, tras varios días sin tener sus conocidos noticias de él. Su fallecimiento se debió a causas naturales.

Una veintena de casos

Su caso, si bien no es habitual, no es una excepción en los tribunales vigueses, quienes al año dan parte al Ayuntamiento vigués en cerca de una veintena de ocasiones para lo que se conoce como un entierro de beneficiencia; es decir, personas sin recursos que residían solas a las que no han podido localizárseles familiares o éstos no han podido asumir, por cuestiones económicas su entierro o, como en este caso, su repatriación.

Esta tarea, cuentan fuentes judiciales, no es nada sencilla. Recuerdan casos como el de un camionero búlgaro que, a pesar de contar con toda la documentación, dar con su familiar se prolongó durante meses; o el caso de un joven tailandés cuya familia decidió no repatriar su cadáver por razones ideológicas o religiosas al faltarle algunos miembros del cuerpo.