Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El retorno de un clásico de vapor a Vigo

El “Hidria II”, subido a una de las gradas de Cardama. | // R. GROBAS

La máquina del histórico vapor vigués Hidria Segundo pronto volverá a latir. El antiguo aljibe que durante las últimas décadas del pasado siglo embarcaba agua potable del manantial de las canteras de Meira para suministrárselo a centenares de embarcaciones de todo tipo, desde pesqueros hasta trasatlánticos, hoy se pone a punto en gradas de los centenarios astilleros Cardama de donde saldrá en las próximas semanas para ocupar el lugar que le aguarda en el muelle donde se ubica Portocultura, justo donde tenía su base cuando estaba en activo.

El “Hidria Segundo” junto con el “Roberto”, suministrando agua potable a sendos cruceros atracados en el muelle de trasatlánticos en agosto de 1986. Francisco Díaz Guerrero

Desde que en 1997 sus propietarios Sesé Otero y Jacobo Costas lo salvaran in extremis del desguace pagando de sus bolsillos un millón de pesetas, salvando la indiferencia de las instituciones que siempre miraron para otro lado a la hora de rescatar del soplete los numerosos barcos que formaron parte de la historia de la ría, el Hidria Segundo se mantuvo a flote contra viento y marea gracias al entusiasmo y fe sin límites de sus armadores, participando en eventos como la salida de la regata Volvo Ocean Race en aguas de Vigo en 2005, como espacio expositivo itinerante dentro de los actos del “Ano da Memoria” en 2006, o en la concentración de embarcaciones históricas Brest 2008.

Desde hace un par de años, un nuevo cambio de rumbo se abrió en el horizonte del histórico vapor que ve como las gestiones llevadas a cabo por sus armadores ante Concello y Autoridad Portuaria vigueses han llegado a buen puerto y, esta vez sí, echando un cabo para que el Hidria regrese a su lugar de origen una vez salvados todos los permisos y trámites burocráticos que conlleva la concesión del atraque y sirva de aula flotante y marco didáctico para niños y mayores, además de potente reclamo turístico para viajes por la ría a golpe de vapor, como lo ha venido haciendo hasta no hace muchos años en aguas de Arousa.

Estos días, Jacobo y Sesé se afanan en poner a punto la embarcación que ocupa una de las gradas del astillero Francisco Cardama, S.A., cedida desinteresadamente por su gerente Mario Cardama, cuya sensibilidad con los barcos que formaron parte de la historia de la ciudad queda fuera de toda duda como también lo demuestra el hecho de haber protegido en sus instalaciones durante más de una década a un maltrecho Bernardo Alfageme, salvado a última hora del desmantelamiento cuando languidecía en el desaparecido desguace de A Lagoa, en Teis y a punto de irse al fondo debido a la falta de mantenimiento de su casco, lo que hubiera constituido una afrenta para los marineros de la ría que desde 1944 hasta 1988 vivieron a bordo de este pesquero de leyenda construido en Barreras, días de trabajo y lucha en los difíciles caladeros de Terranova y Gran Sol.

Hoy, el antiguo pesquero preside la macrorrotonda de la avenida de Castelao no exento de polémica ante su más que dudoso emplazamiento que muchas voces continúan denunciado, máxime al tener en cuenta que el museo del Mar de Galicia en Alcabre no cuenta con ninguna embarcación de estas características que exhibir. Pero por fin, la lucha mantenida por Jacobo y Sesé ha dado sus frutos y la ciudad, que cuenta con una envidiable historia marítima podrá contar con un más que digno representante de su extenso patrimonio naval.

El "Hidria Segundo" y el "Roberto", en su antigua base frente a lo que hoy es Portocultura en 1990. Francisco Díaz Guerrero

El Hidria Segundo fue construido en los astilleros “José Roberto e Hijos S.A.”, de Teis en 1966 para la firma viguesa “Molins Valverde y Compañía”. Su máquina sin embargo es una verdadera reliquia que comenzó a funcionar en 1901 y que fue rescatada de las entrañas del Hidria (otra embarcación de la misma armadora), tras su hundimiento en 1959, que convierte al Hidria Segundo en el único barco a vapor en activo en España.

En el momento de su botadura, medía 30,50 metros de eslora por 8 de manga y 3 de puntal. Desplazaba 177,7 toneladas brutas y 86 netas y en su interior latía la mencionada máquina alternativa de triple expansión de 180 caballos de potencia, alimentada por carbón en sus orígenes y por gasoil en la actualidad. Con el paso de los años, la progresiva implantación de las plantas potabilizadoras en los buques comerciales hizo que el trabajo para los aljibes comenzara a escasear.

La empresa “Vapores de Vigo”, heredera de la antigua “Molins Valverde”, se vio obligada al cierre y a la venta para desguace de sus dos últimas embarcaciones (Hidria Segundo y Roberto) a mediados de los años noventa, tras casi un siglo de servicios en la ría. Pero los colores de la compañía todavía perviven en la chimenea de este museo itinerante que más pronto que tarde, comenzará a ser visto en las aguas que le vieron nacer y es que, como aseguran sus propietarios, el Hidria Segundo está llamado a cubrir una nueva página de su larga historia cambiando agua, esencial para la vida, por cultura, esencial para el espíritu.

Compartir el artículo

stats