El río Lagares cuenta con un sorprendente e inesperado habitante: una tortuga. En la mañana de este viernes, poco antes del mediodía, el reptil se dejó ver durante unos minutos en la orilla del cauce fluvial. Este insólito avistamiento ocurría en el tramo entre Balaídos y Ricardo Mella, a la altura de las naves del polígono industrial de O Caramuxo.

El animal mostraba una envergadura de unos 15 o 20 centímetros, por lo que era fácilmente reconocible desde la otra orilla del río, aunque su color pardo le permitía mimetizarse con el entorno. Según relatan las viandantes que presenciaron la inesperada escena, el reptil permaneció inmóvil durante unos instantes, con el cuello estirado. Esto les permitió tomar una fotografía y distinguir unas manchas de color amarillo en su cabeza. Rápidamente la tortuga se deslizó al agua y se le perdió la pista en el lecho fluvial.

La Policía Local anima a llamar al 092 para alertar de incidencias relativas a la flora o fauna salvajes

A la Policía Local no le consta ningún aviso sobre la tortuga, lo que no es de extrañar dada la naturaleza escurridiza de estos reptiles bajo el agua. Desde el cuerpo municipal apuntan varias posibles hipótesis: desde un extravío de su propietario hasta el abandono. Por ello, animan a aquellos viandantes que se percaten de la presencia del animal a llamar al 092. Desde la centralita se moviliza a la UMIR (Unidad Medioambiental de Intervención en el Rural), que se encarga de las alertas relacionadas con la flora y la fauna silvestres.

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Una posible especie invasora

Las vetas amarillas que las transeúntes pudieron identificar en la cabeza de la tortuga dan una pista, a falta de datos más precisos, sobre la especie. El hecho de hallarse en una zona del Lagares lejos del mar apunta a una tortuga semiacuática y de agua dulce. Podría pertenecer a la familia Emydidae y tratarse de una tortuga pintada o de orejas amarillas. En ambos casos sería una especie invasora, ya que son originarias de EEUU. Se hicieron muy populares como mascota, por lo que las hipótesis sobre su presencia en el río se relacionan con el abandono o la fuga del animal.

No es la primera vez que la Policía Local se encuentra con una de estas tortugas. Hace unos años socorrió a una con golpes en su caparazón que se localizó en Cabo Estai. Pero el hallazgo más impactante fue el de un ejemplar de tortuga aligator que se estableció en el Lagares después de fugarse de una casa en Matamá.