Hay una prueba diagnóstica de COVID, con una fiabilidad similar a una PCR, pero que arroja resultados en menos de 15 minutos y lo hace con una pequeña máquina fácilmente transportable. Además, es más barata. Acaba de llegar a la ciudad de la mano del Instituto de Termografía Medica Aplicada (Itema).
La han instalado esta semana técnicos de la compañía Abbott. Se trata de una de las pruebas conocía como técnicas moleculares equivalentes y que han sido autorizadas por el Gobierno como una de las alternativas para poder acceder a España a través de aeropuertos y puertos desde zonas de riesgo. Desde Itema destacan que “la aceptan el 90% de los países”. Así, grandes empresas han apostado por incorporar esta prueba rápida en sus servicios sanitarios para emitir certificaciones a los trabajadores que tengan que viajar.
Al igual que las PCR, estas pruebas buscan material genético del virus en el organismo. Pero, mientras la primera emplea calor para dar con él, estas usan enzimas para amplificarlo y ser capaz de leerlo. Al buscar la presencial real del SARS-CoV-2 –y no sus proteínas, como la de antígenos, o los anticuerpos que desarrolla el cuerpo– detecta la infección desde la incubación hasta dos semanas después, con similar fiabilidad.
La muestra también se toma con un hisopo vía nasofaríngea o nasal. Peor no hay que mandarla a un laboratorio. Se procesa en una pequeña máquina. Si el resultado es positivo, está en menos de 7 minutos. Si es negativo, en 13.
Al poder transportarse con facilidad, es posible hacer cribados en empresas con resultados in situ e inmediatos. O en eventos en los que se quiera garantizar que todos los asistentes están libres de COVID-19. En Itema cuentan que es algo que están planteando para los controles de acceso en el Mobile World Congress. También tienen información de que el grupo Sanitas lo está incorporando a sus centros y hay otros gigantes sanitarios cerrando acuerdos.
El precio también es un aliciente. En Itema costará entre 60 y 70 euros, lo que supone un ahorro con respecto a las PCR.
