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Parcelar las playas de Vigo, una tarea titánica

La división de los arenales en cuadrículas para controlar los aforos plantea retos como la organización o el trazado: en función de las mareas, el ancho de Samil varía hasta 69 metros

Playa de Samil, vacía debido al estado de alarma decretado para frenar la pandemia de Covid-19.// R. Grobas

¿Cómo parcelar un espacio que cambia de tamaño, que se ensancha y achica? ¿Cómo dividir en cuadrículas una superficie que se queda sumergida parcialmente durante ciertas horas al día? Y sobre todo, y para volverlo aún más difícil: ¿Cómo hacerlo en un espacio consagrado al relax, la diversión y el deporte y en el que en verano suele haber tantos (o más) turistas que vigueses al tanto de las medidas adoptadas por el Concello?

El Ayuntamiento tiene por delante un reto complicado, casi tanto como lograr la cuadratura del círculo: cuadricular las playas, dividirlas en parcelas que faciliten su disfrute de una forma ordenada en tiempos del Covid-19. Para que los vigueses y visitantes no tengan que renunciar a los arenales, pero sin ceder a las aglomeraciones que podrían poner en riesgo el esfuerzo de las semanas de confinamiento, el Gobierno local plantea una peculiar estrategia: dividir las playas en cuadrículas y establecer aforos, de tal forma que el número total de bañistas -y las distancias de seguridad- en puntos como Samil queden garantizados. Aunque se trata de una "idea inicial", el alcalde, Abel Caballero, ya la ha trasladado a la FEMP La medida estaría en cualquier caso pendiente madurar y de analizarse con el comité de asesores.

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De entrada, una de las principales complicaciones que presenta es que las playas no son espacios inalterables. Crecen y bajan según las mareas. Durante la pleamar equinoccial viva, por ejemplo, la superficie estimada de Samil Aunque se trata de dos escenarios extremos -apuntan los expertos- aportan una idea de la diferencia que llega a haber en función del estado del mar. En O Vao la pleamar equinoccial viva abarca 30.500 m2 y la bajamar, 66.000. La superficie estimada con marea media sería 46.000 m2.

Si se observa el ancho de los arenales, los cambios son igual de pronunciados. Con pleamar equinoccial viva la distancia desde el paseo hasta el mar es de 18 metros. Con bajamar alcanza los 87.

¿Cómo se controlarán los aforos?

La parcelación no es el único reto que tiene sobre la mesa el Concello. ¿Cómo se controlarán los aforos? ¿Cómo puede un bañista saber dónde hay espacio disponible, en cuál de las parcelas puede extender su toalla y plantar su sombrilla? Surge también la duda de si los controles de aforo se extenderán a las zonas verdes. El Concello deslizó el lunes la posibilidad de habilitar puntos de tránsito para desplazarse en una única dirección o fijar "caminos de ida y vuelta".

"Sabemos que no vamos a tener playas como el verano pasado. Ni vamos a querer", explicó ayer Caballero, quien apuntó otras posibilidades, como "controlar tiempos". "No contemplo dar números y horas a miles de personas, pero sí, el sistema de cuadrículas puede funcionar y hacer las playas seguras", anotó ayer el primer edil, quien recordó que el Concello ya está balizando para eventos deportivos y el reto es mayor en Galicia, por las mareas, que en Málaga, por ejemplo.

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