-¿Qué supone esta distinción, además, en su caso, a nivel individual?

-Sí, la coral ya tiene el colectivo desde el año 98. Si trabajas en lo que te gusta y tu ciudad te da una mención de estas y yo, que además me siento vigués de los pies a la cabeza, es un orgullazo, un honor. Sobre todo, es un premio que comparto con muchas personas. No solo mi familia y mis amigos, sino gente que siempre estuvo conmigo y confió en mí. Es un premio muy repartido.

-Cuenta que tiene la suerte de poder trabajar en lo que le gusta. ¿Fue fácil conseguirlo?

-No. Realmente fue muy complicado. Una lucha de muchos años. Empecé a dirigir con 17 y han pasado 41. Trabajo en lo que me gusta full-time desde que tenemos una fundación, hace 8 o 9 años. Era mi ilusión. Cosas como esta son la recompensa moral a esta lucha.

-¿Qué representa la música coral para la ciudad?

-La música coral en Vigo, en los últimos años, ha experimentado muchísima proliferación de agrupaciones. Es una afición que no siempre es estrictamente musical. Cumple en muchos casos un papel social. Que la gente se junte, que conviva y comparta. Eso es también muy importante

-Son 41 años y 31 al frente de la coral?

-En Casablanca, desde el 88. Empecé con la Coral Amarosa de San Miguel de Oia, que es mi parroquia, mi casa. Lo quiero compartir también con ellos. Sería muy injusto olvidarme de mis inicios.

-Ahora es el alma de la Casablanca. ¿Cómo la ha visto evolucionar en estas tres décadas?

-Lo primero es que la Coral Casablanca tiene algo muy inherente: la gente que viene no lo hace de paso. Están muchos años, 30 o 40. Eso le da mucha estabilidad. No es que hoy tengas una formación con una serie de personas y cambia al año siguiente. Por otro lado, desde que somos fundación, tengo que agradecer al presidente y al Patronato que siempre me hayan dejado hacer. Nunca se han metido en los temas musicales y eso a mí me ha permitido crecer. Si crezco lo normal es que la coral lo haga también. Lo ha hecho no solo en número, sino en proyectos y programaciones nuevas, en tener hijos, abuelos y nietos. Está dando sus frutos con un coro de peques, el Gepetto de mayores, el juvenil, los voluntarios que vienen a atender a los del coro de alzhéimer? Formar parte de ella tiene mucho de religión, de fidelidad, de integración. Eso vale su peso en oro. Los dos directores que me han precedido dejaron unas bases muy sólidas para que esto pudiera ser. Cuando la cogí la coral tenía 30 años. Contra la historia no puedes ir, te compromete.