Un exceso de aforo, ausencia de comprobación sobre la solidez de las estructuras y falta de mantenimiento y reparación del estado de paseo. La confluencia de estas tres premisas fue posiblemente el desencadenante del derrumbe del paseo de As Avenidas el pasado 12 de agosto según manifestó el presidente de la Autoridad Portuaria de Vigo Enrique López Veiga, argumentación que compartió durante su comparecencia en la Comisión de Investigación del accidente de O Marisquiño.

Junto a él, también comparecieron María Sobrino del Río, jefa del Área Técnica de la Gerencia de Urbanismo del Concello; Manuel Monroy Castro, ingeniero del Área de Seguridad y Movilidad; y Manuel Córdoba Ardao, asesor jurídico adjunto del Área de Seguridad y Movilidad.

López Veiga sostuvo que si bien el plan que regula la seguridad del festival -el Plan de Autoprotección de O Marisquiño- sí describe el escenario móvil, no hace "evaluación alguna" de las características del espacio donde se situaría el público. "La organización es la que sabe las características del concierto, en este caso un concierto al que asistiría mucho público con un grado de concentración elevado y con gente de pie, bailando y saltando. Este riesgo tendría que haberse tenido muy en cuenta e incluirlo específicamente en el Plan de Autoprotección del festival", valoró Veiga, quien matiza que el Concello, "de acuerdo con sus competencias de inspección y vigilancia atribuidas por ley" tendría que "haberlo revisado".

El presidente del Puerto entiende que es muy probable que en la noche del suceso se sobrepasase el aforo máximo permitido, hasta un total de 7.200 personas (el máximo era de 4.500). Ante esta situación y "previniendo que al concierto iba a asistir una cantidad considerable de público" y "que en los conciertos se salta y se baila", la estructura "tenía que ser objeto de comprobación de su solidez tanto por los titulares como por las autoridades de control".

Y es precisamente sobre este punto donde Veiga hizo mayor hincapié. El presidente portuario reiteró que no otorgaron ninguna licencia a O Marisquiño, sino una autorización de ocupación de una zona donde el Concello tiene el "usufructo" de la misma a través del convenio Abrir Vigo al Mar. Argumenta que esta cesión de espacios se produjo a "riesgo y ventura" de los promotores del evento. "El 18 de julio, la directora de la Autoridad Portuaria otorga esta autorización, pero sujeto a determinadas condiciones. El principio riesgo y ventura tiene un sentido muy claro, los organizadores son los que tienen que prestar la atención debida y analizar los riesgos del material puesto a su disposición", aclaró Veiga y precisó. "Los organizadores tenían que haberse esmerado más en el análisis de riesgos", vaticinó.

Pero a pesar de conceder esta cesión a riesgo y ventura, el Puerto sí participó en la Junta de Seguridad celebrada semanas antes, y detectó por un lado "ciertos defectos" en el borrador del Plan de Autoprotección que mandó corregir así como trasladó a la organización que "no era sensato" instalar pesos excesivos sobre el muelle pilotado hundido. Ante esta máxima, López Veiga defiende que "el hecho de aconsejar no debe confundirse con la asunción formal de competencias".

Sobre estas competencias, en clara alusión al convenio Abrir Vigo al Mar, se centraron las preguntas de los diputados. En concreto, el portavoz de En Marea, Luis Villares reiteró que todas las peticiones de reparación del paseo interpuestas al Concello de Vigo se refieren "al mal estado del paseo pero no a la estructura del soporte del firme". A este respecto, Veiga volvió a reiterar que el convenio hace referencia a "toda la actuación". "Solo el Concello planteó dudas, los demás no tenemos dudas. Esto es así", aseveró.

Por su parte, los ingenieros y jefes de área que participaron en la comparecencia responsabilizaron a la Autoridad Portuaria como "la titular del terreno" y, que por lo tanto tiene que garantizar su conservación y mantenimiento". "Cuando dos administraciones como el Ayuntamiento de Vigo y la Autoridad Portuaria se coordinan para autorizar un evento de este tipo hay un acto de fe, tiene que haber confianza, no se sospecha que la otra administración no ha hecho su trabajo", señala Monroy.