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Vigo prepara las maletas para la Antártida

Biólogos del campus ultiman el material para su sexta misión en el Polo Sur -Media tonelada de equipos viajarán por carretera este mes hasta Cartagena para ser embarcados en el "Hespérides"

Lastra y López, con parte del material que enviarán al Polo Sur. // R.G.

Media tonelada de material científico se almacena en Biología a la espera de ser enviado a Cartagena para embarcar en el Hespérides a mediados de octubre rumbo a la Antártida. El investigador Mariano Lastra y sus compañeros preparan estos días la maleta de la que será su sexta misión en el Polo Sur para estudiar el efecto del calentamiento sobre los varamientos de macroalgas. La expedición viguesa ya tiene fecha, volarán hasta Punta Arenas para subir el 3 de febrero a bordo del buque español, donde recuperarán su instrumental y pondrán rumbo a la base Gabriel de Castilla, en isla Decepción.

Lastra y el resto de investigadores principales de los proyectos seleccionados este año por el Comité Polar Español acudieron a finales de julio a la sede del Ministerio de Economía para coordinar los traslados y volverán a Madrid a mediados de este mes para la reunión de apertura de la XXIX Campaña Antártica.

El material para poder desarrollar su proyecto partirá del campus por transporte convencional en un par de semanas hacia Cartagena. "Todo debe estar perfectamente empaquetado en contenedores estándar y tienes que enviar una lista detallada de los contenidos al Comité con varios meses de antelación, ya que el buque tiene que pasar por las aduanas de Chile y Argentina", explica Lastra.

El equipo lo completan los biólogos de Vigo Manolo García y Jesús López, que viaja con ellos por primera vez al Polo Sur, el compostelano José Mora y Adoración Sánchez, del Centro de Investigaciones Marinas de Vilagarcía. Excepto unas redes que se están confeccionando en la Universidad de Santiago, el resto del instrumental saldrá del campus olívico.

El proyecto está financiado por el ministerio con 50.000 euros e incluye una segunda expedición en 2017. En sus primeras misiones, los científicos calcularon las tasas de depósito y permanencia de las algas en las playas de grava volcánica que se deshielan durante el verano austral -diciembre y enero-, además de dejar termómetros anclados al suelo en su última visita.

Ahora pretenden recuperarlos y demostrar si la temperatura actúa como acelerador de los procesos de descomposición y liberación de nutrientes, que acaban en el agua aumentando su productividad primaria. De esta forma, podrán estudiar los efectos del calentamiento y el cambio climático sobre la Antártida.

Además de la liberación de nutrientes, sobre todo, nitrógeno y fósforo, los biólogos analizarán las emisiones a la atmósfera de CO2, metano y sulfuros qeu desencadenan estos procesos. Para ello, trasladarán en los arcones microscopios, medidores, numerosos termómetros y también enfriadores.

"Además tenemos que llevar todo el material para recoger las muestras y enviarlas de vuelta a España congeladas y perfectamente etiquetadas. Todos los experimentos deben ir preparados en módulos", añade Lastra.

A pesar de la experiencia, la adversidad del medio en el que trabajarán los investigadores -entre 5 y -5ºC- les obliga a ser muy cuidadosos con el material: "Dentro de la base hay muy poco espacio y los arcones tienen que quedar en el exterior. Así que tienes que abrirlos mientras llueve o en plena ventisca. La primera vez que abrimos uno la tapa salió volando. Cualquier cosa que aquí es fácil allí puede no serlo tanto y siempre tienes que ponerte en la peor tesitura".

La logística debe contemplar que el material reciba los envites del mar o la lluvia. "Durante el desembarque o el trasiego en la zodiac hasta isla Decepción se va a mojar o lo van a barrer las olas. Hay que llevarlo todo con mucho cuidado porque si te quedas sin algún instrumental no puedes pedir un recambio. Sería un disgusto", comenta Lastra.

Los biólogos serán los últimos inquilinos de la base Gabriel de Castilla, que está remodelada tras 25 años de actividad. Permanecerán allí durante un mes y cerrarán las instalaciones cuando regresen hasta la próxima campaña antártica 2016/17. Ellos volverán en avión a Galicia principios de marzo, pero el equipamiento y las muestras deberán cubrir todo el trayecto de vuelta por mar en el Hespérides, así que los investigadores calculan que no las tendrán en el campus "hasta abril o mayo".

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