Cerrada a cal y canto. Así se encontraba ayer por la tarde la puerta que da acceso al segundo yacimiento arqueológico más importante de la ciudad: la villa romana de Toralla, ubicada en la Finca Mirambel. Las visitas al lugar solo pueden hacerse los jueves y los domingos entre las 11 y las 13 horas. El gobierno local alega "falta de demanda" para no mantener la muestra abierta durante más tiempo, pero es una situación que ya se arrastra desde el gobierno anterior, pues la decisión de la restricción de horarios se adoptó en el mes de enero.

Durante el resto de los días, las vallas de madera que rodean a la villa impiden a los visitantes atisbar la "riqueza histórica". Fue lo que le pasó ayer por la tarde a una familia que vive en Madrid desde hace 30 años, aunque son naturales de Ourense, que no pudieron mostrar la villa a su hijo. Sin embargo, los carteles que hay en el acceso al recinto indican que de junio a septiembre se puede visitar de martes a domingo, en horario de 11 a 20 horas. "Es evidente que hay que cambiar ese cartel para no inducir a error a los visitantes", significaron fuentes del gobierno local.

El que fue "proyecto estrella" –inaugurado en 2008– del BNG en el anterior gobierno local, junto con la rehabilitación del Casco Vello, se encuentra desde hace tiempo sin casi mantenimiento, con maleza que crece cerca de las piedras que conforman la antigua villa e incluso con papeles y alguna bolsa de basura en el interior. Una circunstancia que se arrastra ya desde el anterior gobierno en que la responsabilidad era del Bloque.

Todo ello en un proyecto de musealización en el que participaron arqueólogos de la Universidad de Vigo, que confiesan "estar desvinculados" del proyecto desde el año 2007 en que finalizaron las excavaciones. Solo esa fase inicial costó algo más de 200.000 euros. Luego vendrían el proyecto de musealización y los carteles y los dípticos, con los que hubo problemas al no figurar en castellano.

El gobierno local asegura que en los días y horas de visita hay una arqueóloga que se encarga de explicar a los visitantes el contenido de cada una de las estancias de la villa. "Esto ocurre desde el pasado mes de enero, en que se decidió acortar el tiempo de las visitas por esa falta de demanda", señalan fuentes municipales, que aclaran que se pueden solicitar visitas en grupo con un máximo de 25 personas.

El anterior concejal de Patrimonio Histórico, Eudosio Álvarez, reconocía ayer que "disponíamos de una empresa de vigilancia contratada y las visitas se hacían con la misma empresa que se encarga del yacimiento de O Castro". Pero eso fue hasta mayo. Luego, al abandonar el cargo, perdió el contacto con la villa romana.

En medio, una subvención de un millón de euros, que, según el nacionalista, había comprometido el Estado en sus presupuestos para este año y que antes de las elecciones de mayo no habían llegado al Concello por los recortes del Gobierno central.

Ese dinero consignado estaría destinado, siempre según Álvarez, a mejorar el actual yacimiento y adecentarlo, así como a habilitar el chalé de la Finca Mirambel como centro de interpretación. DEs más, la idea que había era la de cerrar el acceso a visitantes desde el pasado mes de mayo, ante el estado en que se encontraba.