Los hospitales gallegos practicaron ya 5.600 operaciones con el robot Da Vinci

Son el 11 por ciento de las intervenciones realizadas con cirugía robótica en toda España

Un total de 104 cirujanos se han acreditado en Galicia para manejar esta tecnología

El robot Da Vinci en una operación en el Complexo Hospitalario de A Coruña.

El robot Da Vinci en una operación en el Complexo Hospitalario de A Coruña.

Paula Pérez

Paula Pérez

Con solo unos pequeños orificios de 8 milímetros y una precisión máxima, los robots Da Vinci han transformado los quirófanos. No solo facilitan el trabajo a los cirujanos sino que favorecen una recuperación más rápida del paciente y reducen riesgos de infecciones. Desde que el Sergas instaló en julio de 2021 siete robots en cada uno de los principales hospitales de Galicia, un total de 5.650 gallegos han sido ya intervenidos con esta tecnología. La comunidad se sitúa además en la avanzadilla de España en cuanto al uso de cirugía robótica pues concentra el 11 por ciento de todas las intervenciones realizadas con el Da Vinci en el ámbito nacional tanto en centros hospitalarios públicos como privados.

Solo en 2023 se practicaron 2.889 cirugías con esta tecnología, un 22 por ciento más que las 2.362 realizadas el año anterior. Su avance es imparable desde que en julio de 2021 los siete hospitales gallegos estrenaron al mismo tiempo estos robots para realizar de forma simultánea una operación de cáncer de próstata. Ese año se hicieron 400 cirugías.

Urología es la especialidad que más recurre a los Da Vinci: desde 2021 han operado con este sistema robótico a 2.197 pacientes. Pero desde entonces su uso se ha ido extendiendo a otras especialidades. En Cirugía General se han realizado ya 2.071 intervenciones, en Ginecología 802, en Torácica 424 y en Otorrinolaringología 156.

El Da Vinci es un robot que consta de cuatro brazos articulados dotados con cámaras de aumento y visión 3D además de una movilidad de 360 grados que dirige desde una consola el cirujano mediante un joystick y unos pedales. Para manejarlo se necesita, sin embargo, una formación especial. Los médicos deben aprender los fundamentos técnicos del robot y acreditarse como “cirujanos de consola”. Para ello tienen que desplazarse a un centro específico fuera de Galicia –en Badalona o Estrasburgo –donde aprenden destrezas y habilidades y hacen simulaciones para operar la máquina. Estos profesionales pasan así horas de entrenamiento como si de un simulador de vuelo se tratase. En la comunidad autónoma hay ya 104 cirujanos acreditados para usar el Da Vinci.

Aunque ahora se utiliza ya en cinco especialidades, este robot podría emplearse también en otras áreas como cirugía cardíaca o pediátrica.

“La estancia hospitalaria tras una cirugía robótica es significativamente más corta”

Andrés Rodríguez

— Jefe del Servicio de Urogología del Complexo Hospitalario de Ferrol

Andrés

Andrés Rodríguez / FdV

–¿Qué ventajas tiene para el paciente ser operado con el robot Da Vinci?

–Durante muchos años se aplicó la cirugía abierta, que curaba pero tenía una invasión muy grande. Luego a principios de los 2000 se dio un salto cualitativo muy importante hacia la cirugía laparoscópica, donde se hacía una intervención mínima a través de unos pequeños agujeros. Y después surgió la cirugía robótica que se realiza a través de unos pequeños orificios en el abdomen de 8 milímetros con lo cual la invasión es mínima, lo que permite reducir la posibilidad de infecciones, menor necesidad de analgésicos, menos hernias y una convalecencia más corta porque el paciente se recupera más rápido y así se evitan también bajas laborales prolongadas, además de que tiene menos impacto a nivel cosmético. Pero la gran ventaja de la cirugía robótica es la precisión.

–¿Cómo se consigue esa precisión?

–Los cuatro brazos robóticos tienen una gran libertad de movimientos. Giran 360 grados. Es decir, tiene más movimiento que la muñeca humana. Además tú puedes ver las estructuras anatómicas con un incremento de diez veces. Puedes ir acercándote hacia un órgano y verlo diez veces más grande. Además está la visión tridimensional. Cuando haces cirugía robótica no ves en dos dimensiones como en la cirugía laparoscópica sino en tres dimensiones.

–¿Y para el médico es más fácil la intervención?

–Cuando operas te pones en la consola, que es un aparato que está separado del paciente y entonces tienes un binocular en el cual apoyas tus ojos y eso te da una visión tridimensional de gran calidad que te proporciona una sensación de inmersión. Te da la sensación de que te estás introduciendo en el interior del paciente. Y, por supuesto, al estar sentado en una consola el cirujano tiene muchísima menos fatiga. No sufren tus codos, ni tus hombros, no sufre tu espalda y eso hace que el trabajo, que la precisión se mantenga aunque la operación dure muchas horas. Luego el sistema sanitario obtiene una compensación porque la estancia hospitalaria de los pacientes que se operan con cirugía robótica suele ser significativamente más corta que los pacientes que se operan con otros abordajes quirúrgicos.

–¿Se necesitan menos médicos para una intervención con un robot Da Vinci?

–El equipo quirúrgico es el mismo, pero cirujanos suele trabajar uno menos. Además del cirujano que está en la consola hay un ayudante que está al lado del paciente y su misión es intercambiar los brazos quirúrgicos, introducir hilo de sutura, aspirar el líquido o limpiar la óptica.

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