La inteligencia artificial detectará qué factores de cada centro elevan el fracaso escolar
Educación pretende usar esta tecnología para lograr un “indicador de vulnerabilidad” de cada colegio para darles una “respuesta adecuada”
¿Cuánto influye en el fracaso escolar contar con 30 alumnos por aula? ¿Y el nivel de renta de un barrio? ¿O la necesidad de acudir siempre en autobús? Respuestas de este tipo quiere resolver la Consellería de Cultura e Educación recurriendo a la inteligencia artificial, al análisis masivo de estadísticas (big data) para contribuir a mitigar el porcentaje de alumnos con malos resultados académicos.
El departamento dirigido por Román Rodríguez acaba de lanzar una consulta preliminar al mercado, un procedimiento consistente en pedir a las empresas privadas que ofrezcan servicios para satisfacer sus necesidades. En este caso, se trata de impulsar el uso de la inteligencia artificial para reducir el fracaso escolar, que ha credido tras nueve años de descenso, y obtener una puntuación de cómo influyen las condiciones de cada centro educativo en el rendimiento de sus estudiantes, además de los condicionantes particulares de cada alumno. Uno de los objetivos que quiere que las empresas resuelvan es permitir hallar “el cálculo de un indicador de vulnerabilidad a nivel de centro educativo que vincule las variables individuales y del entorno de cada centro relevantes”, expone en el pliego de esta consulta para mejorar el proyecto EdugalIA, el plan para introducir la inteligencia artificial en el ámbito educativo.
Una vez se fije ese indicador, así como las necesidades particulares, se podrá conocer con mayor precisión qué necesidades deben cubrirse en cuando a retraso madurativo del alumno, trastornos de atención o aprendizaje, desconocimiento grave del lenguaje, altas capacidades u otras condiciones del entorno.
“El objetivo es detectar las situaciones de necesidades de los centros de la mejor forma y darles una adecuada respuesta, también medir el funcionamiento de los programas que se aplican en los centros”, apuntan desde Educación, antes de añadir que este análisis “tiene una función de diagnosis y mejora interna, no estadística ni para hacer públicos datos individuales”.
El propio documento que determinan las “necesidades no cubiertas del proyecto EdugalIA” especifica que hallar variables de centro que influyan negativamente en el rendimiento académico permitirá “la asistencia a la priorización de recursos singulares de atención de necesidades específicas de apoyo educativo, principalmente especialistas en pedagogía terapéutica, audición, lenguaje y personal ATE (Auxiliar técnico educativo), conocido comúnmente como cuidadores”.
Esta semana, Román Rodríguez presumió de que EdugalIA convertirá a Galicia en la primera comunidad en incorporar esta tecnología a la gestión educativa. “Nuestro objetivo es usarla como un nuevo impulso a nuestra educación, que permita recoger información y traducirla en acciones útiles para el sistema”, apuntó.
EdugalIA pretende centralizar todas las fuentes de datos del sistema educativo gallego para mejorar la gestión, creará el expediente digital que acompañe al alumno con datos de identificación, escolarización, académicos o sobre necesidades específicas y habilitará un único punto de contacto para alumnos y familias.
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