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Medio Rural fija 200 hectáreas de frutales y colmenas para explotar las aldeas modelo

El uso principal mayoritario de estos 21 núcleos recuperados es la ganadería, combinada con cultivos de apoyo

Labores de limpieza en Infesta, en Monterrei, una de las aldeas modelo de Galicia.

Labores de limpieza en Infesta, en Monterrei, una de las aldeas modelo de Galicia. / BRAIS LORENZO

Elena Ocampo

Elena Ocampo

Manadas de la raza porcina más importante en Galicia hasta comienzos del pasado siglo, el ‘porco celta’, volverán a pastar en una explotación en extensivo en la aldea de Moreda, en Folgoso do Courel, que sufrió los devastadores incendios que asolaron esta gran reserva verde el verano pasado. Ahora, en este núcleo incluido en el plan de aldeas modelo de la Xunta desde 2020, se contempla también la recuperación de colmenares, tras la alta mortalidad de las abejas registrada a causa del fuego.

“Los propios ganaderos que se instalan en Moreda reservaron una parte de la aldea para trasladar allí las colmenas que pudieron rescatar de los incendios”, explica el agrónomo y jefe del área de Gestión de movilidad de tierras de la Axencia Galega de Desenvolvemento Rural (Agader), Carlos Díaz. La aldea modelo de Moreda ocupa una superficie de casi 39 hectáreas –comprende 73 parcelas de 44 propietarios– y, de ellas, la Xunta ha fijado aproximadamente el 30% de la superficie, que equivale a más de 11 hectáreas, a usos apícolas y plantación de frutales. Es solo un ejemplo de los usos complementarios que se incluyen ahora en las guías de ordenación productiva de las 21 aldeas modelo aprobadas en Galicia. Núcleos que antes estaban totalmente abandonados.

En total, la consellería de Medio Rural ha fijado unas 205 hectáreas de frutales y colmenas. En algunos casos, como la aldea modelo de O Seixo, en A Gudiña, las hectáreas reservadas a estos usos secundarios representan hasta el 73% de la superficie total, con 22,5 hectáreas. Diversificar las actividades permitirá también a los productores aumentar la rentabilidad.

No hay que irse lejos para tener más ejemplos. Esta misma semana el Diario Oficial de Galicia (DOG) publicaba el borrador de guía de ordenación productiva de la aldea modelo de Infesta, en Monterrei y los borradores de proyecto de ordenación productiva de las de Ferreiros en Ames; Cortegazas, en Avión y Soutogrande, en Vilariño de Conso. Estará a exposición pública durante un mes. Se trata de documentos técnicos en los que se delimitan los usos productivos más idóneos para explotar de las parcelas, desde los puntos de vista económico, social y ambiental.

Así, en Soutogrande, en Vilariño de Conso –una zona montañosa de Ourense– ya había bosques de castaños y existía una actividad apícola, en palabras de Carlos Díaz, “había quien se dedicaba a la apicultura como actividad principal y ganaderos que tenían pequeñas explotaciones apícolas como complemento”. Precisamente allí, la guía de ordenación productiva de la Xunta define como actividad principal a ganadería en extensivo y cultivos agrícolas complementarios a la explotación, así como el aprovechamiento de la castaña, complementándolo con el aprovechamiento ganadero y la apicultura. De las casi 35 hectáreas que abarca esta aldea modelo –distribuidas en 99 parcelas de 46 propietarios– se contemplan prácticamente 20 hectáreas, lo que representa un 57% de superficie, para colmenas y frutales.

Es una cadena que se retroalimenta de forma natural. Las flores de manzanos, cerezos o perales, así como el polen de la floración de los castaños son aprovechados tradicionalmente en algunos núcleos rurales gallegos para las abejas: los vecinos aprovechaban la miel de hasta cinco colmenas al tiempo que veían producir sus frutales.

Explotación de cabras regentada en Xacebáns, una aldea modelo en Quintela de Leirado.

Explotación de cabras regentada en Xacebáns, una aldea modelo en Quintela de Leirado. / FERNANDO CASANOVA

Caso similar encontramos en Cortegazas, en el concello ourensano de Avión, donde se establece como actividad principal el aprovechamiento de ganado en extensivo compatible con las importantes masas de frondosas caducifolias existentes, así como cultivos complementarios al ganado y aprovechamiento apícola. En este caso, la aldea modelo abarca 18 hectáreas y de ellas, un 68% –unas 12 hectáreas–, aparecen previstas para colmenas y frutales.

La práctica mayoría de las 21 aldeas modelo aprobadas por la Xunta (hay una ampliación prevista) destinan a la ganadería en extensivo su actividad principal. Sin embargo, en el caso de la aldea de Infesta, en la localidad ourensana de Monterrei, se perfila como actividad principal la viticultura: “en las zonas de ladera los cultivos leñosos, y cultivos agrícolas de ciclo corto y complementarios en la zona llana de la aldea”, tal y como refleja el DOG recién publicado. Este núcleo abarca un perímetro de 43 hectáreas y en ella “se deberá tener en cuenta a entorno de protección del Camino de Santiago, que recorre el territorio de norte a sur”.

Asimismo, en la aldea modelo de Ferreiros, en Ames, también la plantación de frutales y castaños para obtención de fruto, así como el aprovechamiento de colmenas ascienden aproximadamente a un 54% de la superficie de la aldea.

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Los terrenos de las aldeas modelo cuya actividad productiva se ordena por parte de la Xunta salen luego a una concurrencia competitiva –concurso público– para su explotación.

Las parcelas en las que se asientan son arrendadas a sus propietarios (normalmente cedidas durante una década, pero conservan su titularidad) a través del Banco de Terras, que cobrará luego por ese alquiler en función de las dimensiones y el tipo de explotación o cultivo.

Los dueños reciben una renta y no se reestructuran las parcelas, es decir, no se tocan los marcos. La definición para la Xunta de aldea modelo está clara: es un tipo de instrumento de recuperación de la tierra agraria que tiene como objetivo poner en producción, de manera sostenible, las tierras abandonadas de alta capacidad productiva que rodean los núcleos de población, contribuyendo a la actividad agroganadera y a la reducción del riesgo de incendios.

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