La rabia de una madre que perdió a su hijo en una carretera gallega: "Solo ha podido cumplir 20 años, tres meses y 21 días”

Tras conocer la sentencia por el accidente, la progenitora de un joven arrollado por un conductor promueve una campaña para endurecer penas a los delincuentes viarios

Josep Boan Rosanes, arrollado en agosto de 2020 por un conductor que invadió el carril contrario. |

Josep Boan Rosanes, arrollado en agosto de 2020 por un conductor que invadió el carril contrario. | / R. Prieto

“Obvió tres señales. No levantó el pie del acelerador. No frenó. Y al llegar a la curva, el vehículo que conducía invadió el carril por el que circulaba mi hijo. Y tras Josep circulaba su padre, que vio horrorizado como un misil impactaba contra la moto que conducía nuestro hijo. Y volvió a casa sin él”. Con esta dureza, su madre relata qué ocurrió el 20 de agosto de 2020 en la AC-442, a su paso por Dumbría (A Coruña) cuando un joven conductor invadió con su Peugeot el carril contrario.

La sentencia llegó el pasado diciembre: dos años de cárcel por homicidio imprudente y la retirada del carné por tres años y medio, pero finalmente el condenado, Asier G. S., natural de O Pino y afincado en Pontevedra, no ingresará en prisión ya que carece de antecedentes, y por ahora sigue conduciendo.

“Mi nombre no importa. Solo soy una madre. La madre de un chico maravilloso que solo ha podido cumplir 20 años, 3 meses y 21 días. Mi hijo se llamaba Josep Boan Rosanes. Y Josep no podrá disfrutar más de la vida que su padre y yo le dimos porque un conductor decidió pisar el acelerador y circular a más de 130 km/h por una carretera comarcal sin arcén”. Así inicia el escrito en el que impulsa una recogida de firmas para reclamar mayores condenas para los delincuentes viarios.

Con esta campaña (https://www. change.org/p/pedimos-una-mayor-condena-para-los-delincuentes-viales), iniciada el martes por la noche y que ayer rozaba las 2.500 firmas, reclama modificar el artículo 142 del Código Penal, que prevé penas de 1 a 4 años de prisión para los casos de homicidio imprudente, sea modificado para equipararse a las penas que se aplican en otros países, como Francia, que establece entre 3 y 5 años de cárcel.

Para las familias no hay condena que resarza la pérdida de un hijo, un hermano, un padre… Pero al menos esperan que el culpable responda por el delito cometido al volante, máxime cuando omite la obligación de socorrer a la víctima, no se aprecia arrepentimiento alguno, ni pide perdón a los familiares durante el juicio. Esta realidad es la que le ha tocado a la familia de Joan Boan Rosanes, un joven catalán de 20 años.

La sentencia

En la sentencia, aunque se concluye que el conductor “omitió las más elementales normas de precaución y cautela”, y certificó que se produjo un “exceso de velocidad”, la condena se queda en dos años de cárcel y la retirada del carné por tres años y medio. Tanto la familia como la Fiscalía reclamaban 4 años de cárcel y 6 de retirada del permiso. Durante el juicio, la madre expone que el conductor mintió alegando circular a 70 km/h –la sentencia concluye que circulaba al menos a 116 km/h– y haber visto a un animal, pero sin explicar por qué omitió la ayuda que debía a la persona que embistió.

“Mi hijo es uno de los números de la lista que la DGT publicó en 2020. Me niego a aceptan que mi hijo, nuestros hijos, sean solo un número”, reivindica. “¿Y los homicidas? ¿Qué sabemos de los homicidas que han matado a nuestros hijos, hermanos, padres amigos..? ¿Qué dicen los políticos, los responsables de Tráfico, los jueces y fiscales?”, se pregunta, al tiempo que responde que “poco o nada”.

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