Los decanos de Educación redoblan la presión para una prueba de acceso a Magisterio

El Gobierno central sopesa ahora no implantar un examen específico para optar a la carrera de maestro de Infantil y Primaria

Aspirantes en una oposición para docentes. |   // GUSTAVO SANTOS

Aspirantes en una oposición para docentes. | // GUSTAVO SANTOS / C. Villar

Carmen Villar

Carmen Villar

Cada año salen de las facultades gallegas más de un millar de egresados en los grados en maestro de Educación Infantil o en maestro de Educación Primaria o en ambos, con datos más recientes reunidos por el Ejecutivo central y correspondientes al curso 2020-21. En todos los campus gallegos se ofrecen estas titulaciones. A ellos hay que sumarles todos los graduados en otras carreras que buscan en la enseñanza un futuro, a través del máster universitario en Profesorado.

A todos ellos les afectaría el tener que superar un examen específico para poder acceder a los títulos de formación inicial docente, prueba que ahora existe en Cataluña y en Baleares y se generalizaría de hacer caso a la voluntad de los decanos de Educación de todo el Estado, gallegos entre ellos. En ello insistirán, a pesar de que hace unos días el Gobierno central trasladó que valoran omitir ese requisito, que sí contemplaba en el documento de reforma de la profesión docente que publicó en 2022.

25 propuestas para cambiar la profesión docente

Hace alrededor de un año, el Ejecutivo central presentó una batería de propuestas para cambiar el modelo de acceso a las profesiones de maestro y profesor y, entre las 25 novedades que incluía el documento que presentó para el “debate”, se hacía eco de establecer una prueba de acceso a grados en Educación Infantil y Primaria y “valorar la posibilidad” de establecer un examen “similar” en el caso del Máster de formación del profesorado.

La Conferencia de Decanos de la Educación (CODE), integrada por 70 miembros, cinco de ellos gallegos, había aprobado en pleno esas pruebas de admisión, como señalan fuentes de la entidad. “Se trata de un acuerdo de la CODE”, inciden, para seguir reivindicando su postura. No obstante, a finales del mes pasado de una de las mesas de trabajo que estudia la reforma, con presencia del Ministerio de Educación, autor del documento base, y del Ministerio de Universidades, trascendió, según informó Europa Press, que el Gobierno sopesa ahora prescindir de ese filtro, que también reclamaban hace dos años desde la Asociación Nacional de Estudiantes de Educación y Formación del Profesorado (CESED).

"Mejor selección"

En concreto, el documento de propuestas base instaba a “reflexionar” sobre unos estudios que no logran “un suficiente nivel de empleabilidad”, lo que, añadía, “repercute en la valoración que hace la sociedad de dichas titulaciones. Además, incidía en que “no solo la nota de admisión al grado permite identificar la excelencia”, por lo que entendía que “incluir un requisito previo al acceso a los estudios favorecería una mejor selección de los estudiantes”.

Esa prueba, tal y como recogía la propuesta, debería “evaluar la competencia comunicativa y razonamiento crítico y la competencia lógico-matemática e incluir aspectos referidos a actitudes y competencias de la profesión docente recogidas en el marco de competencias profesionales docentes”.

Decanos de todo el Estado llevan años –en particular desde 2018– defendiendo la propuesta de incorporar una prueba de acceso que valore “más” que el expediente académico, como explicó en su momento a este diario la entonces presidenta de la Conferencia de Decanos, Carmen Fernández Morante, que calificaba la oferta de plazas para formar a docentes de “desmesurada”.

La reforma de la profesión docente viene asociada a la nueva ley educativa. La exministra del ramo Isabel Celaá planteó justo antes de la irrupción del coronavirus que uno de los “principales objetivos” de la norma era “presentar, en el plazo de un año a partir de su entrada en vigor, una propuesta normativa que regulase la formación inicial y permanente, el acceso a la profesión y el desarrollo de la carrera docente”.

En el documento de propuestas del Ministerio de Educación presentado en ese margen se incluyen también la revisión de los planes de estudios de las titulaciones universitarias habilitantes para la docencia o un refuerzo de la fase práctica. “Es una reforma educativa sustancial y delicada, que no se ha abordado desde hace cuatro décadas. Pero es hoy más necesaria que nunca”, defendió entonces la ministra de Educación, Pilar Alegría.

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