Galicia gana casi 5.000 jóvenes emancipados en un año, pero no recupera las cifras prepandemia

En las aulas, en las listas de espera para las consultas médicas, en la salud mental, en la economía... El coronavirus impactó en todas las esferas sociales y sus efectos todavía se notan. El destino de los más jóvenes y sus oportunidades de emancipación no se libran de sus zarpazos e incluso bien avanzado este año las cifras, tanto las de Galicia como las del conjunto del Estado, no logran revalidar las registradas en 2019, aunque apuntan a una recuperación progresiva al ser mejores que en 2021.

Según el informe más reciente del Observatorio de Emancipación, relativo al primer semestre de este año, un 16,5 por ciento de los jóvenes gallegos con edades comprendidas entre los 16 y los 29 años ha podido irse de casa, bien sea a un piso propio o compartido, lo que supone 1,2 puntos más que los que lo habían logrado en el primer semestre del pasado año. En el conjunto autonómico también se ve una mejoría, dado que el dato pasa del 14,9% al 15,9%, pero, como destaca el Consejo de la Juventud de España, el incremento interanual es superior en Galicia.

Si la comparación se hace con un año atrás, con el primer semestre de 2021, las cifras absolutas revelan que casi cinco mil jóvenes más que entonces han podido permitirse volar del nido familiar, hasta una cifra que rondaría los 53.300 en total. Si en cambio se echa la vista atrás y la estadística se confronta con la de 2019, queda trecho para recuperar la emancipación prepandemia: esos 53.000 jóvenes todavía serían unos seis mil menos que los que 59.000 que entonces vivían de forma independiente.

Dificultades de acceso a la vivienda

Con todo, se ha producido una mejoría porque desde que el COVID hizo su aparición, el dato gallego en prepandemia, del 18,6%, bajó al entorno del 15% y ahí se quedó, con altibajos mínimos, hasta ahora. Y eso ocurre, subraya el informe, a pesar de que “cada vez” el acceso al mercado de la vivienda, “sin llegar a los niveles del conjunto de España”, resulta “más inviable” para los jóvenes. En el último año, explica el documento, el esfuerzo económico que implica alquilar o adquirir una vivienda libre para miembros de este colectivo aumentó en Galicia “en mayor medida que en España”.

Tampoco es que en la comunidad floreciese el empleo. Como señala el informe, “no es que en Galicia hubiera unas expectativas laborales especialmente favorables para las personas jóvenes”. “De hecho”, recalcan, el contexto laboral se caracterizó en el primer semestre de 2022 porque muy pocos de esos jóvenes eran “activos”, por un alcance de la sobrecualificación muy “llamativo” y por el carácter “involuntario” de las jornadas a tiempo parcial. Pese a todo ello, durante este año, explica el documento, “se acentuó” la “dualización” entre las condiciones de trabajo entre la población emancipada y las que no lo están, de forma que la primera se benefició “más” de la creación de empleo y de la bajada de la temporalidad y del paro.

Estancamiento general

Para el conjunto del Estado, el Consejo de la Juventud pinta un panorama de “estancamiento” del porcentaje de emancipados debido al aumento de los precios medios unido a la pérdida de poder adquisitivo de los jóvenes con la inflación, un factor extra añadido. Además, esa emancipación que araña apenas un punto más en un año, viene con matices. La tendencia “actual”, explican, derivada de los elevados precios de alquiler o el sobreendeudamiento que implica alquilar en solitario es que el colectivo se vea “abocado” a tener que compartir pisos con personas con las que carece de relación de parentesco. Ocurre así, dicen, con una tercera parte de los emancipados en alquiler en el primer semestre de este año.

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