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Jóvenes con cualificación ¿de sobra?

Última edición de la Feria internacional de empleo universitario, celebrada en el Ifevi. J. LORES

La ‘generación JASP’ (Jóvenes aunque sobradamente preparados), el término de mediados de los años noventa que popularizó un anuncio de automóvil, predijo lo que se ha convertido en una realidad tozuda tres décadas después y que sintetiza el término “titulados sobrecualificados”. Quiere decir que están en el mercado laboral por debajo de sus posibilidades. O, lo que es lo mismo, que tienen estudios superiores pero se emplean en tareas con menor cualificación a las que correspondería por su formación. Doctores en Derecho que son encargados de tintorerías o historiadoras que ejercen como vendedoras en librerías. No han tenido tanta suerte como aquel joven del anuncio citado que hablaba en inglés, alemán, tocaba el saxo, había trabajado “doce horas” al día durante seis años y le pedía al CEO de la empresa que revisara su proyecto.

Prácticamente la mitad de la población de 16 a 34 años que trabaja en Galicia con estudios superiores está “sobrecualificada”; con un pico que supera el 50% en la franja de los que tienen de 20 a 29 años. El dato, extraído del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España –correspondiente al cierre de 2019– acaba de ser avalado por un nuevo informe anual de 2020 de la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CYD): los universitarios sobrecualificados españoles siguen a la cabeza de Europa y a más de trece puntos de distancia de la media. Aún así, los responsables universitarios perciben una ligera bajada –dos puntos porcentuales en un año– que explican por la oferta más diversa de títulos.

Población entre 16 y 34 años ocupada con estudios superiores sobrecualificada (Fuente: Observatorio de Emancipación Juvenil del CJE):


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Pero en esa radiografía de la enseñanza superior española, el informe CYD apunta otro detalle, quizás sutil. El coordinador general del documento, Martí Parellada, aludió a los niveles también elevados de “sobretitulación”, es decir sobreestimación de la cualificación de los titulados universitarios.

“¿Sobrecualificación o sobretitulación?”, resumió el economista vigués y presidente del Consejo Económico y Social de España, Antón Costas, en una mesa de debate reciente en el Foro La Toja. El director general de la Fundación Empresa – Universidad Gallega, Javier Pereiro, aludió a ese espinoso concepto: “existen carencias en un sesgo de cualificación en tecnologías de la información”. Tras trabajar en un catálogo de nuevos Grados universitarios en Galicia adaptado a los nuevos perfiles profesionales del futuro, Pereiro apuntó a la necesidad de que los titulados superiores tengan “competencias digitales avanzadas”. “Parece obvio que la tecnología y la ciencia son las claves de los profesionales que demandará la sociedad: Biotecnología, biología sintética, ciberseguridad, sistemas aéreos no tripulados, la salud (diseñadores de órganos y tejidos, biofabricación) y a la vez el ámbito de ciencias sociales relacionadas con la tecnología”, avanzó.

Por su parte, Antón Costas planteó una receta ´contra la sobrecualificación y la sobretitulación, que pasa por “mejorar el prestigio social de la formación profesional en España”. Tras analizar los índices menores de paro en los ciclos de FP de grado medio y superior, Costas aconsejó: “deberíamos mostrar la FP en España como una vía que va a dar una formación humanística completa, no solo para aprender un oficio”.

“La clave es la orientación laboral; existen desajustes entre la oferta y demanda difíciles de regular”

Xavier Martínez - Economía financiera UVigo

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Xavier Martínez

Pero no todos coinciden en las causas. “Hay un debate histórico, que llega de hace décadas: se decía que las universidades son fábricas de parados, lo cual es una gran mentira”, defiende el profesor de Economía financiera de UVigo, Xavier Martínez Cobas. Comparando la FP en Alemania –un modelo de éxito–, el experto asegura que “también hay muchos titulados universitarios germanos”. Es decir, ambos modelos conviven. Por tanto, el problema de raíz en España radicaría en un “desajuste” entre la oferta y demanda de determinados trabajos y titulaciones.

De todos modos, el experto económico asegura que en las cifras de ‘sobrecualificación’ se incluyen trabajadores con diferentes casuísticas: “Hay emigrantes retornados que también están sobrecualificados en sus puestos, mientras le convalidan el título; también los titulados superiores que opositan a una categoría laboral menor y luego buscan la promoción interna; los estudiantes de Máster que aceptan otros empleos mientras estudian...”. Y esta descompensación tiene luces y sombras. Algunos titulados superiores, como serían las carreras STEM –Ingeniería informática en el campus de Ourense, Telecomunciaciones, de la U Vigo y Medicina, de la USC– tienen demandas laborales que no se cubren anualmente. “Es difícil de regular”, valora Xavier Martínez. “La nueva oferta de Grados ayuda pero, sobre todo, darles información sobre las salidas laborales reales”, explica el economista. Y ejemplifica con una situación reciente. Mientras que durante años, las Facultades de Física y Matemáticas aparentemente solo formaban a futuros profesores, hoy en día la mayor parte de la demanda laboral se va a empresas privadas”, defiende.

“El problema viene ya de los años 90, de tasas de desempleo elevadas y pequeñas empresas”

Xosé H. Vázquez - Catedrático UVigo Organización Empresas

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Xosé H. Vázquez

El catedrático de Organización de Empresas de la UVigo, Xosé Henrique Vázquez, expresa la situación dentro de su contexto: “El problema arranca ya en los años 90, y deriva de unas tasas de desempleo muy elevadas, una estructura productiva tecnológicamente madura en la que predominan pequeñas empresas, y cierta incapacidad para compatibilizar el valor del pensamiento humanístico típicamente universitario, absolutamente esencial, con la necesidad de adaptar la oferta formativa al cambio en las cualificaciones requeridas”.

“La formación no es una rémora. No hay volumen de empleo ni puestos cualificados suficientes”

María Bastida - Ciencias Económicas USC

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La profesora de Ciencias Económicas en la Universidad de Santiago, María Bastida, ve los conceptos de sobretitulación y sobrecualificación como negativos porque dan a entender “que la formación es una rémora, cuando llevamos años peleando y dotando de becas al sistema, para que sea un triunfo social”. “El problema que subyace es que no hay un volumen de empleo suficiente para absorber la demanda y, por otra parte, que en España parece no haber puestos de trabajo suficientes para absorber toda la cualificación”, razona la experta en Organización de empresas. Para Bastida esta situación representa una pérdida de capital humano. Y para explicarlo, recurre al Premio Nobel Michael Spence (La teoría de la señalización del mercado de trabajo): “La formación es una señal para los empresarios: los potenciales empleados muestran una señal sobre su nivel de competencias y el empleador lo asume, porque ha acreditado ese título y entiende que tendrá mayor nivel de habilidades”, explica. “En un contexto en que no hay empleo para todos, se puede declinar por aquellos que están mejor preparados”, explica. Por parte de los demandantes de empleo, éstos accederían a puestos de peor cualificación al desistir de buscar puestos de trabajo acordes. La economista cree que en el contexto actual “Universidad y FP deben ser colaborativas”. En síntesis, la economista lanza un mensaje a la empresa: “los empleadores tienen que ir confiando en las habilidades de sus titulados y ser responsables de dar una trayectoria profesional; tan malo es colocar una persona que no reúne requisitos para el puesto, como limitar sus capacidades”.

“Muchos vieron en el postgrado la forma de retrasar la entrada al mercado laboral colapsado”

María Alonso - Autora ensayo “Transmigrantes”

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María Alonso

La filóloga viguesa María Alonso, autora del ensayo “Transmigrantes” –que intenta explicar el devenir de personas de entre treinta y cuarenta años que durante la crisis de comienzos de siglo no fue quien de asimilarse en el tejido laboral interno y vieron en la emigración un modo de supervivencia–, analiza este fenómeno más reciente. “Creo que ni la sobrecualificación ni la sobretitulación son un verdadero problema si contextualizamos la situación. Galicia experimentó en las últimas tres décadas un cambio generacional sin parangón con la creación de nuevas universidades que dieron acceso a la formación académica a hijas e hijos de clases trabajadoras gracias a un sistema de becas y ayudas que permitían dedicarse en exclusiva al estudio. Esto solo puede leerse en términos positivos ya que implica que toda una generación tiene la formación y conocimiento necesarios para impulsar la economía, ciencia, industria, cultura... profesionalmente”, coincide con la profesora Bastida. “El problema surgió a principios de este siglo, cuando esta nueva generación de titulados superiores en teoría tendría que poner en práctica los conocimientos adquiridos pero una brutal crisis económica golpeó España llegando el desempleo juvenil al más alto de toda la Unión Europea. Y, en 2012 no permitió que estas personas entrasen en el mercado laboral y que en muchos casos tuviesen que emigrar”, prosigue Alonso. “Otros muchos vieron en la formación de postgrado una oportunidad de, por un lado, retrasar su entrada en este mercado laboral colapsado y, por otro, el de continuar con su formación a través de los ingresos que suponían las becas y ayudas disponibles para su eventual inserción en la masa productiva social.”, relata.

Galicia, segunda en menor tasa de actividad de los titulados recientes

En el apartado que corresponde a Galicia, el informe de la Fundación CYD también señala datos positivos: la comunidad es la sexta región con un mayor porcentaje de asalariados indefinidos entre sus titulados recientes con empleo. Es decir, los (pocos) que se emplean, logran contratos dignos. Pero también pone el dedo en la llaga salarial: “respecto a los ingresos netos mensuales de sus titulados recientes, es la sexta región española con más proporción cobrando menos de 1.500 euros”. 

Galicia destaca por ser la segunda comunidad con menos tasa de actividad de sus titulados recientes, según pone de manifiesto el informe del CYD, pero según apunta el profesor de la UVigo Xavier Martínez, entre el global de la población activa, el porcentaje de titulados superiores es casi del 46%. Eso sí, estaría aún siete puntos por debajo de la tasa de graduados superiores en Madrid, por ejemplo. el profesor Martínez Cobas defiende que, no obstante, la demanda de empleados altamente cualificados seguirá creciendo: “Con la robotización, se precisará más de perfiles profesionales que realicen un trabajo intelectual”. Según los datos de Eurostat, en 2020, del total de los graduados superiores españoles que trabajan en España, el 63,9% lo hacía en puestos de alta cualificación (directores y gerentes; técnicos y profesionales científicos e intelectuales).

De todos modos, el director, de “Future of Work” del centro Oxford Martin, Carl Benedikt Frey, que visitó recientemente Galicia para participar en un Foro, defendió que la Universidad no solo es un centro de formación, sino una ‘experiencia’ . “Hay mucha gente que va a la Universidad porque es mucho más que la educación. Es el lugar donde se encuentra una pareja o se forjan amistades para la vida”. Y aseguró : “Creo que tenemos un problema de empleo, más que de capacitación. 

“Mejorar el prestigio social de la FP”, una ‘receta’ del presidente del CES, Antón Costas

 

“Contextualicemos: Galicia experimentó en tres décadas un cambio sin parangón”

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