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La inspección obliga a dos de cada diez gallegos de baja a reincorporarse al trabajo

Transeúntes paseando ayer en Samil aprovechando la relajación en las restricciones Ricardo Grobas

Desde la aparición del COVID-19 se dispararon las bajas laborales de los empleados gallegos y, como consecuencia, también el gasto que ocasiona a la Seguridad Social. Pero los inspectores del Sergas no han dejado de trabajar y el pasado año miraron con lupa más de 70.094 procesos de incapacidad temporal. Se persiguen, por un lado, los posibles casos de fraude. En ocasiones, detrás de estas situaciones está la picaresca de los trabajadores que fingen estar enfermos o prolongan su baja más de lo necesario. Pero también puede haber discrepancias con el médico que firma la baja, bien en cuanto al diagnóstico o por la duración del permiso. Tras estos controles se detectó que el 21 por ciento de las bajas no estaban justificadas y se obligó a 14.993 trabajadores gallegos a reincorporarse al trabajo.

En 2020 se decretaron 14.993 altas tras revisar 70.000 procesos de incapacidad temporal | Se revoca el permiso cuando se detecta fraude o por discrepancias con el criterio del médico

Las unidades de inspección y control de salud laboral de la Consellería de Sanidade son las encargadas en Galicia de vigilar las bajas de los trabajadores gallegos y pueden intervenir de oficio pero también a petición de las mutuas o de las propias empresas. Normalmente extreman los controles sobre los trabajadores con bajas recurrentes o demasiado prolongadas.

Los inspectores pusieron el foco el pasado año en 70.094 permisos de incapacidad temporal, según los datos del Sergas. Dentro de su labor de vigilancia pueden entrevistarse con los médicos que firmaron las bajas. Además revisan los expedientes para comprobar que no hay irregularidades y, en caso de duda, pueden solicitar incluso documentación adicional. En 2020 estos servicios de inspección reclamaron a los facultativos 20.315 informes sobre la evolución de los procesos.

Centro de salud en Ourense. Iñaki Osorio

Pero también someten a control al trabajador de baja. Incluso pueden llegar a personarse en su domicilio para comprobar su situación o bien citarlos para valorar su estado. En 2020 se pidió a 6.193 pacientes que acudiesen a las unidades de inspección y control de salud laboral del Sergas para someterlos a una revisión médica.

Esto les ayuda a destapar posibles fraudes. Pero en otras ocasiones el problema está en una diferencia de criterio con el médico de que dio la baja.

Los facultativos tienen que ajustar el permiso a los tiempos medios establecidos para cada enfermedad por la Seguridad Social. Así, por una gripe lo normal sería un permiso de 7 días, por una neumonía se eleva a 20 días, si se tiene una úlcera sin complicaciones la media son 14 días, por un lumbago son 14 días y por un episodio de estrés lo establecido en los manuales son 15 días, lo mismo que por una depresión.

El inspector del Sergas tiene siempre la última palabra y puede dictar el alta incluso en contra del criterio del médico. El permiso de incapacidad temporal puede ser revocado directamente por el inspector o bien puede ser el propio médico de Atención Primaria el que firme el alta a instancias del funcionario de la Consellería de Sanidade.

  • Las cifras

    70.094 Procesos de incapacidad temporal revisados
    Se solicitaron 20.315 informes sobre la evolución de los procesos
    Se valoraron 6.193 pacientes en las unidades de inspección y control de salud laboral 14.993 trabajadores causaron alta

Durante el pasado año entre las actuaciones de los inspectores se incluyeron las bajas por COVID. Pero además de los controles, según informa la Consellería de Sanidade, se hizo una labor de apoyo a los médicos de Atención Primaria, que se vieron sobrecargados, no solo por la atención a pacientes con coronavirus sino por el incremento del papeleo para tramitar estos permisos. “Se elaboraron y difundieron a los médicos circulares sobre la gestión de los procesos de incapacidad temporal ocasionados por el COVID-19 y el procedimiento a seguir con los profesionales sanitarios o los autónomos”, explicó Sanidade.

Además el Sergas puso en marcha un dispositivo de formación e información telefónica en horario continuo de mañana y tarde para ayudar a los médicos de los centros de salud a tramitar las bajas.

Y para que los gallegos de baja evitasen desplazarse a los centros de salud para renovar su baja laboral, el Sergas habilitó su acceso a la plataforma e-saúde para que pudiesen imprimir los partes durante tres días de los procesos de incapacidad temporal ocasionados por el COVID-19, “controlado siempre por la inspección de servicios sanitarios y evitando así los riesgos inherentes a la entrada de usuarios con esta patología a los ambulatorios”.

Más de 67.000 permisos a trabajadores por enfermar de COVID el pasado año

La pandemia incrementó un 30 por ciento las bajas laborales de trabajadores gallegos el pasado año. Solo entre enero y noviembre de 2020 se registraron 66.939 procesos de incapacidad temporal por el coronavirus en Galicia, según las estadísticas de la Seguridad Social. Esto supone que de media cada mes hubo 7.400 permisos de empleados enfermos de COVID-19. De media estos trabajadores se pasan 17 días de baja.

La menor incidencia del virus en la comunidad convirtió a Galicia en la segunda comunidad, solo detrás de Canarias, con menor tasa de bajas laborales por cada 1.000 trabajadores protegidos (8,08). Sin embargo, debido al mayor envejecimiento poblacional las bajas de empleados gallegos son más largas que en el resto de España –solo en Madrid fueron más prolongadas–. En todo caso, las bajas por el resto de enfermedades descendieron en Galicia el pasado año. De 17.194 permisos al mes en 2019 se pasó a 15.576 casos el pasado año. También cayeron los procesos de incapacidad temporal entre autónomos (de 2.169 bajas al mes a 2.032 el pasado año). A pesar de ello, en conjunto aumentaron los ausencias laborales debido al impacto del COVID-19, pero también por un incremento de los accidentes de trabajo. De 3.252 bajas por siniestros laborales en 2019 se pasó a 3.790 el pasado año.

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