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Recortes en las plantillas de Sanidade

Los médicos, contra Sanidade por la jubilación forzosa a los 65 años

Los colegios instan a los facultativos a recurrir hasta el final cuando les denieguen prolongar su actividad

Médicos operando en un hospital gallego. // FdV

Los facultativos gallegos están dispuestos a dar la batalla en el Sergas en contra de la jubilación forzosa a los 65 años. Desde 2012 los empleados públicos, incluidos los del ámbito sanitario, son jubilados de oficio al cumplir la edad reglamentaria y aunque la Consellería de Sanidade da la opción a los profesionales médicos de solicitar una prórroga de su vida laboral, en la práctica se deniegan sistemáticamente las solicitudes. Ante esta situación el Consejo de Colegios Médicos de Galicia acordó en su última reunión dar instrucciones a sus colegiados para que presenten en masa recursos administrativos ante el Sergas en caso de que les denieguen prolongar su actividad o simplemente no obtengan respuesta -el silencio administrativo se entiende en este caso como una negativa-. "Aunque por el momento no resulte útil iniciar reclamaciones judiciales, agotar la vía administrativa puede resultar conveniente ante eventuales reclamaciones futuras", aconsejan.

En otras comunidades como Castilla La Mancha, Murcia o Baleares la jubilación forzosa de los médicos a los 65 años ha sido recurrida ante los tribunales y hay sentencias que ya dieron la razón a facultativos en contra de las medidas adoptadas por estas administraciones sanitarias para recortar gastos en época de crisis. En los casos de Baleares y Castilla La Mancha los jueces argumentaron que las respectivas consejerías de sanidad "no contemplaron las necesidades de recursos humanos para cubrir la demanda asistencial" y que se realizó "una fácil sustitución de los jubilados" mientras que en el fallo dictado en Murcia se advertía que la obligatoriedad de la jubilación "no respeta el principio de jerarquia normativa y es contraria al estatuto marco de personal estatutario".

En Galicia los colegios médicos no descartan la vía judicial pero su opción prioritaria es dar la batalla por los cauces administrativos. "Aquí por la regulación normativa que tenemos hace que la situación de reclamación jurídica sea más complicada", aclara el presidente del Colegio de Médicos de Pontevedra, Luis Campos Villarino.

Su estrategia es, por un lado, dejar patente ante el Sergas su rechazo a la jubilación forzosa y, por otro, dotarse de toda la documentación administrativa necesaria para que, si en un futuro, se anula o modifica la normativa del Sergas que obliga al retiro a los 65 años, los profesionales que hayan reclamado una prórroga de su vida laboral puedan solicitar su reincorporación y volver a la actividad.

Según Villarino, eran muchos los médicos que habían mostrado su preocupación sobre cómo proceder ante las negativas o la falta de respuesta del Sergas a sus peticiones de continuar en el trabajo. "No todos los profesionales quieren prorrogar su actividad y tampoco son mayoría, pero puede andar en torno al 50 por ciento de los que llegan a la edad de jubilación", explica el presidente de los facultativos de Pontevedra. Y además el problema se acrecentará en los próximos años con un aumento de las jubilaciones.

Por esta razón, el Consello de Colegios Médicos de Galicia, tras analizar los informes jurídicos encargados sobre la normativa gallega en materia de jubilación, aconseja a todos aquellos facultativos interesados en continuar trabajando después de los 65 años que no desistan a pesar de las "sistemáticas" negativas del Sergas. En muchos casos, según explica Villarino, Sanidade ni siquiera responde a las solicitudes.

El Sergas supedita una respuesta afirmativa a criterios como "las razones organizativas o funcionales existentes", el rendimiento del médico o el absentismo observado durante el último año.

Los médicos apelan a su capacidad y experiencia acumulada para continuar trabajando hasta los 70 años y critican que la jubilación forzosa es una medida "economicista". "El gasto en nóminas con médicos mayores es mucho mayor que el de un médico recién contratado", advierte Villarino.

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