Supervisión y Control, la empresa que gestiona la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) en la estación de Sabón (Arteixo), denunció el pasado mes de abril la comisión de irregularidades en la revisión y control de coches por parte de los propios trabajadores y la consiguiente manipulación de certificados. La firma inició investigaciones internas, emprendió acciones disciplinarias sobre los empleados que presuntamente cometieron errores de forma voluntaria en 18 vehículos, informó al comité de empresa de la compañía e informó de los hechos a la Guardia Civil, que a su vez inició sus propias pesquisas y finalmente imputó a 20 personas.
"En el momento en que descubrimos las anomalías en los controles rutinarios a vehículos abrimos expediente disciplinario a tres trabajadores implicados, que fueron despedidos inmediatamente", explicó ayer la portavoz de Supervisión y Control y también directora de la estación de Sabón, Carmen Fernández.
Eso ocurrió en enero. Poco después el Grupo de Información de la Agrupación de Tráfico (GIAT) de la Guardia Civil comenzó unas investigaciones que hasta ahora han llegado a la imputación de una veintena de personas.
Supervisión y Control admite las manipulaciones realizadas por tres de sus trabajadores y que se llamó de nuevo a los propietarios de los automóviles donde se descubrieron las irregularidades para volver a ser inspeccionados. Desconoce en cambio, según su portavoz, la identidad de los empresarios vinculados al transporte de mercancías y del dueño de un taller mecánico, personas que forman parte del grupo de imputados por la Guardia Civil.
La empresa manifiesta que a partir de ahora asume el desarrollo de esta presunta trama de falsificación de informes "con todo respeto hacia las actuaciones judiciales y policiales", subrayó Fernández.
Supervisión y Control tiene en Galicia una plantilla de 480 personas que trabajan en 23 estaciones y realizan 1,7 millones de inspecciones de coches anuales, información que incluyó ayer en una nota explicativa sobre los hechos ocurridos.
