En la sociedad actual hay muchos prejuicios sociales todavía sobre la lactancia materna en general, una tendencia que se multiplica en el caso de aquellas familias que deciden prolongarla más allá de los dos años. Las últimas recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) insisten en mantener la lactancia exclusiva (y materna a poder ser) hasta los seis meses y extenderla hasta los dos años. Al menos. Y es importante ese matiz ya que aquellas madres que deciden amamantar más allá de los 24 meses son recurrentemente estigmatizadas en base a argumentos de inexistente base científica. "Esa leche ya no alimenta", "lo que tiene el niño es vicio", "le vas a dar teta hasta que se marche de casa" son algunas de las frases que, basadas en el desconocimiento proliferan día a día.

En el lado opuesto de la moneda se encuentra la visibilización de la lactancia sin fecha en el calendario como lo que es, algo natural, que se ha logrado en los últimos años. Diferentes colectivos y rostros populares (aquí te contamos cómo la actriz gallega María Castro no dudó en amamantar a su hija en el Festival de San Sebastián o la denuncia pública que hizo por los graves y duros comentarios que recibió por parte de una enfermera con respecto a su lactancia) han permitido avanzar en esta cuestión, aunque todavía queda mucho camino.

Para combatir todos los mitos sobre la leche y la lactancia materna, nada mejor que la formación. Odile Fernández, doctora y experta en nutrición y vida saludable, nos ayuda a desmontar informaciones que carecen de fundamento sobre este tema.

Destete espontáneo

¿Existe un momento óptimo para dejar de amamantar? "Según los estudios antropológicos, el destete espontáneo se produciría entre los dos años y medio y los siete. En el siglo pasado la norma era mantener hasta los dos o tres años pero a partir del año 70, con la introducción de los biberones, el tiempo de lactancia se redujo al mínimo", expresa Odile, médico de cabecera en Andalucía, con varios libros sobre alimentación.

A partir del año, ¿sigue alimentando?

Una duda ante la que muchas madres flaquean es si su leche alimenta. La respuesta es rotunda. Sí. La leche de cada madre está, maravillas de la naturaleza, específicamente diseñada para su cría. Es más, va modificándose según las necesidades del pequeño. "La lactancia materna no pierde propiedades con el paso del tiempo. A partir del año, de los 12 meses de la edad del niño, el contenido en graso de la leche va aumentando. Y es un alimento completo y nutritivo para el niño, aún más que la leche de vaca o la leche de fórmula", asegura la experta.

"Menos infecciones que los niños que toman leche de vaca"

Una tercera parte de las necesidades del niño a través de la leche

"Un niño que tenga más de un año y que tome teta, sigue obteniendo una tercera parte de sus necesidades calóricas y proteicas a través de la leche, además de gran cantidad de vitaminas y minerales. La leche materna para los niños mayores de un año sigue siendo como una vacunación diaria porque le aporta múltiples beneficios inmunológicos, menos incidencias de infecciones con respecto a los niños que toman leche de vaca", describe Fernández.

Y ¿hasta cuando seguir dando el pecho?

Ella aconseja seguir la lactancia con naturalidad "siempre que se pueda", sin límite temporal. "Seguir amamantando hasta que la madre y el niño quieran", afirma Odile, fijando el mínimo deseable en los dos años, tal y como apunta la OMS. Y si va más allá, una decisión que solo atañe a cada familia y que no debería verse como la excepción o la rareza, esa leche materna "va a seguir ofreciendo esas calorías, vitaminas, grasas que le son necesarias y no se convierte, como dicen algunos, en aguachirle".