Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Pura vida

La fotógrafa Bego Teixeira plasma en sus imágenes el “emocionante” momento del nacimiento. La también doula asiste a mamás en paritorios o domicilios

Un bebé recién nacido. Bego Teixeira Manchado

¿Nací llorando o tranquila? ¿Con ojos cerrados o abiertos? ¿El entorno era agradable? ¿Cómo lo vivió mi madre? ¿Qué me decía mientras yo hacía mi primer viaje a través de su pelvis hacia sus brazos? ¿Cómo gestionó nuestras contracciones? ¿Quién la acompañaba? ¿Fue un acompañamiento respetuoso? ¿Sensible? ¿Qué hacía mi padre mientras?

La fotógrafa Bego Teixeira Manchado decidió en 2018 especializarse en partos para ayudar a dar respuestas a las mamás y papás a esa futurible batería de preguntas planteadas quizás por sus hijas o hijos sobre el momento en que aterrizaron en este mundo. “Veía con ilusión y recelo las imágenes de partos de fotógrafos especializados en países como Estados Unidos, Reino Unido o Bélgica y supe desde el principio que yo también quería hacerlo”, recuerda esta profesional que desde hace cuatro años inmortaliza con su cámara ese instante de pura vida que parte de la sociedad aún hoy sigue relacionando con drama y sufrimiento cuando, realmente, se trata del proceso más normalizador que ofrece la naturaleza. “En las fotografías de partos se cuenta una historia; no son sólo imágenes. Se plasman experiencias únicas”, añade la también doula o asistente emocional y físico para mamás y sus parejas, labor que desempeña desde 2015.

“Cuando me inicié profesionalmente en la fotografía maternal empecé a descubrir el mundo sorprendente y a la vez desconocido de la maternidad. Enseguida reconocí en mí una necesidad de implicarme más allá de la fotografía: en las emociones que genera el embarazo, el parto y el puerperio; en poder ser capaz de acompañar esas vivencias a través de mi trabajo y poder plasmarlo mediante imágenes”, explica Teixeira, una doula (asistente profesional para el trabajo de parto que brinda apoyo emocional y físico para la mamá y su pareja durante el embarazo, el parto y el puerperio) que ofrece este servicio cada vez más solicitado por las madres y sus parejas.

Momento previo al parto de una mujer. Bego Teixeira Manchado

Teixeira explica que “no sabría” fijar desde cuándo se ofrece este servicio fotográfico, ”porque yo llevo solo siete años en este mundo, pero lo que sí puedo decir es que, a pesar de no ser lo más común, es un tipo de fotografía que cada vez se solicita más”.

Esta profesional recuerda que su primer trabajo como fotógrafa de partos fue en 2018 en un domicilio. “Me marcó para siempre. La madre, que es matrona, me contrató para realizar las fotos de su primer embarazo y de la bebé recién nacida y durante la sesión premamá le comenté mi deseo; ella enseguida me planteó la opción de fotografiar su parto y yo casi muero de emoción”, rememora esta diplomada en Dirección Hotelera y Turismo por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria que ha trabajado en diversos puestos en hoteles de México, Barcelona, Fuerteventura y Gran Canaria.

“El parto”, continúa, “es un momento único y trascendental en la vida de una mujer, del bebé y la pareja, y poder recordar ese momento, esas sensaciones y esas emociones a través de imágenes es algo incalculable. Además de mantener ese instante en el tiempo y tener la posibilidad de enseñárselo a tu hijo o hija cuando sea más grande, ¿a quién no le hubiera gustado ver su nacimiento?”, se pregunta.

Dice Bego Teixeira Manchado que, en la mayoría de los casos, “cuando le planteo a alguna madre o familia la posibilidad de crear recuerdos de su parto, la cara es de sorpresa y la respuesta viene a ser por lo general ¿qué dices?”.

Secuencia del alumbramiento en una piscina de un bebé en el domicilio de una pareja en la isla de Gran Canaria. Bego Teixeira Manchado

Cuenta que el perfil de cliente de estas sesiones fotográficas “son matronas que conocen mi trabajo o mujeres y familias que vienen derivadas a través de las matronas porque han hecho la preparación al parto con ellas y tienen otro concepto sobre ello”. “Las mujeres”, dice, “sabemos parir y no necesitamos un curso que nos diga qué tenemos que hacer pero sí creo que al haber perdido ese flujo generacional de sabiduría de nuestras ancestras, es necesario recordarnos cuán capaces somos de tener un parto sin la obligación de usar medicalización por defecto. Con esto quiero decir que, si nuestras generaciones tuvieran el concepto fisiológico de un parto, la información de cómo poder gestionarlo a través de herramientas no medicalizadas y un autoconvencimiento de poder en lugar del concepto de dolor, sangre y sufrimiento, este tipo de sesiones fotográficas serían más comunes”, añade.

El alumbramiento es un momento único y trascendental en la vida; recordar ese momento a través de imágenes es algo de valor incalculable

El método de trabajo

Sobre la manera en la que aborda sus sesiones Bego Teixeira —www.bteixeirafotografia.com— dice que ella “como mujer, como doula y como fotógrafa intenta siempre captar los momentos que se suceden de una forma respetuosa, pasando lo más desapercibida posible, acompañando las diferentes fases del parto, entendiendo cada sensación y respetando tanto a la madre como a las matronas que asisten el parto. "Se trata”, prosigue, “de un evento íntimo, no solo porque la intimidad es una de las condiciones necesarias para propiciar el entorno adecuado para un parto, sino porque te encuentras frente a la cámara a una mujer que se muestra tal y como es, sin tapujos, por lo general sin ropa y de la manera más salvaje que ha podido experimentar en su vida”.

“A diferencia de un parto planificado en domicilio, en el hospital te encuentras con el equipo de matronas que toca en ese turno y, por lo tanto, no hay ese vínculo que puedes tener cuando ya has tenido un contacto previo. Siempre va a depender de cada matrón o matrona pero, por lo general, si tú como fotógrafo tienes clara tu función y te mueves con respeto dentro del paritorio no tiene por qué haber problemas”, añade.

Una madre mantiene entre sus brazos a su bebé recién nacido, aún unido a ella por el cordón umbilical.

Una madre mantiene entre sus brazos a su bebé recién nacido, aún unido a ella por el cordón umbilical. Bego Teixeira Manchado

“No solo me siento cómoda”, reconoce la profesional sobre estas sesiones, “sino agradecidísima con la posibilidad de poder estar presente en la creación de una nueva vida, que se dice pronto, pero que si te paras a pensarlo emociona. La fotografía de parto es un tipo de encargo bastante delicado, muy sutil. Es un cometido complicado, pero lleno de gratitud. No solo necesitas conocimientos para usar tu cámara prácticamente a oscuras, sino que debes saber moverte sin molestar; estar sin estar”, dice.

Sobre el resultado definitivo cuenta que “a la hora de la edición de cada sesión fotográfica se mima cada detalle. Previamente has tenido que captar imágenes que son tremendamente naturales, tratando de ser lo menos explícito posible. No siempre se puede, lógicamente; pero hay maneras de suavizar una foto. Por ejemplo, si en alguna se ve algo de sangre”, explica cuando se le pregunta por los métodos que emplea para mitigar la crudeza de las imágenes, “se puede pasar a blanco y negro y hacer que resalte únicamente lo importante. A pesar de todo, a día de hoy, igual que sucede con la lactancia, los conceptos que tenemos hacia ambas situaciones hacen que las fotografías de nacimientos o dando el pecho en lugares públicos generen todo tipo de reacciones. Por eso —reconoce— mi trabajo va más allá de una fotografía común. Fusiono mis pasiones de fotografía y douleo para dar visibilidad a aspectos de la maternidad que aún sigue siendo necesario normalizar”.

En ese sentido, discrepa cuando se refieren a este tipo de labor como una moda. “No llamaría moda a la visibilización y normalización del parto y de la lactancia, situaciones en las que estoy totalmente volcada desde hace años a través de mi trabajo porque creo que es importante y necesario” desmitificarlas porque “se trata de un momento bellísimo. Yo más bien lo llamaría tendencia a recuperar lo olvidado”. “Como comenté anteriormente”, insiste, las generaciones pasadas “fuimos perdiendo la sabiduría con respecto al poder de nuestros cuerpos para parir y alimentar a nuestras crías. Ambas cosas nos vienen de serie y somos los únicos mamíferos que nos cuestionamos si podremos parir sin ayuda de la epidural o si podremos dar leche. Es necesario volver a conectar con nuestros conocimientos y capacidades para propiciar que las futuras generaciones dejen de dudar de sus posibilidades”.

Termina Teixeira hablando de “las reacciones de puro agradecimiento y emoción” que le transmiten las mamás y sus parejas al recibir las imágenes. “Es cuando entiendes que a pesar de lo duro que hay tras una sesión fotográfica de parto, como logística de guardias, gestionar cambios de sesiones a última hora, no apagar el sonido de tu teléfono en semanas o no dormir, todo el esfuerzo vale la pena. Destacaría los comentarios de madres que no tuvieron ni una foto de sus partos y me confiesan su añoranza por no poder compartir imágenes como esas con sus hijos o hijas”. “Al final”, concluye, “los recuerdos son lo que nos hace revivir los momentos que marcaron nuestra felicidad y a mí me hace feliz ser capaz de inmortalizarlos para hacer felices a tantas personas”.

Una madre amamanta a su bebé recién nacido. Bego Teixeira Manchado

Compartir el artículo

stats