La trilogía del deseo (y 3) el fin del bajo deseo sexual

La trilogía del deseo (y 3) el fin del bajo deseo sexual

La trilogía del deseo (y 3) el fin del bajo deseo sexual / @a2c_ilustracions

Emma Placer

Emma Placer

Para terminar la trilogía del deseo haremos un repaso a las fórmulas más efectivas para recuperar el deseo cuando este se pierde.

Como explicaba en otras entregas, hay muchas personas que se sienten mal por tener un nivel de deseo sexual más bajo que de costumbre o directamente inexistente. La mayoría de las veces esto no es un trastorno, sino que hay una circunstancia temporal que bloquea el deseo. Un ejemplo claro que vemos en consulta es la gente que oposita y tiene un examen a la vista. Son uno o dos años (con suerte) de mucha presión y estrés y, aunque traten de buscar unas horas para iniciar un contacto afectivo o masturbarse, les cuesta ponerse a tono, ya que el cerebro de una persona que estudia durante horas está tan agotado que muchas veces no deja espacio para nada más. En estos casos, cuando se elimina el factor estresante y pasan unas semanas desde el examen, el deseo reaparece como por arte de magia.

¿Cómo saber si la falta de deseo es orgánica o psicológica?

Es difícil saber dónde acaba lo que dice mi cuerpo y empieza lo que regula mi mente, porque son máquinas que funcionan como un todo. Aun así, hay casos concretos en los que la falta de deseo tiene un origen médico y hay que tratar primero la causa física.

Voy a hablar de los factores físicos más comunes que causan la desaparición del deseo:

  • Hormonas: un caso habitual es la deficiencia hormonal tras el embarazo y el parto. También existen enfermedades endocrinas, como el hipotiroidismo o la diabetes, que suelen venir acompañadas de bajo deseo sexual. Medicamentos: los hay que reducen el deseo sexual, como los antidepresivos o los neurolépticos. Enfermedades uroginecológicas: cistitis, endometriosis, miomas, prolapsos, vulvovaginitis… Enfermedades cardiovasculares, incluidas las provocadas por el tabaquismo.

-Cuando la causa está en el cuerpo, primero se trata la sintomatología primaria y luego se pasa a usar un tratamiento combinado (médico-psicológico) para recuperar la libido perdida.

Tratamientos para el bajo deseo sexual

Si la falta de deseo no se debe a ninguna enfermedad, pasamos a las causas psicológicas, que son la explicación más habitual para este trastorno. Estas causas pueden ir desde adicciones, estrés, ansiedad, abusos sexuales en el pasado, falta de autoestima o mala imagen corporal hasta las más comunes, como son los problemas de pareja, la rutina en las relaciones sexuales o la falta de imaginario erótico, fantasías y erotismo.

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La falta de deseo sexual se trata de forma multidimensional y personalizada. La historia de cada paciente, la biografía médica y la biografía personal son fundamentales para confeccionar el tratamiento único e ideal que muestre mejoras a medio y largo plazo.

La ciencia ha estudiado cada uno de los métodos que existen y parece que han encontrado las claves en esta combinación mágica:

  • 1. Psicoeducación sexual 2. Eliminar mitos sexuales 3. Aprender habilidades sexuales y de comunicación en pareja 4. Focalización sensorial 5. Autoestimulación 6. Técnicas de estimulación del clítoris/pene

Sí, son un montón de cosas, pero la integración es la clave para la solución. Cada uno de estos puntos tiene un método propio, y los profesionales tratamos de mejorar cada día con nuevas tecnologías, juguetes y aplicaciones para que estos pasos sean sencillos para las personas que acuden a consulta.

Si quieres empezar por tu cuenta, los estudios recientes nos muestran tres métodos para mejorar muy esperanzadores y relativamente sencillos.

Mindfulness

En 2016 se hizo un estudio con 79 mujeres que realizaron 4 sesiones de mindfulness, que es algo así como un entrenamiento en atención plena, centrándote en todo lo que estás haciendo, sintiendo y pensando. Pues bien, 3 meses después el 74 % de esas mujeres declararon sentir más impulsos sexuales y deseo sexual. Estos datos se revisaron y se repitió el experimento con sesiones únicas en hombres y mujeres, y se obtuvieron resultados muy positivos en el número de relaciones sexuales, la lubricación vaginal, la reducción de ansiedad, la función eréctil y la satisfacción sexual general.

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Yoga

Otra terapia alternativa que es accesible y parece que funciona. Lo avala un estudio del 2020 con 40 mujeres que, después de 12 semanas de yoga (el confinamiento ha dado para mucho), consiguieron una mejoría notable en todas las áreas sexuales y, por supuesto, en el deseo. La franja de edad a partir de los 45 años fue la que obtuvo mejores resultados.

Psicoeducación sexual

Una de mis frases favoritas es esta: el 95 % de los problemas sexuales se resuelven con información. ¿Qué tipo de información? Pues aquella que está alejada de los mitos y falacias sobre el sexo. Cada día me encuentro en Instagram o Facebook muchísimos mitos que no hacen más que agrandar los problemas. El año pasado, unas investigadoras crearon un experimento llamado eSense para comprobar si la educación sexual online puede mejorar los problemas sexuales. Esta prueba piloto contenía información basada en la evidencia científica, acompañada de metodología audiovisual interactiva. Todas las pacientes afirmaron que su vida sexual había mejorado tras la prueba, por lo que este método, como complemento de otros, parece una garantía de éxito.

Como cada semana, esperamos vuestras sugerencias en www.saludplacer.com.

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