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La visión de la ciencia, sin entrar en detalles

El divulgador Stefan Klein repasa, de una manera general, el relato actual que la ciencia ofrece sobre la realidad

La belleza del universo - Stefan Klein - Editoria Seix Barral - 256 páginas

La ciencia no hace sino sumar misterio, interés y admiración por una simple flor", dijo el físico Richard Feynman en su célebre entrevista con la BBC, que puede consultarse en internet y que sigue hoy, 37 años después, tan fresca y estimulante como entonces. El premio Nobel zanjó para siempre el recurrente debate sobre si el conocimiento científico anula la capacidad de admiración estética o artística, si poesía y ciencia están reñidas, si la belleza de una flor queda sepultada por el análisis riguroso de su realidad física. Es obvio que no. El ensayista y divulgador Stefan Klein toma esa reflexión como arranque de su libro La belleza del universo (Seix Barral, 2018), que pretende ser un repaso muy por encima de la descripción de la realidad que establece la Física actual, sin ser demasiado minucioso.

El volumen, de lectura sencilla, discurre por la descripción del cosmos, los conceptos de la Relatividad, el caos y la impredicibilidad, los sorprendentes resultados que arroja la Mecánica Cuántica como el entrelazamiento de partículas, el enigma de la energía y materia oscuras o el debate sobre si la vida inteligente resulta excepcional. Klein, formado en Física y Filosofía, evita meterse demasiado en el barro del rigor académico a cambio de tratar de ofrecer al lector una imagen a retazos de la descripción científica para despertar una reflexión filosófica. También estética, reforzando la idea de que la ciencia puede describir un mundo apasionante, hermoso y fascinante.

Sin embargo al libro pueden hacérsele algunos reproches. Se mueve en ese terreno intermedio entre la divulgación para lectores ya familiarizados con algunas de las materias (existen cientos de libros que tratan los mismos asuntos, convertidos ya en recurrentes) y la guía para quienes se acercan por primera vez a conceptos alejados de la vida cotidiana de muchos lectores. Quizás en esa tierra incómoda no colme ninguna de ambas aspiraciones: demasiado general y parecido a otros tantos libros de divulgación para los primeros; quizás con abundancia de información que ha de darse por cierta sin entenderla demasiado para los segundos.

En la célebre entrevista con la BBC, Richard Feynman ofrece también dos respuestas de una admirable sinceridad y quizás incómodas en estos tiempos en los que la ciencia parece obligada a lograr que cuanto aborda resulte comprensible a todos los niveles. A la pregunta del entrevistador sobre por qué los imanes se atraen, el genial físico inicia una reflexión sobre lo difícil (e inútil) que resulta dar una explicación exhaustiva si el interlocutor no tiene cierto camino recorrido. Algo así ocurre, por ejemplo, en las siempre deficientes metáforas para explicar el campo de Higgs. Pero que nadie se alarme; tampoco saber todo en profundidad es necesario. "No estoy absolutamente seguro de nada y sobre muchas cosas no sé nada. Pero no tengo que tener una respuesta; no me da miedo no saber cosas", dice Feynman en otro momento.

"La belleza del universo" puede ser una respuesta a las preguntas de quienes se aproximan por primera vez a la imagen del mundo que ofrece la Física actual. Quizás su lectura les lleve a preguntarse por qué, y esa es la puerta para entrar en esa maravillosa estancia que es la ciencia, en la que cada pregunta sólo desencadena otras nuevas y que, en absoluto, anula nuestra capacidad para disfrutar de la realidad, sin entrar en detalles.

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