¡No hay residuo que se le resista a los Cuidadores del Lérez!

Bolsas de ketchup, vasos de plástico, pero también cabinas telefónicas, chasis de motos, carritos de la compra, vallas publicitarias e incluso un estuche de gafas con balas dentro. Son solo algunos de los residuos con los que el monitor de la escuela de Paddle Surf Urban Culture Factory Toño Escudero Feijoo y sus alumnos se han ido topando en sus rutas de limpieza medioambiental por el Lérez a lo largo de los últimos tres años. 

En 2020, la proliferación de mascarillas en los cauces de los ríos y otros espacios naturales les llevó a empezar a recoger de forma prácticamente espontánea todos aquellos restos y objetos contaminantes con los que se encontraban en sus salidas deportivas. De aquellas primeras experiencias en las que tanto él como sus alumnos “vieron de todo”, nace “Cuidadores por el Lérez”, una pionera iniciativa made in Pontevedra que une Paddle Surf y cuidado del medio ambiente. 

Un proyecto para el que Escudero se ha inspirado en el conocido como Plogging — originado en Suecia, del sueco plocka upp (recoger) y el inglés jogging—, y lo ha adaptado a la modalidad del paddle surf. 

Divertido, educativo y útil

“Mantenemos limpio el medio ambiente a la vez que practicamos deporte y nos lo pasamos muy bien; los chavales lo disfrutan mucho y además aprenden. Tratamos de que sean conscientes de la responsabilidad que tienen tanto ellos como sus padres con el planeta”

Cuidadores del Lérez, que espera ponerse en marcha en cuanto el tiempo lo permita, está dirigido a todas las edades y se organizará en grupos de un máximo de ocho personas por orden de inscripción. 

“Este tipo de actividades funcionan muy bien tanto con niños como con mayores. Son perfectas para disfrutar en familia o en grupos de amigos”, nos cuenta Toño Escudero sobre una propuesta tan divertida como educativa y útil para el planeta que, en efecto, parece tenerlo todo. 

“Mantenemos limpio el medio ambiente a la vez que practicamos deporte y nos lo pasamos muy bien; los chavales lo disfrutan mucho y además aprenden. Tratamos de que sean conscientes de la responsabilidad que tienen tanto ellos como sus padres con el planeta”, continúa relatando el coordinador de la iniciativa, que se ríe recordando anécdotas y es que algunas familias han llegado a confesarle que sus hijos les han corregido actitudes no sostenibles tras participar en alguna de estas rutas. 

Con el apoyo del PSP de Ence

“Sería muy interesante que otras empresas y entidades siguiesen el ejemplo de Ence y se implicasen en este tipo de proyectos con valor educativo y cultural. Nosotros estaríamos encantados de replicar el proyecto en el resto de sendas fluviales”

Este proyecto ha podido llevarse a cabo gracias al apoyo del Plan Social de Ence, una de las iniciativas empresariales de carácter social de mayor envergadura en nuestro país con la que la compañía ahonda en su compromiso con el futuro de la comunidad.

“Cuando vi las bases, pensé que encajábamos a la perfección”, valora Escudero para despedirse, a quién le encantaría ampliar su colaboración con la compañía y dar continuidad a la iniciativa en el tiempo. 

“Sería muy interesante que otras empresas y entidades siguiesen el ejemplo de Ence y se implicasen en este tipo de proyectos con valor educativo y cultural. Nosotros estaríamos encantados de replicar el proyecto en el resto de sendas fluviales”.