Elecciones gallegas

La abstención, fuerza mayoritaria en Vigo en las elecciones gallegas

Los partidos inician la campaña para movilizar a los 100.000 votantes que quedaron en casa en 2020

La participación cae doce puntos entre las generales y las autonómicas

Votantes en un colegio electoral en las últimas elecciones autonómicas en 2020

Votantes en un colegio electoral en las últimas elecciones autonómicas en 2020 / Marta G. Brea

Víctor P. Currás

Víctor P. Currás

Pistoletazo de salida para la tercera cita electoral en nueve meses. Los partidos iniciaron a medianoche la campaña para los comicios autonómicos con un mensaje claro: “cada voto cuenta”. Y es que los 236.031 vigueses en los colegios electorales de la ciudad y 22.848 en el Censo Electoral de Residentes Ausentes (CERA) serán claves en el reparto de los 22 escaños elegidos en Pontevedra con un “coste” de unos 20.000 votos cada uno.

Más allá de los trasvases entre candidaturas, hay una fuerza mayoritaria con un botín a repartir nada desdeñable con 102.238 sufragios sin dueño. La abstención fue la opción preferida por los votantes olívicos en los últimos comicios de 2020 por delante del PP (44.064), PDdeG-PSOE (43.332) o BNG (31.628 papeletas). Ni siquiera la suma entre dos de las listas logró más apoyo que el 42,82% de los electores que aquel 12 de julio no ejercieron el sufragio.

Al margen de que la última convocatoria tuviera lugar en pleno mes de julio y con la pandemia del COVID-19 muy presente –cientos de personas no pudieron ejercer su derecho democrático al estar confinadas– las cifras remarcan una tendencia: el interés de los vigueses por elegir sus representantes en el Parlamento de Galicia es menor. Tanto en 2012 como 2016 la abstención fue del 36,9% (87.400 votos aproximadamente)

Al margen de las siempre lejanas europeas, solamente en las municipales del pasado 28 de mayo se rozó un porcentaje similar con una participación de apenas el 57,53%; la más baja desde 1983. Mientras tanto, las elecciones generales han contado con un amplio seguimiento en la ciudad. En las últimas cinco convocatorias desde 2015 la abstención media ha sido del 26,9%, doce puntos menos que en las autonómicas. La doble cita de 2019 anota el mínimo y el máximo en la movilización; con un 23,62% (56.200 personas) en abril y un 30,44% (72.500) en noviembre.

Una vez constatado que las candidaturas al Pazo do Hórreo generan una movilización menor que las de Praza do Rei o el Congreso, conviene analizar a quién beneficia o perjudica ello. Y aunque la suma de los partidos de izquierdas (PSOE, BNG y las candidaturas integradas por IU y/o Podemos) han superado el 50% de los votos emitidos y se han impuesto en todas las citas a la suma de PP y otras fuerzas de derechas (UPyD, Ciudadanos o Vox) su fluctuación es mayor.

Bazas de cada partido

El cambio entre Alberto Núñez Feijóo y Alfonso Rueda como presidentes del PP y la Xunta deja al partido sin un cabeza de cartel local; algo aprovechado en 2009 para lograr 66.949 votos, el 42% del total. En los puestos de salida –solamente cayeron a 10 escaños en 2005– figuran la empresaria Patricia García (2), el conselleiro de Sanidade Julio García Comesaña (5), Marta Mariño Regueiro (8) y podría entrar el senador Miguel Fidalgo (12).

Por el BNG repiten las ya diputadas Alexandra Fernández (3), Carmela González (5) y aspira a entrar el joven Brais Ruanova (7). Al igual que en las generales, el PSOE vuelve a confiar en el tirón de Caballero. Elena Espinosa y Carlos López Font, teniente de alcalde y portavoz del Concello, encabezarán la candidatura que tiene 5 actas.

Sumar y Vox escogen a dos vigueses como cabezas de lista y serán los únicos partidos que inicien la campaña en su área metropolitana. El exsecretario xeral de CC OO Galiza, Ramón Sarmiento, y el candidato a la alcaldía, Álvaro Díaz-Mella. Lo han hecho en Cangas y Vigo.

El PP ha ganado en todas las citas autonómicas en la urbe

Si analizamos las once convocatorias en clave gallega desde 1981, el Partido Popular se ha impuesto como fuerza más votada en la urbe desde los tiempos de Fernández Albor. Ni siquiera en 2020, cuando cayó hasta los 44.064 sufragios y el 32,5%; cedió un puesto aprovechado por Fraga y Feijóo. Si bien la clave está en la suma entre bloques, este año la pugna por ese triunfo simbólico parece a tres entre populares, socialistas e incluso nacionalistas.

El PSOE fue la fuerza más votada en seis de las últimas ocho citas electorales: tres nacionales, (inaudito desde 2008), dos municipales con más del 60% de los votos y las europeas, donde no lo lograban desde 2004.

El BNG aspira a superar su récord de 1997 cuando lograron 48.071 votos y el 31,8% . En aquellos comicios Abel Caballero fue cabeza de lista y quedó tercero; posición que se repetiría en 2016 por detrás de En Marea (27.7% frente al 22,6%). En 2020 el Bloque cosechó su mejor dato del siglo: con 31.628 votos y el 23,34%.

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