Moonoff, de un garaje de Santiago a iluminar tres continentes

Sus dispositivos, presentes en 20 países, generan un ahorro medio del 70%

Arriba, la sede de Moonoff en Santiago de Compostela.

Arriba, la sede de Moonoff en Santiago de Compostela.

Roi Rodríguez

Hace poco más de una década muy poca gente en España había oído hablar de Moonoff. Una pequeña empresa fundada en un garaje de Santiago de Compostela en mayo de 2012 por seis socios con una trayectoria dilatada en el sector de la electrónica que tuvieron la lucidez de prever que la transición a la iluminación led era un paso inevitable. Hoy, 12 años después, la compañía gallega no solo da trabajo a un equipo de 80 personas en todo el mundo, sino que además alumbra tres continentes –Europa, América y África– y tiene muchas ganas de seguir creciendo, sin apenas gastar energía, ya que sus dispositivos generan un ahorro medio del 70%.

Sus comienzos fueron modestos, desde un mercado muy local, enfocado en la iluminación de interiores. Estos primeros pasos llevaron a los fundadores a contactar y trabajar con todo tipo de establecimientos de cercanía, como bares y comercios. Poco a poco, la empresa fue ganando peso y solvencia tanto económica como de recursos hasta dar el salto a la iluminación de exteriores. Ese avance permitió posteriormente iniciar un proceso de internacionalización que, en la actualidad, le permite estar presente en 20 países, con Bolivia como el último destino donde ha aterrizado. “La intención es seguir creciendo, especialmente en Latinoamérica”, confirma su director de operaciones y uno de sus fundadores, Francisco Dosil.

Su expansión comenzó en España: empezó dando dar luz a la mayoría de los ayuntamientos gallegos, pero también de otras comunidades autónomas. No obstante, la internacionalización se convirtió pronto en una de las claves de bóveda de su crecimiento. Dos años después de ponerse en marcha, abrió su primera filial en Estados Unidos, en la ciudad de Miami. Doce meses más tarde dio el salto a África tras adjudicarse un lote de 9.000 farolas solares en Sierra Leona. Venezuela y Brasil también son beneficiarios de sus avances tecnológicos, aunque uno de los lugares más emblemáticos del crecimiento de Moonoff es Colombia. Allí inauguró su segunda filial internacional en la capital, Bogotá.

En el país cafetero la firma está “muy asentada”. Entre las luminarias instaladas en 2023 y los proyectos ya iniciados, la firma alcanzan las 21.493 unidades, según los últimos datos disponibles, repartidas por los municipios de Villa de Leyva (2.000), Sachica (416) –ambos en el departamento de Boyacá–, Manizales (16.332), Risaralda (500) –los dos ubicados en el departamento de Caldas–, Cachipay (1.065) y Puerto Salgar (1.180), estos últimos en Cundinamarca. Los dispositivos de Moonoff ya instalados en la zona también alcanzan otros departamentos como Antioquia, Valle del Cauca, Córdoba, Atlántico, Meta, Sucre y Tolima.

Nada es por casualidad

La evolución de sus resultados de negocio está en línea con la expansión geográfica de la empresa. En los últimos seis años el crecimiento de la cifra de negocio ha sido del 66%, pasando de los 6,2 millones de euros alcanzados en 2017 a los 10,3 millones en 2022. A mediados del año pasado, últimos datos disponibles, ya se habían superado las ventas con la que cerró el ejercicio anterior, con lo que es previsible que 2023 se dé por cerrado con un nuevo récord.

Como detalla Dosil, cada vez que Moonoff pone una nueva pica, nada es por casualidad. “Cuando desarrollamos los productos siempre se definen los países objetivo para que cumplan con los requisitos normativos de cada mercado”, razona. Cada país, prosigue, “cuenta con certificaciones locales, así como con requerimientos sobre las especificaciones técnicas del producto”, por ejemplo el voltaje de entrada, el funcionamiento con fotocontrol, etcétera. “Es decir, la firma debe tener capacidad de adaptación”, señala.

No conformes con su avance territorial ni tecnológico experimentado a lo largo de estos años, en Moonoff siguen innovando y ampliando su catálogo apostando ahora por el alumbrado deportivo. En esta parte, destaca la introducción de un control dinámico que permite regular la potencia necesaria para adaptar la iluminación de la instalación a las necesidades de la actividad. “Mediante el uso de nodos de control, una app y una botonera, se regula la potencia de la iluminación”, explica el director de operaciones. “Por ejemplo, utilizando el panel de botones se puede regular para emplear el 50% en los entrenamientos y el 100% en competición”.

De igual manera, están diseñando soluciones para cargadores de vehículos eléctricos y sensores para el sector primario. Los campos de Rois (A Coruña) y As Gándaras (Lugo) fueron a principios de este mismo año los primeros en ser dotados con las nuevas torres de iluminación diseñadas por Moonoff. El más reciente está ubicado en El Toboso (Toledo).

Pensando en el futuro, la empresa gallega tiene muy claro dónde hay que seguir poniendo el foco para brillar en el mercado: “en mejorar la eficiencia energética y en la reducción al máximo de emisiones de CO2”, empezando por su sede, ubicada en el polígono de Costa Vella de la capital gallega, en la que –a modo de ejemplo– no existe un solo interruptor y donde con sus innovaciones consiguió una rebaja del 75% en la factura de la luz.