La quiebra de Soling deja deudas por más de 3 millones a proveedores y empleados

La auxiliar del naval era la única vía de ingresos de Luis Mingo Reiz a través de su empresa Taubenblau

Un pequeño cartel en las instalaciones informa a la plantilla de un ERE total

Empleados de Soling, este lunes en las instalaciones de la empresa.

Empleados de Soling, este lunes en las instalaciones de la empresa. / Marta G. Brea

Lara Graña

Lara Graña

En el número 10 de la calle Carnicer de Madrid, junto al añejo bar Almaro –a siete euros la tapa de estofado de carne y con oferta de “bocadillos variados”–, está domiciliada la sociedad limitada Taubenblau. En el mismo portal donde presta sus servicios Juanita Reyes, gerente de la Peluquería La Fama Juanita, y frente a una tienda de cosméticos especializada en tratamientos de alisado de cabello y extensiones.

Taubenblau es propiedad de Luis Mingo Reiz, expresidente de Sogama, y desaparecido en las últimas semanas para los que han sido sus trabajadores en los últimos siete años. Porque Taubenblau era la única accionista de la auxiliar del naval Soling Instalaciones, arrojada a una quiebra súbita que ha causado el estupor en toda la industria española.

La compañía ha cambiado de manos, supuestamente, y cesado actividad con deudas por más de 2,5 millones con empresas proveedoras, según las fuentes consultadas por FARO. El pasivo rebasa los 3 millones, con dos nóminas ya sin pagar a los 77 trabajadores.

Calle donde se ubica la sede de Taubenblau

Calle donde se ubica la sede de Taubenblau / Google Maps

Contactados por este periódico, tanto Mingo Reiz como su hijo, Luis Mingo Martín, aseguran haber vendido Soling –referencia nacional en instalaciones eléctricas en buques– con fecha 8 de enero, aunque ese traspaso no consta todavía en el Registro Mercantil. De hecho los propios empleados desconocen la identidad de la firma compradora, más allá de que su responsable es Yakov Villasmil, un empresario venezolano con trayectoria en negocios inmobiliarios en Florida pero sin ninguna mercantil a su nombre en España.

La única vía de interlocución abierta en las últimas tres semanas, cuando el Decano destapó el colapso de Soling, es con un bufete de abogados de la provincia de Barcelona, Beta Legal, que este lunes ni siquiera tenía la lista completa de la plantilla. Este despacho, fundado por Manuel Rodríguez Mondelo y Miguel Palma Corredor, tampoco ha contestado a las preguntas de FARO.

Después de haber cesado de forma abrupta su actividad, con trabajos a medias en astilleros de País Vasco, Asturias y Vigo, la plantilla fue enviada a casa con un “permiso retribuido por vacaciones” que expiraba ayer. Así que los trabajadores se presentaron en la sede, en la parroquia viguesa de Lavadores, y se encontraron el mismo panorama: verja cerrada y un contenedor de obra trincando el portalón desde dentro.

Nota de la dirección de Soling

Nota de la dirección de Soling / Marta G. Brea

Con una nota plastificada en la puerta de acceso a las oficinas que comunicaba sus despidos. “Queremos informarles que, debido a la situación actual de la empresa, nos hemos visto en la necesidad de iniciar los trámites del expediente de regulación de empleo (ERE)”. A continuación, un número de teléfono del despacho de abogados catalán. Y, pese a anunciar el ERE extintivo, un mensaje sorprendente: “Queremos asegurarles que estamos trabajando arduamente en negociaciones para intentar reestructurar la empresa”.

Taubenblau tiene como objeto de negocio la “prestación de servicios profesionales a empresas”. En el ejercicio 2022, último del que se disponen cuentas (sin auditar), sus ingresos fueron de 96.000 euros. En el año 2021 habían sido de otros 144.000 euros. Corresponden íntegramente a pagos procedentes de Soling, por lo que Taubenblau dependía completamente de esta empresa del naval.

En esos dos mismos ejercicios fiscales sumó unas pérdidas de más de 174.000 euros. Como han verificado hasta cuatro empresarios por escrito, Mingo padre y Mingo hijo acudieron en persona a astilleros entre los días 29 y 31 de enero para cobrar trabajos por adelantado, aunque dicen haber vendido Soling con fecha 8 del mismo mes. Horas después desaparecieron, dejó de haber dinero en las cuentas y se presentó Villasmil como propietario de la compañía.

Un papel firmado por Villasmil... o ni eso

Los trabajadores de Soling Instalaciones no pueden tramitar sus bajas en una oficina de empleo ni buscar puesto de trabajo en otra empresa. Legalmente están contratados por esta auxiliar del naval, que les debe ya la nómina de enero y no les pagará la de febrero, y que ha dejado un reguero de facturas impagadas en el área de Vigo, Asturias y País Vasco.

Una nota plastificada en la puerta de las oficinas es el único mensaje que han recibido del supuesto nuevo propietario, Yakov Villasmil. Un papel que, teniendo en cuenta que está firmado de forma incorrecta –Yacob Villasmil, con “c” y “b”–, no habrá escrito ni supervisado. En sus redes sociales y en la única empresa que ha constado a su nombre, una micropyme de venta de inmuebles en el Estado de Florida, consta como Yakov. También en una demanda que recibió en su contra, por importe de 20.000 dólares, por el impago de un préstamo en Estados Unidos.

Participó en un reportaje en la prestigiosa publicación estadounidense <em>Esquire</em>, en 2016, en la que aseguraba costear gastos mensuales fijos de 7.000 dólares (6.500 euros, al tipo actual de cambio) y que su objetivo pasaba por facturar 100.000 dólares al mes de negocios inmobiliarios. Acompañado de dos personas, Villasmil se presentó hace casi tres semanas en la sede de la compañía, informó a los presentes que era el “nuevo dueño” y ordenó cambiar claves y contraseñas. Cómo llegó este hombre a la calle Paz Pardo de Vigo y a esta industria es, de momento, una incógnita total.

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