¿Socio o enterrador para el naval? El enigma Yakov

Su presencia en redes sociales ha sido de lo más intensa en el pasado, con perfiles en múltiples redes –la cuenta en X, antes Twitter, la tiene suspendida– en las que se presenta como experto en el sector inmobiliario. Ha aparecido también en medios de comunicación como empresario de venta telefónica –él mismo fue empleado de un call center en en Miami– y con trayectoria en países como Turquía, México o Bielorrusia.

Se llama Yakov Villasmil, nació en 1975 en Venezuela y asegura ser el nuevo propietario de una de las principales auxiliares gallegas del naval: Soling Instalaciones. Cómo llegó a la calle Paz Pardo de Vigo y a esta industria es, de momento, una incógnita total.

La auxiliar del naval Soling enfila el cierre y deja a medias contratos en Vigo o Bilbao

Acompañado de dos personas, Villasmil se presentó hace unos días en la sede de la compañía, especializada en sistemas eléctricos para buques: informó a los presentes que era el “nuevo dueño” y ordenó cambiar claves y contraseñas. De los supuestos antiguos dueños –supuestos, porque no es oficial ese traspaso– no se sabe nada. Como avanzó FARO, Soling todavía consta en el Registro Mercantil como propiedad de Luis Mingo Reiz (expresidente de Sogama) y Luis Mingo Martín, quienes aseguran haber vendido con fecha del 8 de enero.

Pero fuentes empresariales directas de compañías de País Vasco, Asturias y Vigo aseguran haber pagado facturas por adelantado a ambos y “en persona” entre los días 29 y 31 de enero. De ahí que el sector tema que Villasmil, que no ha respondido a las preguntas de este periódico, sea un “hombre de paja” de los Mingo para ejecutar un cierre encubierto de Soling Instalaciones. Los Mingo niegan cualquier vinculación con el venezolano.

Pero, ¿quién es este hombre? De acuerdo a su perfil de la red profesional Linkedin, toda su trayectoria laboral se ha limitado al estado norteamericano de Florida, aunque en una información de la agencia EFE de 2022 apuntó haber vivido “más de dos décadas” entre EE UU, México, Turquía y Bielorrusia. Entonces aseguró también estar residiendo en Málaga, después de haber pasado una temporada en Barcelona.

Participó en un reportaje en la prestigiosa publicación estadounidense Esquire, en 2016, en la que aseguraba costear gastos mensuales fijos de 7.000 dólares (6.500 euros, al tipo actual de cambio) y que su objetivo pasaba por facturar 100.000 dólares al mes de negocios inmobiliarios.

El crac de Soling salpica con deudas a todo el naval español: “Actúan como una mafia”

Lo cierto es que, pese a toda la actividad que dice haber desempeñado, no consta ninguna mercantil a su nombre. Ni siquiera en EE UU, donde fue autónomo –tuvo una empresa de tipo PA, Professional Association– y se enfrentó a una demanda por impago de un crédito con Regions Bank por cerca de 20.000 dólares.

La recibió en pleno COVID, en mayo de 2020. Su rastro documental y oficial, más allá de aquellas declaraciones a la agencia de noticias, desaparece ahí. Hasta aterrizar, sin motivo aparente, como proveedor de servicios de los mayores astilleros privados de España.

Suscríbete para seguir leyendo