El crac de Soling salpica con deudas a todo el naval español: “Actúan como una mafia”

La “estampida” de los Mingo impacta sobre astilleros y auxiliares de Vigo, Marín, Bilbao, Muskiz, Gijón o Figueras

Acreedores acusan a la dirección de “alzamiento de bienes”

Nave central de Soling, en la ciudadde Vigo.

Nave central de Soling, en la ciudadde Vigo. / Marta G.Brea

Lara Graña

Lara Graña

Hasta el año 2017 el grupo de empresas de la familia Mingo tenía el 60% de Soling Instalaciones, una compañía cuyos orígenes se remontan a la desaparecida Isolux Naval y convertida, con décadas de trayectoria e importantes encargos, en una auxiliar de primer nivel para astilleros como Armón, Zamakona, Gondán, Hijos de J. Barreras o Murueta. Fue en otoño de 2017 cuando los Mingo adquirieron el 40% restante y la firma pasó a estar bajo el control de Grupo Soil. Según la propiedad, este conglomerado prestaba servicios de “instalación, construcción e integración de tecnologías para el tratamiento de aguas, residuos y otras instalaciones medioambientales”. Al frente figuraban Luis Mingo Reiz –fue presidente de Sociedad Gallega del Medio Ambiente (Sogama)– y su hijo Luis Mingo Martín. Y el segundo sigue constando a día de hoy en el Registro Mercantil como administrador único de Soling: como avanzó ayer FARO, esta auxiliar galopa hacia la quiebra tras haber paralizado su actividad y enviado a casa a unos 70 trabajadores. El reguero de deudas y facturas impagadas abarca un mapa inmenso: Vigo, Marín, Domaio, Bilbao, Muskiz (Vizcaya), Gijón o Figueras, como ha podido comprobar este periódico en fuentes directas de las empresas afectadas.

Luis Mingo padre y Luis Mingo hijo aseguran que Soling Instalaciones no es suya y que ejecutaron el traspaso hace unas semanas. “El pasado 8 de enero vendimos el 100% de nuestra participaciones a una de las tres empresas que se interesaron por ella”, expone el primero. “Los empleados de la empresa –continúa– son conocedores de la situación y serán ellos los que podrán darte más detalles”. Pero los trabajadores rechazan de pleno esta explicación de Mingo Reiz, así como todas las empresas vinculadas a Soling, sin excepción. Entre los días 29 y 31 de enero, inciden desde dos astilleros distintos (de Vigo y País Vasco), los Mingo solicitaron “en persona” el pago adelantado de trabajos en fase de ejecución. Para entonces, la auxiliar especializada en soluciones eléctricas para barcos ya no era suya, supuestamente. “Se les hizo el pago y desaparecieron, dejaron de coger el teléfono. Yo nunca había visto algo así”, constata el director de una de estas empresas afectadas. Como también señalan desde la plantilla, “han hecho alzamiento de bienes, porque tenían deudas por pagar pero el dinero se lo han llevado ellos”.

El hecho es que estas gestiones de los Mingo que relatan en el sector para cobrar trabajos se produjeron en paralelo a la llegada a la fábrica de un nuevo administrador. “Actuaron como una mafia. Llegó, dijo que era el nuevo dueño y empezó a cambiar las claves de todo”. Este hombre se llama Yakov J. Villasmil (1975), de origen venezolano pero residente en España desde hace años, según él mismo aseguró en un reportaje con la agencia EFE. No tiene ninguna empresa a su nombre en ninguna CC AA; llegó a las oficinas de Soling acompañado de otras dos personas. Villasmil no ha atendido a las preguntas de FARO. “¿Cómo puede tener una escritura de compraventa y que sean los otros los que estén yendo a cobrar por los sitios?”, cuestiona un trabajador, ya en casa tras haber regresado de País Vasco. Da por hecho su despido, aunque formalmente está de vacaciones por un periodo de veinte días.

Los impagos

“Nosotros sí estamos afectados, y hay otra empresa más de aquí. Lo peor son los trabajadores, que los han dejado tirados”, explica al teléfono una empleada de una empresa de instalaciones eléctricas navales de Vizcaya. Dos astilleros de referencia, también vascos, se han quedado sin mano de obra especializada para los trabajos de electricidad a bordo; al menos uno de ellos aceptó la petición de los Mingo, según refieren desde el sector, de adelantarles pagos. La situación se repite en Asturias –uno de los astilleros que contrataban a Soling para sus construcciones pudo cancelar el contrato a tiempo–, aunque el grueso de los problemas se concentra en el área de Vigo. FARO ha contactado con empresas que declaran facturas impagadas por hasta 144.000 euros, aunque otras rondan entre los 20.000 y 60.000 euros. “Distribuidoras de materiales eléctricos, de calderería, de servicios... Y aquí nadie hace nada, yo esta deuda me la tengo que comer con el banco”. Las cuotas de alquiler donde se alojaban trabajadores desplazados a otras comunidades también han quedado a deber.

Empresas afectadas por este colapso precipitado de Soling Instalaciones han puesto su situación en manos de sus servicios jurídicos, y siguen sin poder contactar con los –según ellos– expropietarios de la compañía. Ninguna de las empresas contactadas por este periódico ha identificado al supuesto nuevo propietario, Yakov J. Villasmil, como la persona que cobró trabajos por adelantado, aunque tampoco conocen a ciencia cierta qué vinculación hay entre este supuesto empresario de servicios de telefonía –es lo que declaró a la agencia de noticias en el reportaje mencionado antes, publicado en 2022– y los Mingo. Soling, que después de Emenasa era la principal referencia en su segmento en la industria auxiliar, sumaba una facturación cercana a los 8,5 millones de euros. De acuerdo a su último informe anual, la empresa estaba en manos, al menos para entonces, de Taubenblau, cuyo administrador único es el expresidente de Sogama.

Un grupo con dominio web... en China

No queda nada de lo que en su día fue Grupo Soil, el conglomerado empresarial dirigido por Luis Mingo. Las mercantiles Soil Tratamiento de Aguas Industriales, Soil Recovery o Elaborados Metálicos (Emesa) fueron a concurso a finales de 2019 o en los primeros meses de 2020. La página web que agrupaba todas las actividades de este holding con sede en Madrid continúa activa, aunque su dominio pertenece ahora a una entidad con sede en la ciudad china de Changhua.

Las frases

  • Proveedora de Vizcaya

    "Nosotros estamos afectados, pero a los trabajadores los ha dejado tirados"

  • Proveedora de Vigo

    "La deuda me la tengo que comer, son 144.000 euros. Han actuado como una mafia"

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