Inpesca cancela el suministro de pescado a Atunlo para forzar el cobro de su deuda

El conflicto entre socios torpedea el futuro del grupo pese a los compromisos de la atunera vasca con la Xunta

La factoría de Cabo Verde entra en impagos salariales por insolvencia

Atunero “Txori Zuri”, de Inpesca, con la panga a bordo.

Atunero “Txori Zuri”, de Inpesca, con la panga a bordo. / Inpesca

Lara Graña

Lara Graña

En la pipa de la paz que exhibió la dirección de Compañía Internacional de Pesca y Derivados (Inpesca) a la Xunta, en una reunión por videoconferencia celebrada este pasado jueves, había una fuga. La armadora vasca hasta suscribió un comunicado en el que descartó el traslado de la actividad productiva de Galicia del grupo vigués Atunes y Lomos (Atunlo), en el que tienen el 40% del capital social. “Manifiestan que son los máximos interesados en que en el proceso de reestructuración [...] verifique la viabilidad futura de la compañía”, decía la nota. Pero, 28 horas después de proclamar ese aparente armisticio, optó por un burofax: suspende el suministro de materia prima a la multinacional hasta que ésta dé prioridad al pago de su deuda respecto al resto de acreedores, indicaron fuentes conocedoras de la situación. Sin atunes no hay producción; el compromiso suscrito por escrito con la propia conselleira de Economía e Industria, María Jesús Lorenzana, se ha quedado en nada. Atunlo es –al menos de momento– la mayor comercializadora de túnidos de España, con una facturación anual consolidada de 220 millones de euros.

Cuando Pesquería Vasco Montañesa (Pevasa) abandonó el accionariado, debido ya al cisma con Inpesca, a finales de 2022, Atunlo pasó a repartirse al 50% entre la armadora de Mundaka y la también viguesa Comercial Pernas (Coper). Un acuerdo entre ambas partes garantizaba, por parte de la primera, el suministro anual de 20.000 toneladas al año de atún. Una remesa comprometida que quedó muy lejos de cumplirse durante el ejercicio 2023, de acuerdo a las fuentes consultadas por FARO. Así que, ya sin el abastecimiento de Pevasa y con las poco más de 6.000 toneladas entregadas por Inpesca, los problemas para Atunlo no hicieron más que medrar. Para entonces, el grupo ya sufría de fuertes tensiones de tesorería, con impagados a partir del pasado septiembre y una deuda que, desde País Vasco, atribuyen a una mala gestión por parte de la dirección en Vigo.

En ese burofax remitido el viernes se suspende completamente la dispensación de pescado. Y, aunque ahora también está la armadora panameña Marpesca en el accionariado (con un 20%, el 40% restante es de Pernas), la actividad industrial de Atunlo está comprometida. En la actual situación preconcursal, y sin financiación externa disponible, el abastecimiento por parte de terceros no es una opción. A falta de disponer de las cuentas consolidadas del pasado año, fuentes del mercado cifran en más de 50 los millones adeudados a Inpesca por parte de Atunlo. La intención de la armadora pasa por tener prioridad de cobro de las deudas antes de reabrir el grifo de la materia prima. Pero hay más, porque ha comunicado también la interposición de una denuncia judicial por unos 20 millones de euros contra Coper y Marpesca. Estos, como avanzó este periódico, ya han advertido su disposición a plantear otra querella por administración desleal contra su accionista.

Fábricas

En medio de las escaramuzas, la actividad industrial continúa resintiéndose. La filial de Santoña ha solicitado ya un concurso-liquidación ante la imposibilidad de desembolsar las indemnizaciones por el ERE con el que ha prescindido de toda su plantilla, compuesta por más de 80 personas. Sí pudo abonar las de los más de 120 trabajadores despedidos de O_Grove, de una fábrica que se limitará a trabajos de logística y aceite de pescado. La de Cambados, especializada en lomos y rodajas de atún congelado, todavía resiste. Emplea a más de 200 personas.

Pero la que ya está con el agua al cuello es la de Mindelo, en Cabo Verde, que en el ejercicio 2022 superaba los 500 empleos directos. La falta de materia prima ya forzó un despido masivo en las instalaciones de Frescomar, cliente de Atunlo en el mismo país, como detalló FARO. Ahora es la propia filial africana la que ha entrado en impago de nóminas con sus trabajadores, según han advertido desde el Sindicato de Indústria Geral, Alimentação, Construção Civil e Serviços (Sicsa). La dirección de la empresa trasladó a la plantilla, mayoritariamente femenina, que solo podrían abonar la mitad del salario por “indisponibilidad financiera”. Advirtió también que solo tiene stock para trabajar hasta el día 23 de febrero, tras lo cual bajará la persiana. Sicsa, por contra, cree que son cálculos demasiado optimistas y que, a este ritmo, Atunlo Cabo Verde dejará de trabajar la próxima semana.

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