El caos en el mar Rojo genera ya un sobrecoste de hasta 3.000 dólares por contenedor

Estimado cliente: en nuestro constante esfuerzo para garantizar la seguridad de nuestras tripulaciones y la mercancía y debido a los acontecimientos que se están produciendo en el mar Rojo, queremos brindarle información importante sobre el cambio de ruta de varios buques a través del Cabo de Buena Esperanza [...] Es un paso necesario que tiene un coste.

Así arranca la comunicación de la naviera CMA CGM (Compagnie Maritime d’Affrètement - Compagnie Générale Maritime) remitida a una consignataria de Vigo. Que prosigue así:

Con efecto inmediato y hasta nuevo aviso, se aplicará un recargo a toda la carga con destino o procedencia al mar Rojo, por donde transitan todos los mercantes que se dirigen a Europa y que deben atravesar el Canal de Suez. Ese tarifazo abarca desde los 1.575 dólares (1.437 euros, al tipo actual de cambio) por un contenedor de carga en seco de veinte pies a los 3.000 dólares (2.738 euros) por uno refrigerado (reefer) de 40 pies. Por contenedor. “Es una locura, un desbarajuste total”, explica una operadora de la misma consignataria. “Hay tráfico parado, todo es muy inestable y nadie quiere arriesgarse a que te notifiquen un recargo así cuando ya tienes tu mercancía a bordo”. De ahí la paralización de pedidos: “muchos clientes están optando, de momento, por no cargar”. Entre enero y noviembre, los puertos gallegos movieron 296.370 contenedores (llenos y vacíos). De los más de 42.000 millones de euros en bienes comercializados por Galicia hasta noviembre (importaciones y exportaciones), el 40% se movieron por vía marítima.

La terminal viguesa de Guixar es la principal puerta de entrada y expedición para la industria gallega. Mueve cada mes unos 12.000 contenedores, la mayoría de los cuales son de 40 pies y llevan carga refrigerada. Para hacerse una idea de hasta qué punto el colapso en el mar Rojo afectará a la economía, un ejemplo: si a los 5.410 contenedores reefer que movió Vigo en enero del año pasado se le aplicase ese sobrecoste de CMA CGM, la factura superaría los 16 millones de euros. Solo por un mes. Y es un recargo que las distintas industrias afectadas –singularmente la pesquera– tratarán de repercutir al cliente, volviendo a alimentar la inflación. Teniendo en cuenta la dificultad de trasladar la subida de costes, la misma reducción de márgenes que ha puesto contra las cuerdas a grupos del tamaño de Atunes y Lomos (Atunlo) elevará más la presión sobre las cuentas. Porque no se trata de una política aplicada por una única naviera: Hapag-Lloyd, MSC (líder global en el transporte marítimo de contenedores) o Maersk también están aplicando estas cláusulas de seguridad.

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Sin previsiones, además, de una normalización en la zona y el tráfico marítimo. Lo admitía este mismo viernes la dirección de Maersk, en otro aviso a sus clientes. “A raíz del incidente que involucró al Maersk Hangzhou [portacontenedores atacado por militantes hutíes el 2 de enero], Maersk anunció que detendría todos los buques con destino al mar Rojo/golfo de Adén”. Teniendo en cuenta que “el riesgo de seguridad sigue estando en un nivel significativamente elevado, todos los barcos serán desviados hacia el sur, alrededor del Cabo de Buena Esperanza”, sin estimación alguna de fechas para retomar la operativa normal. Es más, prosigue la nota, “advertimos a los clientes a prepararse ante la persistencia de complicaciones en el área y a que se produzcan interrupciones significativas en la red global”. ¿Coste? Todos: recargo por interrupción de tránsito (Transit Disruption Surcharge, TDS), recargo por temporada alta (Peak Season Surcharge, PSS) y recargo por contingencia de emergencia (Emergency Contingency Surcharge, ECS). Todos, zanja, “siguen en vigor”.

Más retrasos

El desvío de los buques mercantes bordeando África supone un trastorno colosal, ya no solo en lo económico, sino para las melladas cadenas de abastecimiento. “Sumas tiempo, y el tiempo es dinero. Con esa vuelta el retraso supera los veinte días, que son los que están sufriendo la mayoría de nuestros clientes”, explican fuentes del sector logístico. “No sabemos lo que va a pasar ni hasta cuándo estaremos en esta situación. Pero, lógicamente, muchas empresas no se arriesgan a realizar una carga y que te metan 3.000 dólares de coste a mayores con todo ya a bordo”, abundan. Para empresas con tensiones de tesorería, que son muchas en el entorno de Vigo, el impacto de estas escaramuzas en el mar Rojo es la puntilla a unos meses tremendamente complicados. Solo en la última semana, el índice Drewry de transporte de mercancías por contenedor (Drewry’s World Container Index) experimentó un aumento del 61%. Para un container de 40 pies, la cotización pasó de 1.342 dólares el 26 de octubre a 2.670 dólares de este 4 de enero.

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