Vigo en las alturas: la revolución de los ascensores Enor

La compañía ha multiplicado su facturación por 2,4 desde su integración en Otis hace una década

Es la central mundial de la división naval para todo el grupo

Rubén Rodríguez Varela, responsable de Otis para el Noroeste de España y director de la planta de Vigo; Abajo, ascensores de Enor en el crucero “Mardi Grass”.   | FOTO: J. LORES  / CARNIVAL

Rubén Rodríguez Varela, responsable de Otis para el Noroeste de España y director de la planta de Vigo; Abajo, ascensores de Enor en el crucero “Mardi Grass”. | FOTO: J. LORES / CARNIVAL / José Lores

Lara Graña

Lara Graña

En una comunidad de vecinos, el promedio de viajes que realiza un ascensor oscila entre los 100 y 200 al día; en un crucero de la envergadura del Symphony of the Seas o el Mardi Grass, con esloras de hasta 360 metros, este ritmo de actividad alcanza los 7.500 trayectos por jornada. Un frenesí que requiere, además de la mejor tecnología, una cota absoluta de fiabilidad. Es muy probable que, en ambos casos –el de la comunidad de vecinos y el crucero–, los ascensores lleven el sello de Grupo Otis, cuyos orígenes se remontan a 1853 de mano de la pericia del norteamericano Elisha Graves Otis.

Y es todavía más factible que, para los que suelen navegar –por ocio o por trabajo–, utilicen a menudo elevadores con sello vigués cuando están a bordo. Porque en el Parque Tecnológico y Logístico de Vigo, en Valladares, está la central mundial de Otis para el segmento del naval. En Enor, joya de la corona de un grupo que factura unos 13.000 millones de euros al año y en el que se integró hace justo una década. Rubén Rodríguez Varela es el director de esta planta y responsable en España de la zona Noroeste de la compañía.

Vigo en las alturas: la revolución de los ascensores Enor

Vigo en las alturas: la revolución de los ascensores Enor / Lara Graña

La “proyección internacional” que aportó a Enor la entrada en Otis ha sido meteórica. “Antes estábamos más limitados al mercado nacional”, hasta que entró en juego –explica el directivo– el plus de la aportación de la marca Otis y su tecnología. Eso sí, la trayectoria de este equipo en el mundo marítimo, por ejemplo, ya venía forjada desde mucho antes: el primer barco en el que trabajó Enor fue en 1969, fecha de estreno de unidades emblemáticas como el Queen Elizabeth 2 (naviera Cunard), el Song of Norway (Royal Caribbean) o el malogrado –chocó contra un iceberg en 2007– Lindblad Explorer.

El de los cruceros es ahora un mercado en crecimiento para la industria, y Enor se ha encargado de los ascensores del nuevo buque insignia de Carnival, el Mardi Grass (19 cubiertas y capacidad para 5.282 pasajeros), además de recibir pedidos de los principales astilleros del mundo, no solo para buques de transporte. El crucero a vela Sea Cloud Spirit (Metalships & Docks) o el imponente megayate Renaissance (Freire Shipyard) también llevan sus elevadores.

Paneles solares instalados en la sede viguesa de Enor.   | // FDV

Paneles solares instalados en la sede viguesa de Enor. / FdV

“Aquí asumimos el diseño y fabricación para todo el mundo”, abunda Rodríguez Varela sobre la división Otis Marine. Son dispositivos que han de tener en cuenta las oscilaciones por la mar, así como ocupar el menor espacio –ahora utilizan la tecnología de cintas planas de Otis– y con el menor consumo posibles. Entre las innovaciones desarrolladas por la compañía está el sistema de control remoto (EMS) o el de flujo de personas (Compass), “con el que los ascensores van aprendiendo dónde ir en función de dónde se genera más demanda” a bordo.

Pero el trabajo de la fábrica de Enor trasciende, y mucho, al negocio marítimo. Porque son varios los ejes de actividad: el de los ascensores nuevos, los trabajos de mantenimiento y reparación o las modernizaciones. A día de hoy, la edad media de los ascensores instalados en el parque residencial ronda los 25-30 años, por eso el refit de elevadores genera una demanda creciente.

Esto, para quien sí dispone de elevador común: según la Asociación Empresarial Gallega de Ascensores (Aega), solo dos de cada diez inmuebles son “accesibles”. “Hay ciertas ayudas –prosigue el responsable de Otis-Enor– que generan picos de demanda”, como las desplegadas ahora en materia de eficiencia energética. “Nadie pierde con un ascensor en un edificio que antes no lo tenía. Tenemos productos para todo, incluido un equipo que puedes enchufar a una corriente de 220 kilovoltios”, con acumuladores energéticos que permiten realizar medio millar de viajes sin corriente eléctrica.

El equipo de Valladares aporta también distintas actuaciones para remodelar ascensores antiguos: la retirada completa de la estructura o bien mudar únicamente “el cerebro y el corazón del equipo”. En cualquier caso, los nuevos dispositivos repercuten un ahorro de en torno al 70% del consumo de electricidad. El segmento de modernizaciones para todo el área de Iberia y África se coordina, también, desde las entrañas de esta factoría.

“En estos diez años –complementa el director– hemos multiplicado la facturación por 2,4”. Otis Worldwide Corporation difundirá los resultados correspondientes al tercer trimestre del ejercicio el próximo 25 de octubre, en una presentación a cargo de su presidenta y CEO, Judy Marks. Hasta entonces, el velo de confidencialidad cubre las cifras económicas de esta compañía, que cotiza en la Bolsa de Nueva York. Al margen de los números, Rubén Rodríguez apunta también un lamento colectivo: el de la dificultad para contratar perfiles cualificados. “Tenemos el reto de incorporar más mujeres en la parte técnica de base”. Lo han hecho más que nunca en los últimos meses, pero todavía “lejos de lo que queremjos”.

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